Kicillof evita los actos y desactivó su candidatura

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El Ministro de Economía de la Nación Axel Kicillof - Foto: Prensa Ministerio
25/08 – 10:00 – Pese a que la posibilidad fue impulsada en el oficialismo, él cree que su tiempo podría llegar en cuatro años.

Por Mariana Verón
Sin debut y con despedida. La candidatura a presidente del ministro de Economía, Axel Kicillof, que fogoneó en los últimos meses el espacio más cristinista del oficialismo, se esfumó antes de nacer: el funcionario ya avisó que no cuenten con él para los actos políticos y que prefiere concentrarse en la gestión.

Con el frente económico caliente, el ministro se apuró a bajar cualquier tipo de expectativas sobre su posible postulación, una ilusión que nació con el conflicto con los fondos buitre y que tuvo a Luis D’Elía como impulsor central, en público. La candidatura de Kicillof era, todas maneras, un secreto a voces en el interior de la Casa Rosada por la confianza plena que le tiene la mesa chica de Olivos.

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En su despacho creen que es más lo que le resta que lo que le aporta que su nombre aparezca en el camino de las elecciones de 2015, y si bien lo entusiasma el calor popular, desde su equipo de colaboradores desechan cualquier posibilidad de postulación en el próximo turno electoral.

Dicen que su momento podría llegar más adelante y hablan de esperar otros cuatro años, en línea con la estrategia que traza la agrupación La Cámpora para el futuro del kirchnerismo, con una construcción pensada más allá de 2015 (de lo que se informa por separado).

“No piensa ni está trabajando para ninguna candidatura”, aclaran en el entorno de Kicillof. El ministro cree que no es momento de lanzarse y sostiene que lo único que tiene que hacer es concentrarse en la gestión económica que lo tiene contra las cuerdas con la baja de la actividad, la inflación y una caída en el empleo, sus prioridades de reconstrucción para la última parte del año.

Su rutina desde que se convirtió en el jefe de la política económica cuando Cristina Kirchner lo designó al frente del Palacio de Hacienda, en noviembre pasado, cambió a tal punto que lo primero que tuvo que abandonar fue justamente su perfil político.

Dejó de ir a los actos con militantes, ámbitos que frecuentaba cuando era secretario de Política Económica, un virtual viceministro, donde bajaba los lineamientos centrales de la gestión que ahora puede ejecutar ante auditorios de jóvenes. Ese trabajo lo hacen algunos de sus colaboradores, como Emanuel Álvarez Agis, que incluso consolida su perfil de comunicador.

Cuidados

La responsabilidad del cargo lo obligó a cuidar sus movimientos. “Ahora es un riesgo porque en un acto militante cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra”, agregan en su equipo para explicar el paso al costado en su rol más político. Recuerdan lo que sucedió con un video que circuló del presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, en el que contaba en el calor de un debate militante que le había pedido a la Presidenta quitarle rutas a su competidora, la compañía chilena LAN.

Desde que Cristina lo designó al frente del Ministerio de Economía, Kicillof sólo participó del primer plenario que ideó Unidos y Organizados (UyO) en el Mercado Central, el 27 de abril pasado, y desde entonces evitó todo contacto con los actos políticos.

De hecho, aunque se había generado expectativa por su posible presencia en el Luna Park la semana pasada, cuando se congregó la militancia del espacio kirchnerista no PJ, nunca estuvo en sus planes ir. Tampoco fue a los otros dos encuentros de UyO que cerró el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, uno en Córdoba y el tercero en lo que es su ámbito, la Facultad de Economía de la Universidad de Buenos Aires, que lo tuvo como el gran ausente.

Las encuestas, hasta el momento, tampoco le dan margen para la política. Si bien ganó en conocimiento público, los vaivenes de la gestión económica elevaron su imagen negativa.

Y aunque tomó una altísima exposición en el gabinete de la Presidenta y es hoy el funcionario a quien Cristina más escucha, en lo personal Kicillof apela al bajo perfil y evita mostrar su vida privada.

Lo entusiasma, sobre todo en momentos de zozobra económica, el apoyo de la militancia, como se vio en el grupo de fans que lo abordó el miércoles pasado a la salida de la Bolsa de Comercio, pero es un ámbito en el que confiesa sentirse incómodo. A modo de broma, a su equipo le avisó que esa noche dormiría en el ministerio ante la difusión de aquella foto en la que aparecía rodeado de chicas que lo besan y lo abrazan. (La Nación)

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