Empezarán a matar gaviotas con rifles de gas comprimido

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    26/09 – 17:30 – El denominado “Plan de eliminación de gaviotas picadoras”, comenzó a ser aplicado el proceso de combate a las gaviotas que lastiman a las ballenas en las costas de Chubut. El controvertido sistema, de dudosa fiabilidad, fue decidido como el más apto para conseguir la eliminación selectiva de esta especie, la cual sobreabunda en la costa por razones ambientales y de desbalance en el ecosistema, causas que aún no fueron atacadas, volcándose a la eliminación de animales, como “prueba piloto”.

    (OPI Chubut) – Una vez más volvemos sobre un tema muy controvertido en Chubut: la eliminación de la denominada “gaviota picadora” que comprenden las aves de esa especie que se posan sobre las ballenas y lastiman al catáceo, al arrancarle la piel, produciéndole heridas e infecciones.

    Lo cierto es que la provincia ha decidido llevar adelante la “prueba piloto” de combatir a estas gaviotas mediante disparos y de esa manera (suponen) podrán reducir la población de aves de estas características, algo que desde este espacio se ha puesto en duda y se ha criticado porque, a partir del conocimiento práctico que se tiene a partir del análisis de los elementos empelados, las condiciones y el animal que se pretende abatir.

    El ministro de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable, Eduardo Maza, participó en Puerto Pirámide de actos referido al Día de la Ballena y allí mismo confirmó que se pone en marcha esta prueba de eliminación que – al decir del gobierno provincial – es producto de un análisis científico, que le ha demandado al Estado largo tiempo y muchos fondos públicos.

    Recordemos que inicialmente se pensaba usar gente del grupo especial de la policía GEOP, para tirotear a las gaviotas. Ayer, el funcionario se cuidó de dar detalles al respecto y se refirió a “expertos tiradores” que irán embarcados con un patrón y dos “expertos” que monitorearán las operaciones. ¿Qué harán?: dispararle a las gaviotas que se posen en el lomo de las ballenas.

    En el momento en que apareció la noticia, nos llamó la atención que esta modalidad sea el producto de una conclusión científica, pero, evidentemente, quienes han gestionado los recursos para este estudio, han llegado a la conclusión de que esto es lo mejor y así lo implementarán.

    No hemos tenido acceso a los gastos que esta operación demanda, ni tampoco de cuánto es la inversión que se hizo en los dos años que lleva el estudio científico, pero a simple vista se puede inferir que, modificando el habitat de las gaviotas, eliminando basurales, depurando los vertederos en la costa, controlando la depredación pesquera, la fauna acompañante y la devolución de peces muertos, tal vez podría comenzar a hacerse un cambio sobre el ecosistema, mucho más práctico y rápido que tirarles al vuelo a los animales para disminuir su población.

    La más difícil

    No somos científicos del Centro Nacional Patagónico (CENPAT), entidad científica encargada de monitorear el fenómeno y aconsejar el remedio, pero sí tenemos ciertos conocimientos prácticos que, sin pretender contrarrestar ensayos científicos en la materia, ponen en duda – de antemano – la practicidad del método. Analicemos:

    La gaviota, en sus diferentes subgrupos, es un ave que oscila entre los 30 y 80 cms (de pico a cola), lo cual no se trata de un “ave chica”, precisamente, posee un espeso plumaje, muy compacto, que los “blinda” del agua, para retener el calor corporal y es precisamente, ese sistema de plumas tan compacta, lo que no le permite sumergirse ni levantar vuelo de una superficie lisa, sin ayuda del viento. A esto hay que agregarle las alas duras y compactas que posee. Es decir que, para vencer la resistencia de este “verdadero chaleco antibala” que tiene la gaviota, hace falta un proyectil el cual, primero, penetre con gran inercia la coraza de plumas; segundo que agreda al animal con la suficiente fuerza como para producirle la muerte. Si se tiene en cuenta otros factores como la distancia, el viento, el movimiento de una embarcación y las condiciones del tirador, para hacer efectivo el derribo de una gaviota, al menos se necesita un arma de fuego en bajo calibre, para lo cual el único disponible es el afamado 22LR.

