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06/03 – 19:30 – Como lo venimos informando en estos días, 2 de las 3 máquinas de la Fuerza Aérea basadas en Río Gallegos, como último escalón para volar a la base de la Antártida están siendo reparadas en pista y las autoridades han decidido suspender momentáneamente los vuelos antárticos, hasta que estén dadas las condiciones de seguridad en las máquinas de la Fuerza Aérea.

Luego de las peripecias pasadas, con motivos del cruce fallido a la Antártida, los aviones Hércules de la Fuerza Aérea, 3 máquinas habilitadas para realizar estos viajes a la base Marambio, permanecen en pista del aeropuerto internacional de Río Gallegos.

El TC-70 es la única máquina operativa, mientras el TC-64 y TC-66 están fuera de servicio. En estos momentos, al TC-66 le están reemplazando el motor, mediante el empleo de una grúa, trabajos que se encontraban demorados por el viento reinante. Éste avión regresó el 5 de este mes con un motor plantado, desde el continente blanco, declarándose en emergencia.

La máquina turbohélice fue traída de los talleres en Buenos Aires a bordo del TC-70, ya que por las dimensiones del motor, solo en una de estas máquinas pueden disponerse el traslado de estos nucleos propulsores.

De acuerdo a las fuentes consultadas por OPI, desde el mayor nivel de la Fuerza Aérea se ordenó la suspensión del puente aéreo entre Río Gallegos y Marambio, hasta tanto las máquinas estén en condiciones de volar y ser reemplazadas en caso de fuerza mayor. “Aunque el TC-70 puede volar bien, el operativo a la Antártida se suspende hasta que otro de los dos aviones sea puesto en servicio”, señaló a nuestro cronista un ingeniero conectado a las tareas de reacondicionar las dos máquinas estacionadas en cercanía de los hangares de FAA.

Tal como pudo saber esta Agencia, el personal de Fuerza Aérea está muy contrariado por nuestras publicaciones, ya que es intención de las autoridades de la Fuerza, que nada de esto salga a la luz.

Otro de los movimientos de máquinas que hemos registrado, esto informado por nuestras fuentes en la ciudad de Ushuaia, es el del Hércules TC-70, el cual arribó a la capital de Tierra del Fuego a fin de recibir al helicóptero ruso Mi-17, el cual, procedente de Marambio, cubrió el trayecto desde la base Frei a Ushuaia, en un vuelo de 5 horas. Estos helicópteros rusos están encargados de proveer el abastecimiento a la base antártica, en la época en que, como ahora, se procede al recambio de personal, acarreo de víveres, combustibles, medicamentos, máquinas y herramientas, etc, necesarios para realizar la actividad antártica durante el resto del año.

Un significativo malestar, aunque por razones obvias no trascienden a la opinión pública, atraviesa a integrantes de la FAA, tanto oficiales, como suboficiales y técnicos, por los ingentes esfuerzos que deben realizar para mantener operativas las escasas 3 máquinas con que cuentan para efectuar el cruce, mientras en otro orden, tal es el caso de los viajes de la presidenta CFK, estos mismos integrantes de la Fuerza Aérea, ven que mientras ellos no puede cumplir su misión por falta de presupuesto, personal, falta de mantenimiento y tardanza en las reparaciones, los aviones presidenciales son usados discrecionalmente, inclusive para llevar o traer una sola persona o bien los diarios desde Buenos Aires.

Esto no pasa desapercibido para el personal aeroportuario, por cuando, las máquinas presidenciales, van y vienen, aterrizan y se asisten, a la vista de todos y sin retacear fondos para operar, mientras un operativo anual como éste, se debe suspender, debido a carencias básicas que no son satisfechas desde la conducción de la institución militar. (Agencia OPI Santa Cruz)