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El Gobierno demora el anuncio de medidas para frenar la corrida y denuncia un intento de desestabilización

El presidente Alberto Fernández - Foto: Presidencia

Según publica Clarín Alberto Fernández y Cristina Kirchner no se ponen de acuerdo. Vuelven a crecer las versiones de cambios.

Por: Federico Mayol

Con Silvina Batakis de visita al Fondo Monetario en Washington, el oficialismo salió este domingo a denunciar una “acción sistemática de desestabilización política y económica” mientras intenta ganar tiempo ante la demora en la instrumentación de medidas destinadas a frenar la corrida cambiaria y la incertidumbre financiera, producto de la falta de consenso interno.

“Una brutal corrida cambiaria que pretende una devaluación abrupta de la moneda nacional. Pedidos de juicio político a nuestro Presidente de la Nación. Amenazas hacia nuestra Vicepresidenta de la Nación. Acciones violentas contra el Instituto Patria. Ex militares convocando a las Fuerzas Armadas. Dirigentes políticos y operadores mediáticos planteando el adelantamiento de las elecciones. Hacemos un llamado a la responsabilidad institucional de la oposición política”, planteó el bloque de diputados y diputadas del Frente de Todos este domingo en un comunicado, en el que además pidió al “Poder Judicial” que “investigue las denuncias que el Poder Ejecutivo ha realizado”.

El texto se convirtió este fin de semana en la única manifestación pública del oficialismo frente a la dilación de los anuncios que el Gobierno dejó trascender el viernes tras el encuentro que Alberto Fernández, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y la ministra de Economía mantuvieron en Casa Rosada.

Con el dólar blue en $338 y la brecha en torno al 160% -cuando asumió Batakis, la diferencia con el dólar oficial era del 91%-, hasta desde la propia coalición pidieron a gritos en las últimas horas la implementación de medidas destinadas a contener la divisa.

Después se sumó la senadora Juliana Di Tullio, cada vez más cercana a la ex Presidenta, que pidió enviar a la Policía Federal a cada casa de cambio. Algo así como suministrarle una aspirina a un paciente con una enfermedad terminal.

En este panorama, el Presidente y Cristina Kirchner volvieron a reunirse este sábado en Olivos, una cumbre sobre la que otra vez no abundaron detalles pero cuya conclusión, según circuló y a la luz de los nulos avances de estos últimos veinte días, es evidente: Fernández y la vice siguen sin ponerse de acuerdo en torno al programa a aplicar para frenar la corrida y atenuar la crisis que tiene en vilo al Frente de Todos.

“Es una verdadera encrucijada”, diagnosticó a este diario a fines de semana un dirigente del ala técnica del kirchnerismo que se sienta en la mesa chica de Axel Kicillof, uno de los más voluntariosos sostenes de Batakis que, sin embargo, se quejó según su entorno porque la ministra no tomó ninguna de sus sugerencias.

Cristina Kirchner, según confiaron, no convalidó la posibilidad de devaluar la moneda ni implementar un dólar paralelo para que las cerealeras liquiden la cosecha, una cifra valuada en 15.000 millones de dólares que el Presidente, en su discurso desesperado del viernes, denunció por especulación en torno a los 20.000 millones de dólares. Por ahí pasa la “encrucijada”. 

Lo desautorizó Omar Perotti, que quiere volver a confraternizar con el campo: “No se ve ninguna especulación”, subrayó.

La desorientación y la falta de conducción en el seno del Frente de Todos es fenomenal: hace menos de un mes, Fernández acordó con el gobernador concederle el histórico reclamo provincial por la deuda que había llevado a la Corte Suprema, actualizada a estos días en 151.800 millones de pesos. Fue el último anuncio público de Martín Guzmán antes de renunciar a su cargo.

En las últimas horas, además de anuncios que todavía se retrasan, en el seno del Gobierno volvieron a aparecer versiones sobre posibles cambios en el gabinete que tienen a Sergio Massa como único candidato a entrar al Ejecutivo. No había, sin embargo, este domingo ninguna certeza.

Para Fernández, tomar decisiones lleva su tiempo. Y no siempre tienen su sello. En realidad, muy pocas veces.

Fuego amigo​

De los cambios de gabinete que instrumentó, Ginés González García fue por motus propio, urgido por el escándalo del vacunatorio VIP que investigó Clarín. A María Eugenia Bielsa la corrió después de meses de reproches internos por su ineficiencia de gestión. El resto de los cambios los hizo obligado por Cristina Kirchner, o negociado bajo presión. “Alberto no echa a nadie”, se sinceran en su entorno.

“Es comprensible cuando en tu percepción estás bajo ataque permanente”, analiza uno de los máximos dirigentes del frente. El “ataque”, según ese dirigente, no es de la oposición ni del Poder Judicial: se refiere al fuego amigo.

En ese sentido, el nombre de Batakis, que todavía no recibió la reprobación pero tampoco el respaldo público de la Vicepresidenta, empezó a sonar en los últimos días como una figura de “transición”. En el Gobierno insisten en que “hay que llegar a septiembre”. Pero Cristina Kirchner ve en ese mes un panorama oscuro: cree, según lo que trasciende, que el vencimiento de 1 billón de pesos de esos días será difícil de sobrellevar. (Clarín)

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