    Las principal contraindicación de este calibre es el alcance de la bala perdida (1.200/1.400mts), luego el ruido. El otro problema es la posibilidad de herir a la ballena, en el intento por liberarla de sus predadores.

    La gaviota es un ave que pone alrededor de 4 o 5 huevos, con un periodo de incubación de unos 20/25 días y viven más de 30 años. Es decir que se trata de un animal con gran poder de reproducción y de larga vida. Si se multiplican estas características por miles y miles de gaviotas que pueblas las costas de Chubut, se podría decir que el volumen reproductivo de las gaviotas, siempre superarán las acciones “selectivas” para controlarlas.

    Tal vez nadie pensó en anteponerle a las gaviota un enemigo natural como halcones de la clase Harris, por ejemplo probados en Benalmádena (España) para ahuyentar gaviotas que ensuciaban embarcaciones en el puerto. O depredadores de nidales y huevos, lo cual podría achicar el nivel de crías, que en el caso de la gaviota no es constante, sino en aumento constante.

    El medio

    De acuerdo al gobierno provincial, se utilizarán rifles de gas comprimido para derribar los animales que se posen sobre las ballenas. Si bien la primera observación que podríamos hacer es el impacto negativo que tendrá sobre el catáceo, la presencia de personas disparando sobre su lomo, nos vamos a detener en las cualidades de las “armas” elegidas para producir estos derribos.

    Aún teniendo en cuenta que se utilicen armas de gas comprimido (poseen una cápsula de gas que es el impulsor del proyectil) y suponiendo que se opte por las de primera línea en el mercado como: Umarex Hammerli 850 Airmagnum Cal 5,5 Aleman, Gamo Shadow, Crosman RepeatAir 1077, Gamo Hunter IGT, etc. En calibre 5,5 mm (el más pesado) hay que tener en cuenta que la velocidad de disparo en la salida del cañón van desde los 190m/s (metros por segundos) a los 305 m/s.

    Esto equivale a que si se usa el denominado “balín” de copa o esférico, no tendrá un rango efectivo más allá de los 40 metros, dependiendo de las condiciones meteorológicas, especialmente el viento.

    Al ser de muy baja velocidad (si bien es pequeño y ofrece poca resistencia al aire) la desviación en vuelo es un tema omnipresente y un impacto más allá del rango efectivo del rifle, lo hace absolutamente inútil para el propósito. De hecho, cualquiera que tenga gran experiencia en disparos de estas características, coincidirá que vencer la resistencia del plumaje de una gaviota y matarla (dos acciones en el mismo intento, que requieren de doble de energía para: traspasar y matar) es difícil, por lo tanto, estaríamos ante el problema de sembrar de animales heridos y mutilados, el entorno de las ballenas, por ejemplo, o que vuelen a la costa y permanezcan allí heridas o muertas mucho después..

    En las armas a gas, si bien se indica que no sucede tal como se refiere, existe siempre una pérdida proporcional de potencia, a medida que el dispositivo que contiene el gas se va agotando. Esto influye en la calidad y la eficacia del tiro, haciendo al arma cada vez más inútil.

    Comparativamente, es mucho más estable un arma neumática (aire comprimido), asistida por un émbolo que comprime aire a presión, pues en el mercado hay rifles como el Aire Comprimido Hatsan Mod 125 Th cuya velocidad en boca es de 375m/s; tiene la poco práctica virtud del proceso de recarga (a mano). Al no depender de un depósito agotable del elemento impulsor, los tiros son más estables y parejos, al menos para lograr efectividad (dudosa) en esta complicada práctica que intentan implementar en Chubut.

    Conclusión: no se observa la practicidad del método y si se puede ver que no hay convencimiento en que los resultados sean buenos. Si a esto le agregamos que se utilizan muchos fondos públicos (los cuales no se informan) para este tipo de emprendimiento de dudoso éxito y además, no se tiene idea de cuánto tiempo se deberá implementar la tarea, porque sus ejecutores hablan de “probar este año” (faltan 6 meses) para continuar el año que viene y delinear allí las conclusiones para trazar el plan definitivo (¿?), nos hace pensar que esto, aún, no ha comenzado y ya está agotado. (Agencia OPI Chubut)

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