De chico nos decían que cuando mentíamos se nos notaba en la cara. Lo mismo le pasó durante todo este tiempo al gobernador de Buenos Aires, cada vez que enfrentó una cámara y un periodista le disparaba la pregunta clave: ¿Si gana va a asumir como diputado?.
Con la mejor cara de Scioli, la mano derecha de Kirchner evadía molesto esta situación porque sabía de antemano que debía mentir… y se notaba en su rostro una sonrisa forzada y no era menos visible el púrpura saliendo por debajo del maquillaje que le habían puesto para sentarlo a la mesa de Mirtha Legrand.
En Santa Cruz pasó algo parecido, ¿Va a asumir si gana?, le preguntaban recurrentemente a Fernando Cotillo en distintos medios donde concurría como parte de campaña. Y la respuesta navegaba entre un “NI”, diciendo que iba a cumplir con su obligación, pero dejando la puerta abierta para el gran escape y poder hacer el corte de manga en cuanto el último voto cayera por la ranura de la urna.
Y así fue. Esta vez, sin ponerse colorado el inefable Gobernador de la provincia de Buenos Aires, con cara de “yo no fui” o pretendiendo que nació precisamente el día domingo a las 18:00hs, ha dicho, sin culpa ni disculpas, que no asumirá y que permanecerá en el sillón de la gobernación por…bueno, los motivos son por demás diversos y estúpidos.
Fernando Cotillo fue más allá y dijo que antes de las elecciones “tenía previsto asumir” (¿?), decisión que solo él sabía, porque nunca lo transmitió directa y sinceramente a la gente, pero ahora que perdió, “lo está pensando”.
¿Qué va a pasar?, obviamente que Cotillo no va a asumir porque nunca estuvo en sus planes hacerlo, solo que ahora, tras la derrota, busca el motivo para fundamentarlo.
Estos dos mentirosos testimoniales son el paradigma de lo que los votantes rechazaron el domingo. ¿La clase política, aprenderá alguna vez que a veces el pueblo no se equivoca cuando los rechaza, como el domingo, en silencio?. (Agencia OPI Santa Cruz)