09:10 – Los débiles datos económicos de los gigantes de Europa y Asia se sumaron a la caída del rendimiento de un bono clave del Tesoro norteamericano tras 12 años; las bolsas sufrieron el impacto
Por: Luisa Corradini
El temor a una recesión mundial desplomó ayer todos los mercados bursátiles, arrastrados por miedo al impacto de la guerra comercial, la publicación de indicadores económicos inquietantes en China y Alemania, y las señales de alarma que llegaron desde el mercado obligatorio de Estados Unidos, donde la curva de rendimientos a dos y diez años se invirtió brevemente por primera vez desde 2007, signo de que la primera economía mundial podría dirigirse a su vez hacia una recesión.
“Todo es auténticamente preocupante a través del mundo”, afirmó el economista francés Philippe Dessertine. La inversión de la curva de rendimientos es un “indicador mayor de recesión”, alertó. ” Alemania, Italia y Gran Bretaña se dirigen hacia una recesión, y las estadísticas chinas del día son increíblemente malas”, añadió.
Los indicadores de la jornada justificaron esos temores. La producción industrial china, que registró en julio un crecimiento anualizado de 4,8%, representó su nivel más bajo de los últimos 17 años.
La economía de Alemania, primera potencia industrial europea, se contrajo 0,1% en el segundo trimestre, lo que provocó una disminución del crecimiento de la eurozona a 0,2%, dos veces inferior al del primer trimestre. Orientada hacia la exportación, Alemania se ve afectada por la degradación del comercio mundial, fruto de las tensiones entre Pekín y Washington.
En Estados Unidos, los precios a la importación registraron un alza inesperada de 0,2% en julio, sin poner en tela de juicio -sin embargo- la tendencia de fondo que sigue sugiriendo una moderación de las presiones inflacionistas importadas.
La totalidad de los mercados bursátiles mundiales acusó el efecto del temor a una ralentización del crecimiento. El índice mundial MSCI retrocedió 1,74% y el de los mercados emergentes, 0,52%. Esa tendencia, de confirmarse, afectará negativamente aún más a la economía argentina, en plena turbulencia poselectoral.
En ese agitado contexto, las bolsas europeas terminaron ayer en neto descenso. En París, el CAC 40 perdió 2,08%; el DAX alemán cayó 2,19%, y el FTSE británico, 1,42%.
Wall Street siguió la misma tendencia. En lo que fue una de los peores jornadas del año, los índices de la principal Bolsa de Estados Unidos cayeron 3,05% (Dow Jones) y 3,04% (Nasdaq).
La inversión de la curva de rendimientos en Estados Unidos aumentó la presión sobre la Reserva Federal (Fed) para que reduzca todavía más sus tasas directoras en septiembre, después de un primer recorte, de un cuarto de punto, anunciado el 31 de julio.
En plena ebullición, el presidente Donald Trump no se privó de utilizar su sempiterno tuit para repetir a la Fed que “había actuado demasiado rápido” al aumentar sus tasas precedentes. Su consejero de Comercio, Peter Navarro, reclamó por su parte una reducción de medio punto “muy rápidamente”.
Reunión anual
Los inversores esperan ver indicaciones sobre la trayectoria de las tasas durante la reunión anual de los bancos centrales, organizada por la Fed la semana próxima en Jackson Hole, Wyoming. Según el barómetro FedWatch de CME Group, 68,8% de estimaciones de los traders van en el sentido de una nueva reducción para el mes que viene.
En el mercado de cambio, debido a las inquietudes sobre el crecimiento, el yen japonés se volvió a beneficiar con su estatus de “valor refugio”, al apreciarse 0,9% frente al dólar.
El retorno de la aversión al riesgo también siguió impulsando los metales preciosos hacia las nubes. El oro pasó de una jornada negativa anteayer a un incremento de 0,7%, a 1512,01 dólares la onza.
El dólar, por su parte, permaneció firme, en alza de 0,1%, frente a una canasta de monedas internacionales. Un fenómeno que los cambistas explican por la situación todavía peor de las otras economías del G-10: frente al dólar, el euro bajó 0,25% (a 1,114 por euro al cierre en Europa).
En el mercado norteamericano de las tasas de interés, la diferencia entre el rendimiento de los treasuries a dos años y los títulos a diez años cayó hasta 2,1 puntos de base, algo nunca visto desde junio de 2007, cuando comenzó la crisis de las subprimes. Poco después esa cifra remontó hasta terminar a 1,4 puntos positivos.
Al mismo tiempo cayó el rendimiento de los bonos del Estado de Estados Unidos a 30 años a su nivel histórico más bajo de 2,015%. El movimiento se propagó al mercado europeo: el rendimiento alemán a diez años también alcanzó su nivel más bajo, a -0,641%.
“La gente esta cada vez más convencida de que el crecimiento mundial se reduce y comienzan a ver signos de contagio en Estados Unidos”, advirtió Gennady Goldberg, estratega de tasas en TD Securities en Nueva York. “Las preferencias por los vencimientos a largo plazo sugieren dudas sobre la capacidad de maniobra de los bancos centrales”, señaló.
Como la Bolsa y el mercado obligatorio, el precio del petróleo también registró fuertes pérdidas, penalizado por las estadísticas chinas y por el anuncio de un aumento inesperado de los stocks de bruto en Estados Unidos la semana pasada.
El contrato a septiembre sobre el bruto liviano norteamericano perdió 4,92%, al cotizar a 54,29 dólares el barril, contra 57,47 dólares anteayer. El Brent del Mar del Norte cayó 4,37%, a 58,62 dólares, y perdió su avance del martes.
Pero la mayor preocupación es la guerra comercial entre China y Estados Unidos. “Mientras más permanezcamos en el limbo, más daño sufrirá la economía”, confirmó Dan Ivascyn, jefe del departamento de inversiones de Pimko. “Con las actuales tensiones en el sector comercial -concluyó-, cada vez más inversores prefieren volverse hacia valores más seguros, ignorando completamente lo que podrían ganar con los anteriores”. (La Nación)