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¿Cuánto tiempo podría durar la inmunidad? Años, incluso tal vez décadas, según un nuevo estudio

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Según publica La Nación ¿Cuánto puede durar la inmunidad al coronavirus? Parece que años, o incluso décadas. Según los datos de un nuevo estudio, ocho meses después de cursar la enfermedad, la mayoría de los recuperados sigue teniendo suficientes células inmunitarias para bloquear el virus e impedir el desarrollo de síntomas. La lenta tasa de disminución de esas células inmunes en el corto plazo sugiere que podrían seguir presentes en el cuerpo durante mucho, mucho tiempo.

La nueva investigación todavía no ha pasado por el proceso de revisión por pares ni ha sido publicada en revistas científicas, pero se trata del estudio más exhaustivo y de más amplio espectro que se haya hecho hasta la fecha sobre la memoria inmunitaria contra el coronavirus.

“La cantidad de memoria inmunitaria detectada en el cuerpo muy probablemente impida que la gran mayoría de la gente desarrolle un cuadro grave o deba ser hospitalizada por covid-19 durante muchos años”, dice Shane Crotty, viróloga del Instituto de Inmunología de La Jolla y coautora del nuevo estudio.

El descubrimiento probablemente sea un alivio para muchos expertos a quienes les preocupaba que la inmunidad al virus fuese de corta duración, y que fuese necesario administrar repetidamente la vacuna para mantener controlada la pandemia.

Y la investigación confirma otro reciente hallazgo interesante: que los recuperados del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave), causado por otro coronavirus, también conservan una importante cantidad de células de inmunidad 17 años después de sufrir la enfermedad.

Los hallazgos son coincidentes con otras alentadoras evidencias surgidas de otros laboratorios. Los investigadores de la Universidad de Michigan ya han demostrado que ciertas células de “memoria” que se producen con la infección persisten al menos tres meses en el cuerpo.

Un estudio publicado la semana pasada reveló que los recuperados de Covid-19 tenían potentes células de inmunidad, incluso cuando no se detectaron anticuerpos.

“En mayor o menor medida, todos estos estudios pintan el mismo cuadro: pasadas esas primeras semanas críticas de la enfermedad, el resto de la respuesta inmunitaria del cuerpo es bastante típica y habitual”, dice Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Universidad de Arizona.

“Excelente noticia”

Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, dice no estar sorprendida de que el cuerpo genere una respuesta duradera, “porque es lo que se supone que tiene que pasar”. Aun así, la investigación le parece alentadora: “Es una excelente noticia.”

Unos pocos infectados analizados en el nuevo estudio no desarrollaron una inmunidad duradera después de la recuperación, quizás debido a que estuvieron expuestos a cantidades diferentes del virus. Pero las vacunas pueden superar esa variabilidad individual, dice Jennifer Gommerman, inmunóloga de la Universidad de Toronto.

“Eso nos ayudará a enfocar mejor la respuesta, para que no se produzca la misma variabilidad”, dice Gommerman.

En los últimos meses, algunos informes sobre la disminución de los niveles de anticuerpos generaron la preocupación de que la inmunidad al coronavirus desaparezca en pocos meses, dejando a las personas nuevamente vulnerables al virus.

Pero muchos inmunólogos han señalado que es natural que bajen los niveles de anticuerpos. Además, los anticuerpos son solo una de las armas del sistema inmunológico.

Aunque se necesitan anticuerpos en la sangre para bloquear el virus y bloquear un segundo contagio -un cuadro conocido como inmunidad esterilizante-, las células inmunitarias que “recuerdan” el virus suelen ser las responsables de impedir que la enfermedad evolucione gravemente.

“La inmunidad esterilizante es muy infrecuente, esa no es la norma”, dice Alessandro Sette, inmunólogo del Instituto de Inmunología de La Jolla y otro de los coautores del estudio.

Lo más común es que las personas se infecten por segunda vez con un patógeno en particular, y que el sistema inmunológico reconozca al invasor y extinga rápidamente la infección. El nuevo coronavirus es particularmente lento para causar daño, dándole suficiente tiempo al sistema inmune para que reaccione.

“La infección puede ser sofocada tan rápido que el paciente tal vez no experimente ningún síntoma y ni siquiera llegue a ser contagioso”, dice el Dr. Sette.

El Dr. Sette y sus colegas reclutaron a 185 hombres y mujeres de 19 a 81 años que se habían recuperado de Covid-19. La mayoría había presentado síntomas leves, sin necesidad de hospitalización; la mayoría proporcionó solo una muestra de sangre, pero 38 de ellos suministraron varias muestras a lo largo de muchos meses.

El equipo rastreó cuatro componentes del sistema inmunológico: anticuerpos, células B -que producen más anticuerpos según sea necesario-, y dos tipos de células T, que matan a otras células infectadas. La idea era construir una imagen de la respuesta inmune a lo largo del tiempo, observando sus distintos componentes.

“Si se estudia una sola de las armas inmunitarias del cuerpo, realmente podemos perdernos el cuadro completo”, dice Crotty.

Crotty y sus colegas encontraron que los anticuerpos eran duraderos, con una pequeña disminución entre los seis y ocho meses después de la infección, aunque entre los participantes del estudio hubo diferencias de hasta 200 veces en los niveles de anticuerpos. Las células T mostraron solo una leve y lenta disminución en el cuerpo, mientras que las células B aumentaron en número, un hallazgo inesperado que los investigadores no pueden explicar del todo.

Los expertos dicen que este estudio es el primero en rastrear la respuesta inmune a un virus con tanto detalle. “Por supuesto quede esto no hay antecedentes”, dice Gommerman. “Me parece que por primera vez estamos aprendiendo algunas de las dinámicas que se producen a lo largo del tiempo”.

La preocupación por la duración de la inmunidad al coronavirus surge principalmente de la investigación de los virus causantes de los resfríos comunes. Un estudio citado con frecuencia y dirigido por Jeffrey Shaman, de la Universidad de Columbia, dejó entrever que la inmunidad podría desaparecer rápidamente y que las reinfecciones podían producirse en menos de un año.

Es difícil predecir exactamente cuánto tiempo dura la inmunidad, porque los científicos aún no saben qué niveles de las diversas células inmunes son necesarias para estar protegidos del virus. Pero los estudios realizados hasta ahora sugieren que incluso una pequeña cantidad de anticuerpos o células T y B serían suficientes para proteger a quienes ya se han recuperado.

Y hasta ahora, los participantes de este nuevo estudio vienen produciendo esas células en grandes cantidades. “No hay señales de que las células de memoria inmunológica vayan a disminuir de pronto y drásticamente, algo que sería muy inusual”, dijo Iwasaki. “Por lo general, esa disminución es muy lenta a lo largo de los años.”

Bhattacharya señala que hay nueva evidencia de que las reinfecciones con el coronavirus del resfrío común son el resultado de variaciones genéticas virales, y no por disminución de la memoria inmunitaria del cuerpo.

“Es razonable pensar que estos componentes de la memoria inmunológica permanecerán durante muchos años en el cuerpo”, dice Bhattacharya. (La Nación)

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