28/07 – 13:30 – De acuerdo a lo relevado “in-situ” por personal del diario Tiempo Sur y la Opinión Austral, aspirar el aire expulsado por las centrales termoeléctricas edificadas por la empresa Isolux Corsán en Europa es poco menos que revitalizante y altamente beneficioso para la vida de los pobladores que tengan la suerte de tener en su región un emprendimiento de este tipo (como los rioturbienses, por ejemplo). Para ello los periodistas fueron “invitados” por la empresa para que se sacrificaran en un costoso (pero sin cargo) periplo por Madrid (España), Katowice (Polonia) y Estocolmo (Suecia), entre otros horribles lugares donde el rigor periodístico los llevó.
La verdadera nota que ha trascendido en estos días no ha sido, precisamente como lo esperaban sus editores, lo bien que hace las cosas la empresa Isolux Corsán, encargada de la construcción de la mega usina en la cuenca carbonífera, al sur de Santa Cruz. La verdadera nota la dieron los medios que fueron “invitados” por la empresa española a realizar un tour por Madrid (España), Katowice (Polonia) y Estocolmo (Suecia), entre otros lugares, mirando y admirando las bondades de las instalaciones energéticas que tiene Isolux, con el ánimo de “despejar dudas” en la prensa local, cuando en realidad el objeto final es utilizar a estos medios como difusores de una publicidad encubierta que tienda a convencer a la opinión pública de Santa Cruz que la usina termoeléctrica a construirse en Río Turbio será tan buena para nosotros como lo es para los europeos.
Los diarios de Río Gallegos Tiempo Sur y La Opinión Austral fueron denunciados por la Asamblea Ambiental Ciudadana de Río Gallegos de haber sido comprados por Isolux Corsán, remarcando en el título que la empresa ha “comprado a la prensa santacruceña”, indicando en forma expresa “Vergonzosamente la española Isolux Corsan, encargada de construir la usina más contaminante de Argentina llevó, con todos los gastos pagos, a los medios periodísticos gráficos locales (La Opinión Austral, Prensa Libre y Tiempo Sur) a pasear por Europa. El paseo incluía Madrid (España) , Katowice (Polonia) y Estocolmo (Suecia), entre otras ciudades”.
Luego los ambientalistas acotaron “De esta manera la firma pretende evitar que se publique cualquier información periodística que muestre la realidad de esta obra. En el día de ayer visitaron una planta similar a la que se instalará en Río Turbio (de 135 MW) en la ciudad polaca de Katowice” y agrega “Lo que no se dirá es que según la mayoría de los indicadores, entre los que se encuentra la Organizacion Mundial de la Salud, la aglomeración de Katowice posee las peores condiciones ambientales de Polonia, con una severa polución del aire, contaminación del agua y el suelo, acumulación de residuos sólidos y de tóxicos químicos, etc. Igualmente, el área posee las peores condiciones de salud pública del país, básicamente por enfermedades asociadas a la contaminación ambiental”.
Luego sobre la nocividad del proyecto expresa “La “imagen” negativa proyectada por estas condiciones, constituyen un freno a la atracción de la inversión desde fuera de la región. La inmensa extensión de tierra degradada en la aglomeración -cubierta por residuos de la industria del carbón y metalúrgica, contaminada por metales pesados y peligrosamente horadada – representan una barrera directa a la renovación urbana, y los costos de rehabilitación de este vital recurso que implicará un elevado costo financiero que obligará a distraer recursos de otros usos productivos”.
Finalmente la AAC se pregunta “¿Si Isolux Corsan no tiene nada que ocultar, por que “compra” a la prensa local?” y seguidamente responde “Es simple y obvio, cuando confirmemos el ¿por qué? la firma estará a miles de kilómetros de Santa Cruz y nosotros estaremos sufriendo las consecuencias en salud, destrucción del suelo, aire, agua y desde ya tendremos uno de los peores desastres sociales de nuestro país”.
Negocios son negocios
Analicemos: no hay dudas que cada uno hace el negocio que le conviene y si no es funcionario público el hecho queda circunscripto al ámbito privado sobre el que nadie tiene derecho a opinar y en el cual podrían discutirse, a lo sumo, aspectos éticos que son secundarios en la cuestión de fondo. Sin embargo en periodismo, fundamentalmente, hay cuestiones que aún resultando extremadamente atractivas, no se pueden hacer sin pagar los costos que implican su aceptación, en virtud del espíritu crítico que (por naturaleza) debe impulsar al periodista, se supone entrenado para buscar los detalles, más que deleitarse con los logros del objeto de su trabajo.
Esto en pocas palabras significa que si una empresa que construye un controvertido proyecto de gobierno como la usina termoeléctrica de Río Turbio, donde no hay estudios serios de impacto ambiental, en el cual nadie confía que se hayan tomado los recaudos para evitar el impacto negativo en el medio ambiente y las personas que allí habitan y por sobre el que corren millonarias sumas de dinero que pagaremos todos los argentinos, invita a un periodista a “recorrer sus instalaciones en Europa”, el periodista (a menos que lo manden, claro está) debería hacer un explícito reconocimiento a la buena voluntad de esa empresa, darle las gracias y no ir.
¿Por qué?, porque indefectiblemente la visión que va a generar tanto en sus lectores como en la opinión pública en general, es la de estar embarcado en una publinota o en una operación de lobby a favor de la emprendedora, para tratar de influir en esa misma opinión pública a favor de la empresa que los lleva a conocer las bondades de sus actividades y plantar el mensaje (utilizando el medio) de que es muy bueno aceptar la instalación de la megausina porque, lejos de los agoreros y oportunistas que tiran para atrás del carro, la empresa constructora luce los pergaminos necesarios para asegurar que a estas cosas las hace bien.
Ese es más o menos el razonamiento lineal que lleva implícito este tipo de operaciones que normalmente ningún medio bien posicionado acepta; es decir, aquí no se trata de condenar la pauta que pueda haber arreglado el medio, lo cual es lícito y entendible, se trata de señalar que éste camino (el aceptar un viaje pago por Europa visitando plantas de la empresa) es el menos aconsejable porque desnuda una realidad en el manejo de la información que difícilmente en el futuro esos mismos medios puedan cambiar, aún cuando lo que difundan sea la más pura verdad.
Hoy tanto Tiempo Sur como La Opinión Austral son denunciados por la AAC de haber sido “comprados” con un viaje por la empresa Isolux Corsán. El tiempo dirá como se pararán frente a sus lectores estos medios en el futuro cuando tengan que informar sobre los aspectos más negros del proyecto… o si lo informarán. (Agencia OPI Santa Cruz)