“No maten a mi abuelito, les regalo mis juguetes”

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    20/09 – 18:00 – Víctor Granada, jubilado de 75 años, murió de un tiro en el pecho y su hijo de 36 recibió un balazo en un hombro anoche, en un robo que se produjo en una casa de Rafael Castillo, en La Matanza. “No maten a mi abuelito, les regalo mis juguetes”, les rogó el nieto de la víctima. Al momento no hay detenidos por el hecho. Se llevaron 100 pesos y un celular.

    Para Nilda Garré, Aníbal Fernández, Abal Medina y otros tantos impresentables del gobierno nacional, la inseguridad es una sensación. Claro, porque no les pasa a ellos. Indudablemente que quien anda con custodios armados, en autos oficiales o vuela en helicópteros por los cielos del conurbano o la capital Federal, no tiene estos problemas.

    Sería deseable que cada uno de ellos tomara un poco de su propia medicina. María Moyano, panelista de 678, hace unos meses hablaba desde Canal 7 en contra de los medios que imponían la “sensación de inseguridad”. A partir de que fue asaltada, pide a los gritos “que los metan presos a todos” y ya no se muestra tan sensible a los derechos humanos de los chorros y los criminales, claro, porque le tocó en carne propia.

    El hecho que relata hoy el diario Clarín es sobrecogedor, no hay palabras para describir la bronca y la impotencia que sentimos la gente de bien. No hay calificativos para estas bestias que matan y roban con total impunidad, como no hay calificativos para aquellos que se lo permiten, ergo. Los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, todos co-rresponsables de la inseguridad que vivimos. Lo sucedido anoche a un abuelo y su familia, con el nieto pidiéndole a los criminales que no mataran a su abuelito y ofreciéndole todos sus juguetes a cambio, tendría que tocar la fibra íntima de los jueces, los mismos que dejan a esta lacra en la calle, que los vuelven una y otra vez a la sociedad y siguen matando y siguen robando. Ojalá, algún día, les toque a ellos.

    La noticia.

    Todo comenzó pasadas las 19, si bien la Policía informó sobre el caso cerca de la medianoche. Fue en una vivienda de Manuel Estrada 301 -en la intersección con Hilario de Almeira-, cuando dos hombres aprovecharon una distracción y forzaron la puerta de reja de la calle, que estaba cerrada. Allí, en la casa de dos pisos y con varias habitaciones, encontraron a la esposa de la víctima fatal, a quien encerraron.

    Luego, armados con una pistola y un cuchillo, se dirigieron a la planta alta. Encontraron al hombre mayor durmiendo y a su hijo. Al parecer, tras realizar amenazas, exigieron “la plata de los alquileres”, mientras padre e hijo negaban tener dinero en efectivo. Se desató un episodio confuso y sonaron dos disparos. El hombre de 75 años, que fue identificado como Víctor Granada, cayó muerto. Su hijo –que está internado en una clínica de Tapiales, se llama Alejandro y es chofer de la línea 96– recibió un disparo con orificio de salida en un hombro.

    Inmediatamente, los delincuentes escaparon del lugar con algunos objetos que pudieron separar. Minutos después, luego de que los vecinos alertaran al 911, llegaron efectivos de la comisaría 16 de Virrey del Pino.

    “No maten a mi abuelito, les regalo mis juguetes”, les rogó el nieto del hombre asesinado a los ladrones, según contó esta mañana entre llantos la viuda, que estaba con el nene en la cocina cuando fueron sorprendidos por los delincuentes. “Entraron de prepo, rápido, pidiendo el dinero que tenía mi marido del alquiler de unos departamentos”, recordó.

    La mujer dijo que los asaltantes entraron al grito de “venimos a buscar la plata, te vamos a volar la cabeza”. A raíz de eso, allegados a la familia evaluaban esta madrugada que los asaltantes estaban convencidos de que iban a poder llevarse dinero efectivo por el supuesto cobro de alquileres, por lo que se creía que alguien “vendió” esa información a los asaltantes.

    La viuda calificó el crimen como algo “terrible”. Y agregó: “Se me fue un gran compañero de 38 años de casados, un caballero con todas las letras”. También precisó que, en la huida, a los ladrones se les cayó un teléfono celular Nextel, que está en manos de los detectives policiales.

    Los familiares se mostraron convencidos de que los dos hombres que aparecieron armados eran de la zona, si bien no brindaron más precisiones. Por otra parte, explicaron que conocían casi al detalle los pasillos y el “movimiento” habitual de la casa. (Clarín/OPI Santa Cruz)

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