Gustavo Petro, flamante presidente de Colombia, estaba en pleno discurso en sus 56 minutos de exposición y agradecimiento, cuando dijo “Agradezco la presencia de presidentes, presidentas y otros representantes de los pueblos hermanos de Latinoamérica y del mundo…” y la cámara paneaba a los presidentes latinoamericanos sentados, quienes atentos a las palabras de Petro, sentían el reconocimiento de presidente colombiano, menos, claro, Alberto Fernández presidente de Argentina quien con los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia la derecha, demostraba claramente que estaba adormilado o dormido.
Tras la imagen pobre e insultante de un presidente invitado al acto, dormido durante el discurso del anfitrión, los medios de Colombia no tardaron en hacer título con este verdadero ridículo de un mandatario invitado protocolarmente a la asunción del flamante presidente.
Las redes sociales se llenaron de comentarios, memes y todo tipo de cargadas e insultos hacia el argentino. Como consecuencia de ello, tanto en las redes como en los portales de información colombianos, comenzaron a acopiarse la serie de vergonzosas actitudes de los últimos tiempos de Alberto Fernández, poniendo al rojo su ineptitud y la ineptitud de la vicepresidente Cristina Fenrández, quien lo eligió para engañar electoralmente a los argentinos.
La información proveniente de Colombia, indica que una vez terminado el acto y cuando le acercaron a Alberto Fernández la forma en que había trascendido su “sueñito”, el presidente se mostró molesto y la primera reacción fue atacar a los medios y alertar a su entorno que los diarios argentinos seguramente se encargarían de aplastarlo una vez más, con sus críticas ácidas y sus operaciones para destituirlo.
Nunca se le ocurrió a Alberto Fernández, a esta altura el peor presidente de la historia del país, que los medios replican porque ven y no tienen la culpa que él se duerma en un acto protocolar, hable mal o haga el ridículo en público. (Agencia OPI Santa Cruz)
Son las cosas normales que le ocurren a una persona cuando esta de vacaciones en el caribe.
Asi de malos son los medios argentinos, solo hablan de los 5-10 minutos que estuvo dormido, pero no dicen nada de los 45-50 minutos que estuvo totalmente al ped#.
TOCA MUCHO LA GUITARRA….CON SANTAOLALLA…EL NUEVO BECADO EN OLIVOS CON LA PLATA DE LOS ARGENTINOS…Y NO ES JODA…QUE TREMENDO…QUE PUEBLO TRANQUILO…DOMESTICADOS
que asco y verguenza me da
“… y la ineptitud de la vicepresidente Cristina Fenrández, quien lo eligió para engañar electoralmente a los argentinos.” Dos cosas:
1) Periodismo “independiente” en su modo de “informar”.
2) Con esa lógica, si hablamos de ineptitudes, podemos seguir hablando de la ineptitud del presidente anterior, que hizo tan mal las cosas, que permitió que éste asumiera. También podemos hablar de la ineptitud de la mayoría de la población que lo votó, de la minoría que votó simplemente por ingeniudad y egoísmo, de la ineptitud de los medios que corren detrás del dinero y el poder, como gallinas detrás del maíz, cambiando el relato a cada rato sin importarles las consecuencias, la ineptitud de los grupos de poder (del campo, mineros, financieros, bancos, “familias patricias”) que sólo ven a través de su avaricia, sin importarles a quiénes joden, mientras sigan entrando ganancias (total, si el país se hunde, siempre tendrán recursos para irse afuera… donde está ya su dinero), y así… hasta que nadie quede en pie. Ni siquiera, el que escribió este brulote.
Siempre dejandonos bien parados , digno representante de la sociedad Argentina , desalineado, vago , inculto , patotero , a ver si hacemos un poco de autocritica , lo eligió el pueblo enojado con Macri , bueno chiques, hagamonos cargo de este peludo.
gracias Albertite y gracias bien digo, porque está manito que nos estás dando nos asegura que el kircnerismo patético y corrupto está en su tramo final, ocaso triste y descolorido, no vuelven más dijimos una vez, y volvieron para ser mejores, y mejores es esto, manotazos de ahogados para no ir presa, entregando el mando a massa un operador de bajo caudal moral.
Es que los discursos de derecha le aburren. Ah, no; pará…