Repasando algunas prácticas técnicas de un conocido (en los últimos días) columnista de un diario local que tiene una deliberada tendencia “constructivista”, especialmente en materia de análisis previsional, nosotros, los periodistas que no nos informamos con De Angelis pero que tampoco esponsoreamos a D`Elía como sí lo hace el oficialismo; reconocemos que el economista tiene razón en lo que dice pero pierde la objetividad cuando le ataca la inconmesurable amnesia que irremediablemente lo acosa cada vez que se sienta frente a la computadora.
Más allá que ni a los docentes les guste escuchar que son muy pocos años los que están frente a los alumnos antes de jubilarse, que a los policías les dé escozor pensar que no puedan retirarse con 20 años cumplidos de aportes, que se pongan nerviosos aquellos jubilados que perciben sus haberes en otras provincias cobrando “zona” o que se desesperen quienes son ascendidos a cargos jerárquicos en el último tramo de su vida activa para jubilarse con el mayor sueldo; la situación bien descripta por el técnico discurre por otro lado.
Todo lo que dice es cierto, aún cuando sea antipático para los involucrados; lo que sustenta sobre la desfinanciación del sistema previsional es exactamente como lo pinta, pero lo que obvia decir el economista es que este problema es una consecuencia, no es la causa.
Por ejemplo el economista evita decir que este problema no nació hace un par de meses, ni siquiera hace un par de años, es un problema que se remonta al inicio mismo de la administración de Kirchner como Gobernador de Santa Cruz, con lo cual es poco profesional de su parte circunscribir la acción a la decisión de un gobierno que tiene en sus manos nada más y nada menos que el producto de un proceso de desintegración sistemática al que coadyuvó tanto el hoy ex presidente, como todos los gobernadores intermedios incluyendo el actual.
Desconocer que la Caja de Previsión no hace balances desde hace 12 años (cosa que omite olímpicamente mencionar) debería ser para el economista (profesionales tan puntillosos en estos aspectos) un punto de partida para explicar y explicarse que las cosas no son tan automáticas como intenta plantearlo y que si no hubo orden en la administración financiera de la CPS durante tantos años, es muy difícil establecer errores y dificultades, merituar pérdidas y ganancias y mucho menos aún establecer si hay o no desfinanciamiento.
En este sentido sería bueno que tanto la Contadora Morandi (Presidente/Interventora de la CPS) como el propio economista que escribe y hasta el gobernador de la provincia Daniel Peralta, le explicaran a este neófito periodista y a muchos que lo requieren:
¿Cómo se puede predecir, señalar, calcular, estimar, establecer y asegurar cuánto es el déficit anual de la CPS si hace 12 años que no hay balances, como lo probamos con documentación fehaciente?.
¿Cómo hace una administración contable para solventar profesional y técnicamente una suma que va alegremente de los 146 a los 260 millones de pesos de déficit, según quien hable ese día ante la prensa (sea Campillo, Morandi o el Gobernador) si no hay un punto de partida que explique lo básico, no ya de Economía avanzada, sino de cualquier teneduría de libros: cuanto ingresa y cuanto egresa?.
Entonces si el economista pudiera echar luz sobre estos aspectos oscuros de los que nadie quiere hablar, de los cuales el Tribunal de Cuentas es cómplice (incluyendo todos los vocales oficialistas y por minoría), de lo cual el propio gobernador no acusa recibo, aspectos sobre los que la propia Interventora dio seguridad que “estaba todo bien” y mintió públicamente asegurando que los balances se hacían correctamente, tema sobre el cual el Fiscal de Estado no tracciona; allí si podríamos entender que las palabras que solventan su conocimiento, tienen una relativa validez y comenzaríamos a respetar su punto de vista.
Pero si el técnico olvida que todo este desquicio que tan bien relata y describe tiene una causa fundada en razones eminentemente políticas, donde la prebenda del empleo público y el salario en negro fue moneda corriente del kirchnerismo al cual pertenece su pluma, que destrozó y vació de contenido no solo la CPS sino las arcas del Estado provincial en todos sus aspectos, encontrará que con su relato punzante, en realidad le está siendo infiel a la mano que le da de comer, porque su apuesta esclarecedora para el periodismo “desinformado” se transforma en una verdadera revelación crítica (y además especializada) de lo que hace mucho tiempo debió hacer Kirchner todos estos años en Santa Cruz para no llegar al estado de cosas en la que hoy está sumida la Caja de Previsión.
Resumiendo: en esta provincia cualquiera que provenga del oficialismo como ejecutor de políticas de los últimos 20 años y de la oposición como motores complacientes en el mismo período, antes de dar cátedras de moralina y numerología astral, deben mirarse el ombligo y pasar revista a los últimos capítulos de las desastrosas administraciones de Santa Cruz hasta el día de hoy.
