11:00 Las cámaras pidieron que sea tomado a cuenta de futuros aumentos; la CGT se opone y retomó la amenaza de paro
Por: Jaime Rosemberg
En busca de un gesto concreto hacia la CGT que evite un nuevo paro general , el gobierno de Mauricio Macri reconoció ayer que impulsa dar carácter de obligatorio el pago de un bono de $5000 en dos cuotas para el sector privado, acordado con el sindicalismo y las principales cámaras empresariales.
Sin embargo, las negociaciones se complicaron luego de que las empresas reclamaron que el pago fuera tomado como un anticipo de futuros aumentos. “Se empiojó”, graficó un funcionario del Ministerio de Producción. Sectores empresariales, como la UIA y la CAME, se resisten también a que el aumento tenga carácter obligatorio y a que se tome por igual a compañías grandes y pequeñas. Las diferencias en torno a la implementación postergaron la definición del decreto.
Por cuerda separada, y en un clima de mayor acuerdo, el vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra , comenzó a negociar ayer un pago adicional para los estatales, que podría ser de entre $3000 y $6000.
“Pedimos que haya una ventana que permita que no sea un sacudón para las pymes que no tienen actividad ni recursos para afrontarlo”, afirmó en declaraciones radiales el vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, en un anticipo de la postura crítica de los industriales. Fuera de micrófono, desde ese sector se enfatizaba que “las pymes son el gran problema, no pueden afrontar esas subas y no puede ser obligatorio”. Por la tarde, una propuesta de esa cámara para darle al bono carácter de anticipo “a cuenta de futuros aumentos” provocó el enojo de la CGT y la amenaza de volver a impulsar el paro de 36 horas que la cúpula sindical venía analizando antes del llamado al diálogo del Gobierno.
Fuentes oficiales se sorprendieron por el enojo sindical. “En la reunión (del lunes) nadie mencionó la palabra paro”, contó uno de los asistentes al cónclave en el sindicato de Sanidad. Sólo José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) afirmó que “no le sirve a nadie” el paro, aunque un día después la negativa de las cámaras empresarias encendió la inquietud de los funcionarios. La gran apuesta de Sica y de Jorge Triaca, secretario de Trabajo, seguía siendo llegar a algún tipo de acuerdo.
“No se nos puede caer esto, sino (Hugo) Moyano va a tener la excusa de presionar para que haya un paro”, afirmó un importante legislador nacional que ayer pasó por la Casa Rosada.
Empresarios, funcionarios y sindicalistas en la reunión de anteayer en la que se acordó el bono Empresarios, funcionarios y sindicalistas en la reunión de anteayer en la que se acordó el bono Crédito: Ministerio de Producción y Trabajo
Fue el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, quien blanqueó por la mañana la idea de que el bono sea “obligatorio para todo el sector privado”, pero haciendo la salvedad de casos particulares de empresas que no lo puedan afrontar.
“En muchos casos los mismos gremios planteaban que podía haber algún tipo de flexibilidad. Vamos a hablar con el sistema financiero para ver si hay algún tipo de financiación de corto plazo para las empresas que no lo puedan pagar. Queremos trabajar después sobre los casos particulares”, afirmó el ministro Sica, en declaraciones a radio Continental.
“Hay empresas que están en condiciones de poder pagar más, pero ese adicional por encima de los $5000 ya sería remunerativo”, agregó Sica. En el otro extremo, desde la UIA advirtieron que “6 de cada 10 empresas” no podrían afrontar este costo extra, y recordaron que CAME (que agrupa a las pequeñas y medianas empresas) ya había anticipado su rechazo a la medida.
Varias provincias, entre ellas Santa Fe y Mendoza, ya advirtieron que no podrán sumarse a la iniciativa por no contar con fondos suficientes.
Además de la negociación con los privados, Ibarra y Andrés Rodríguez (UPCN) comenzaron a negociar un plus para los 210.000 mil estatales nacionales. Sería, según fuentes del Gobierno, de entre 3000 y 6000 pesos, y pagadero en cuotas. La mayoría de las provincias anticiparon sus dificultades para equiparar el bono. “Se nos complica por los pocos recursos que tenemos, pero recién vamos a evaluarlo a fin de mes”, afirmó a LA NACION un funcionario cercano a la gobernadora bonaerense. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, fuentes cercanas a Horacio Rodríguez Larreta recordaron que el aumento para este año para los empleados de la ciudad llegó al 30 por ciento.
A pesar de las dilaciones, el Gobierno buscará de todos modos dar una señal “rápida y concreta” en las próximas horas para aliviar la situación de los asalariados afectados por la inflación y terminar de desactivar el paro de la CGT. (La Nación)