- Publicidad -

A un mes del atentado a Cristina Kirchner, las internas vuelven a copar la agenda del oficialismo

Según publica Clarín Hay posturas diferentes por las PASO y Alberto Fernández se refugia en la CGT. La furia de los gobernadores y el acto del 17 de octubre.

Cristina Kirchner junto a Alberto Fernández en el acto por los 100 años de YPF - Foto: NA

Por: Federico Mayol

Los gobernadores del norte grande que viajaron con Eduardo “Wado” de Pedro a Estados Unidos le hicieron llegar al entorno de Alberto Fernández el disgusto por la reunión con la cúpula de la CGT, en la que dejaron trascender que quieren que el año próximo se vote con elecciones primarias.

“Fue un pedido de la CGT”, se excusó el Presidente cuando sus colaboradores le avisaron que los jefes provinciales, liderados por Gerardo Zamora y Jorge Capitanich, estaban furiosos por los trascendidos. Es que, apenas se enteró la comitiva en Washington de que Fernández y la central obrera habían hablado en la cena de Olivos del pasado lunes de defender las PASO como herramienta electoral de cara al 2023, sobrevoló un fastidio generalizado: hace semanas que los gobernadores presionan a la Casa Rosada para derogar las primarias, e incluso algunos ofrecieron unificar el calendario electoral como moneda de cambio.

Tres miércoles atrás, el Presidente se había expresado en privado en favor de las PASO en la cena que compartió con Juan Manzur, Carlos Heller y una decena de diputados del oficialismo en la casa de Eduardo Valdés, el día en que el jefe de Gabinete fue a la Cámara baja a dar su informe de gestión. Dicen que en esa comida el jefe de Estado fue bastante más duro que lo habitual cuando uno de los presentes se refirió a la unidad del Frente de Todos: Fernández todavía cree que La Cámpora, la agrupación liderada por Máximo Kirchner, fue la que más contribuyó a la desunión de la coalición. Lo expresa, entre sus íntimos, de la peor manera. 

El debate por las primarias, instauradas por Cristina Kirchner en el 2009 tras la derrota en las elecciones legislativas de ese año, es solo uno de los puntos en discordia en el seno del oficialismo que, a un mes del ataque a la ex Presidenta, vuelven a ser copado en su agenda pública por las internas.

Ya sin el respaldo de los gobernadores -los tiempos de los asados en Olivos de meses atrás se esfumaron-, el Presidente está decidido a refugiarse en parte de la CGT -Héctor Daer es su principal aliado- para tratar de concentrar algo de todo el poder que dilapidó desde el año pasado, y que lo dejó indefenso frente a la centralidad de Cristina Kirchner y el desembarco de Sergio Massa.

El acto del 17 de octubre es otro de los temas que volvió a azuzar la interna del Frente de Todos. En Olivos, en compañía de Manzur, Fernández aludió a la posibilidad de realizar en Tucumán el evento partidario que tras el pedido de condena del fiscal Diego Luciani en el juicio por Vialidad, y sumado al intento de asesinato a la Vicepresidenta, el kirchnerismo sugirió como la chance para hacer una multitudinaria demostración de fuerza en favor de la ex Presidenta.

Ahora, Tucumán quedó descartado. La CGT hizo trascender, como publicó este diario, que tendrá su propio acto sin el mandatario ni la Vicepresidenta, y el kirchnerismo avanza con su idea de organizar el 17 de octubre en el Gran Buenos Aires: circuló la cancha del club Quilmes como una opción.

El intento de asesinato que Fernando Sabag Montiel quiso llevar a cabo en la noche del jueves 1 de septiembre ya no monopoliza el debate en el Frente de Todos. En el entorno de la ex Presidente sigue la conmoción. Pero el 2023 está cada vez más cerca.

En ese contexto, Cristina Kirchner utilizó durante la semana las redes sociales para lanzar su primera crítica pública al ministro de Economía: le pidió “una política de intervención más precisa y efectiva” para bajar la inflación y atacar los “márgenes de rentabilidad” de las empresas alimenticias.

El Gobierno no le encuentra la vuelta a los aumentos de precios, pero Massa insiste en que a mediados del año próximo la crisis económica podría ceder de cara a la campaña. El optimismo del ministro no es compartido por la ex Presidenta, muy inquieta no solo por la economía si no por el humor social que llevó, por ejemplo, a que Sabag Montiel y la “banda de los copitos” intentaran matarla.

La Vicepresidenta hace silencio en torno al debate por las PASO mientras los gobernadores presionan por eliminarlas -avalaron el envío de un proyecto al Congreso-, y el Presidente se mantiene expectante. Según dicen, quiere mantenerlas no solo por la insistencia de la CGT, si no también por una versión inquietante: la opción de que él quiera presentarse.

Es una posibilidad que, de concretarse, volvería a enfrentarlo con el kirchnerismo, pero por la que nadie apuesta: Fernández está desgastado y la agenda presidencial es testimonio de esa debilidad. A pesar de eso, intervino directamente para encontrarle una solución al conflicto del sindicato del neumático. En medio de esa negociación, estuvo a punto de ir al complejo Gaumont para ver el debut de “Argentina 1985”.

“Son bienvenidos hasta 20 por ministerio”, escribió Gabriela Cerruti en el chat del gabinete cuando invitó a “acompañar al Presidente” al estreno de la película. Algunos de los colaboradores presidenciales pusieron algo de “sentido común”: no sería bien visto, en este contexto, que el jefe de Estado se encerrara en un cine un jueves por la tarde. (Clarín)

spot_img

Suscribité al Newsletter

Más Noticias

- Publicidad -spot_img

Más Noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí