09:00 – El candidato por el Frente de Todos registró un triunfo inapelable por su amplitud, con eje en el conurbano bonaerense; el exministro dijo sentir “orgullo” por el estilo de campaña que realizó
Por: María José Lucesole
“Es un día lleno de alegría y felicidad. Sabemos que vamos a seguir recorriendo, escuchando, abrazando, juntando y sumando. No vamos a restar, vamos a sumar y multiplicar para poner en marcha a la provincia de Buenos Aires, con los que nos votaron y los que no nos votaron”, prometió el candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos, Axel Kicillof, al celebrar anoche con su contundente triunfo en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias ( PASO).
Sonriente junto a su compañera de fórmula, Verónica Magario, Kicillof celebró la obtención de 1,3 millones de votos más que los obtenidos por la gobernadora en ejercicio, María Eugenia Vidal. “Me llena de orgullo que en esa campaña no se levantaron millones para publicidad, no se mintió, no se agredió, no se acusó. Fue una campaña que contó con muchísima ayuda. Todos aprendimos muchísimo”, dijo el exministro de Economía kirchnerista. La derrota no fue sorpresa para Vidal. Sí lo fue la diferencia entre los sufragios que obtuvo cada espacio: casi 17 puntos porcentuales, al cierre de esta edición, con más del 84% de las mesas computadas. El presidente Mauricio Macri felicitó a Vidal, pese a la derrota: “Esperando que los bonaerenses no se la pierdan a María Eugenia en octubre”, dijo.
La gobernadora, sin embargo, optó por no hablar ayer en público. Fue su entorno el que salió a afirmar que Vidal no perdió la esperanza para las elecciones generales de octubre: recordaron que Cambiemos estuvo diez puntos abajo del Frente para la Victoria, en las PASO de 2015. Dos meses después, recordaron desde su círculo íntimo, Vidal revirtió la tendencia y ganó la provincia.
Pese a esa comparación, el escenario que arrojaron las urnas, ayer, es más difícil: Kicillof quedó a solo unas décimas porcentuales de lograr el 50% de los votos emitidos, además de que no rige el sistema de ballottage en la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, Kicillof agradeció a los militantes. “Es un día lleno de felicidad y de emoción porque ustedes saben que esta ha sido una campaña muy desigual”, planteó. “Esta campaña se hizo de abajo para arriba con la participación de todos los compañeros de la provincia de Buenos Aires”.
Con comodidad
Así, al cierre de esta edición, la coalición que impulsa las candidaturas de Kicillof y Magario se imponía con comodidad con más de 4,2 millones de votos (49,2%), mientras que segundo quedó Juntos por el Cambio que postuló a Vidal y Daniel Salvador con más de 2,8 millones de sufragios (32,7%).
En tercer lugar se ubicó Consenso Federal, que postuló a Eduardo Bali Buca y Miguel Saredi con casi medio millón de votos (5,8%); le siguió el Frente de Izquierda de los Trabajadores, que lleva a Christian Castillo y Mercedes Trimarchi, y lograba más de 266.000 votos (3,2%), en tanto que en quinto lugar se posicionaba el Frente Nos, con Gustavo Álvarez y Sandra Dell Aquila como candidatos, que obtenía 138.000 votos (1,6%) y lograba entrar a la elección general.
Por el contrario, el Nuevo Más, que postuló a Martín Bayon y Mariana Alonso, solo conseguía 53.000 votos (0,6%) y al cierre de esta edición quedaba lejos de superar el piso legal del 1,5% necesario para competir en octubre.
En esa línea, las propuestas de Frente Patriota, Valores para mi país, Movimiento de Organización Democrática y Dignidad Popular también quedaron fuera de la elección general con menos del 0,5 por ciento de los sufragios.
Las PASO en territorio bonaerense también aportaron otros datos singulares. En ninguno de los nueve partidos que se presentaron en las primarias se registró una competencia interna para elegir sus candidatos a gobernador. Pero las PASO sí sirvieron de filtro para ordenar la elección de octubre: solo cinco fórmulas siguen en carrera.
Por su parte, el número de electores que fueron a sufragar (unos 10,9 millones de bonaerenses) representó al 75,74% del padrón que se encontraba habilitado para sufragar, quedando un par de puntos porcentuales por debajo del 77,6% del padrón registrado en las primarias de agosto de 2017.
Ayer, en tanto, la jornada registró mayor dramatismo en 68 de las 135 comunas de la provincia de Buenos Aires donde hubo internas dentro de los partidos y coaliciones para definir a sus candidatos a intendentes, tanto en el oficialismo como en la oposición.
En Juntos por el Cambio hubo internas en 26 distritos. La atención estuvo puesta en los distritos más grandes como General Pueyrredón y Tandil. En esta ciudad, el histórico intendente radical Miguel Ángel Lunghi se imponía al opositor interna Marcos Nicolini, que compitió con el apoyo de funcionarios de la Casa Rosada.
En General Pueyrredón, en tanto, se imponía Guillermo Montenegro por sobre Vilma Baragiola. El intendente actual Carlos Arroyo fue por fuera de la interna oficial. (La Nación)