Creer que la CPS se desfinanció por arte de magia y que desde nación la sostienen de bueno que son, es simplificar la realidad a un cuento extravagante de las mil y una noche cuya magia se va a terminar el día que Kirchner y su esposa pierdan el poder en la Rosada.
Ese día, toda la numerología astral de los técnicos, economistas y predictores del “te lo dije que iba a suceder”, se la van a tener que meter en el bolsillo, porque el castigo que sufrirá la población de Santa Cruz será tremenda, sin duda por el mal que nos han hecho desde la política utilizándonos como cobayos ante un país que cree que Santa Cruz es un vergel y al cual miran de reojo pensando “algún día se les va a terminar”.
Ese día, en el que Kirchner y su esposa ya no tengan más poder, los ciudadanos de la provincia comenzaremos a transitar las desventuras que nos dejaron los ilustrados que han gobernado y gobiernan la “provincia del presidente”, un concepto de apropiación extremadamente ilusorio, pero que ha ganado consenso en el resto del país; con lo cual al “ser de Kirchner” va a recibir el castigo lógico de los que accedan al nuevo orden, seguramente haciendo patria a costillas del santacruceño medio que sufrirá con el retiro de los subsidios nacionales a los combustibles, la quita de todo tipo de diferenciación impositiva y el cierre de canilla de los caudales de plata que llegan hoy desde la nación para la obra pública y el sellado de cajas que mensualmente arrojan “déficit” o que al menos así se lo pintan, ya que es imposible saber dónde hay pérdidas donde no existen registros y subyace la sospecha de que con gran parte de esos fondos, se están generando cajas partidarias o personales.
Claro, habrá un sector minúsculo que le resbalarán las acciones que tomen contra el pueblo indefenso y si las jubilaciones no se pueden pagar más y los obreros arriados en masa a la provincia para la obra pública quedan en la calle o si los 45 mil empleados públicos abonados durante la era K no cobran más o comen salteado, ya no será problema de los elegidos, tendrán que resolverlo los nuevos gobiernos por venir, como lo indica el economista.
Ellos, posiblemente disfrutarán de las mieles de un poder corrupto que sangró a la provincia hasta constituirla en tierra arrasada y en ese momento seguramente aparecerán economistas amnésicos que volverán a dar cátedras de cómo tiene que ser olvidándose de cómo fue, pero posiblemente lo hagan desde otro lugar del país y al igual que aquellos jubilados que cobran “zona” y viven en Córdoba o Santa Fe, redactarán sus cátedras como si hubieran nacido ayer.
Indudablemente al pueblo le queda un solo recurso para entonces: la justicia. Solo la persecución a los gestores de la debacle que va a azotar a Santa Cruz, su enjuiciamiento y encarcelamiento, hará posible que las nuevas generaciones reconstituyan la credibilidad perdida en la clase política y en los administradores de la cosa pública, que hasta ahora no dan respuestas mientras se enriquecen a expensas de la gente y se impermeabilizan de las críticas argumentando sobre la validez del voto, que también está sospechado.
Allí veremos cuántos de estos técnicos van a poder explicar el proceso total de esta administración feudal, sin olvidar detalles, sin hacer abstracciones ni desviar la vista de lo importante y sustancial. Ese día en el que alguien, tal vez un economista, nos explique cómo en estos 20 años llegamos a este estado de desintegración económica y presupuestaria, aún parados en una tierra enimentemente rica y soberbia en recursos, comenzaremos a tomar en cuenta las recomendaciones de los numerólogos de turno.
Hoy ante este estado de cosas nadie puede hablar, todo debiera transcurrir en silencio y el gobierno, tanto provincial como nacional, tendrían que adoptar medidas rápidas para reparar, aunque sea en partes, el descalabro de tantos años de apropiación y abuso. Ninguno de los que escribe y habla para el poder hoy puede desandar el largo camino minado que dejaron sus mayores, sin tropezar con las mismas piedras que dejaron los que emigraron de la provincia para hacer otros negocios a la nación, cuidando los kioscos que dejaron abierto en Santa Cruz. (Agencia OPI Santa CRuz)
Excelente!
Otro tema: ¿Que va a pasar cuando los municipios tengan que hacer frente a los millones que han recibido durante la gestion K como adelanto de coparticipacion?
¿Quien se va a hacer cargo de blanquear ese quilombex?
Me hace acordar a la frase “celebre” del ex Vicegobernador en ¿en ejercicio? del Poder Ejecutivo, Carlitos:
“Hagamoslo, despues arreglamos los papeles”