14:30 La crisis cambiaria no dejó muchas buenas noticias para la Argentina, pero una de ellas es la corrección en la balanza comercial. En 2019, según estimaciones privadas, volverá el superávit, ayudado por una mejor cosecha agrícola y un Brasil con su economía más fuerte. Sin embargo, no aumentará el volumen del intercambio.
Por: Sofía Terrile
Un informe de la consultora Ecolatina proyecta que el superávit comercial en 2019 rondará los US$4500 millones. Agrega que, desde la segunda mitad de este año, la balanza ya habrá encontrado su equilibrio tras el déficit récord de 2017, cuando llegó a US$8300 millones.
A pesar de que volverá el superávit, no crecerá el intercambio total, es decir, la suma de exportaciones e importaciones. Al contrario, descenderá aproximadamente un 1%. “Es un superávit alcanzado por las malas -apunta Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora-. La Argentina necesita ingresos genuinos de dólares para repagar su deuda; para eso hace falta exportar más y también importar más, pero con el fin de aumentar la exportación”.
Así explica Marcelo Elizondo, de la consultora DNI, lo que viene: “Las importaciones van a caer por la recesión, una razón más importante que la devaluación. El 80% de las importaciones argentinas son bienes que se utilizan la producción: bienes de capital, insumos, piezas y partes y energía”.
En cuanto a las exportaciones, Martín Kalos, de la consultora EPyCA, destaca el rol de Vaca Muerta -aunque el precio del petróleo no está tan alto como preveía el Gobierno, aclara-, la cosecha 2018/2019 y la recuperación de Brasil. “Habrá una mejora, aunque no tan fuerte como el 21% que espera el Gobierno, y también un aletargamiento de las importaciones. Se logrará así un superávit comercial basado en la destrucción del poder adquisitivo interno y en factores externos que no dependen de la política económica”, apunta.
En el mismo sentido, Elizondo añade que el posible superávit de 2019 es un resultado que “no refleja un crecimiento del comercio internacional en general”, sino que es “una adaptación a un escenario un poco más equilibrado”, luego del panorama deficitario “insostenible” de 2017. “Hace 50 años, la Argentina conformaba el 0,8% de las exportaciones globales. Hoy es el 0,3%. El día que tengamos la participación de hace cinco décadas, diría que vamos a estar bien”, resume.
Federico Furiase, de la consultora EcoGo, suma una advertencia: explica que si el año próximo se acelera la recuperación en un escenario de atraso cambiario -y de recuperación del salario real-, se podría dañar el superávit comercial porque es probable que, en ese caso, el crecimiento de las importaciones sea más dinámico de lo esperado.
Reformas estructurales
En un apartado, el informe de Ecolatina destaca el “deterioro” de las exportaciones de bienes: entre 2011 y 2019 habrán caído más del 20% en dólares corrientes. “Para atenuar esta contracción, es fundamental profundizar nuestros acuerdos comerciales. A modo de ejemplo, mientras que Chile posee tratados con el 90% del PBI global, Perú el 80% y Colombia con el 50%, la Argentina solo goza de una entrada privilegiada al 10% del PBI global”, sigue el texto.
Lo mejor que podría pasar para que se desarrollen las exportaciones es que haya estabilidad macro, agrega Martín Alfie, de la consultora Radar. “Hoy hay un exportador que, más allá del tipo de cambio alto, ve que hay inflación del 5% mensual y tasas de interés altísimas. En realidad debería poder ver que vender al exterior va a seguir siendo rentable y que la suba de precios no le come la competitividad”, detalla. Otro tema “no menor”, agrega, es el financiamiento, especialmente para aquellos que están en busca de nuevos mercados.
Mientras tanto, la Argentina comienza a salir de una racha de más de 20 meses con déficit comercial. En septiembre, la balanza comercial fue superavitaria por US$314 millones, según el Indec. (La Nación)