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El azar de Cristóbal se abre en Chubut, en tanto en Santa Cruz nunca fue prohibido en zona norte

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El azar de Cristóbal se abre en Chubut, en tanto en Santa Cruz nunca fue prohibido en zona norte

(Por: Giuliano Ventura para OPI Chubut) – Las salas de juegos azar son -en Argentina-  sinónimo de Cristóbal López. El “zar” de los juegos de azar posee la sociedad anónima denominada Casino Club, la cadena más grande de casinos y salas de máquinas tragamonedas en Latinoamérica. 

La compañía cuenta, según su información oficial, con 25 salas en todo el país, firma que cumplirá sus 3 años de expansión en julio de 2022.

Desde Misiones hasta el extremo sur de la Patagonia (Posadas , GarupáTrelewRawsonPlaya Unión,Comodoro RivadaviaRada TillySanta RosaCaleta OliviaEl CalafateRío GallegosLas HerasPico TruncadoPuerto Deseado) las salas funcionan con capitales netamente argentinos. Su dotación de personal aproximada es de 2.250 empleados.

Pero si bien el juego es una elección,  para muchos es una adicción que requiere tratamiento de recuperación. Adicción tan perjudicial que la pérdida del dinero, la pérdida del salario en esas salas de juegos suelen ser una constante para miles de ciudadanos en las distintas localidades.

Este dato toma aun mayor relevancia cuando se advierte que, en tiempo de pandemia y de restricciones generales, las salas de juego cerraron sus puertas en Chubut y muchos ciudadanos piden por la flexibilización de medidas que les permitan poder volver a asistir a dichas salas.

En las comunidades más pequeñas y alejadas de las grandes urbes, los casinos suelen ser el más importante y hasta el único factor de distracción. En esas comunidades sin opciones, la opción es perder (o mal invertir) en los juegos de azar. Una problemática acuciante para las familias que no pueden  controlar su economía familiar tras la fuga del salario que se desvía en esas salas. Un problema que generó y genera enfrentamientos y problemáticas intrafamiliares muy severas.

Sin embargo el problema, en todo caso, se circunscribe a Chubut, donde Cristóbal López ha tenido que respetar la consigna de cierre. No así en Santa Cruz, provincia en la cual la gobernadora Alicia Kirchner, a la vez que cierra comercios, impide la circulación, pone horario restringidos al comercio que le hace marchas pidiendo apertura y solidaridad con las economías personales y familiares, permite que Casino Club esté habilitado al público en las localidades de Caleta Olivia, Pico Truncado, Puerto Deseado y las Heras. El único lugar donde permanece cerrado es Río Gallegos y se infiere que fue dado al gran malestar que produjo en la sociedad y el comercio, que mientras otros estaban obligados a cerrar, Grasso y Kirchner, le permitían a su amigo Cristóbal López facturar en la sala de juego, mientras desde el oficialismo hacen onerosas campañas contra la ludopatía.

El azar de Cristóbal se abre en Chubut, en tanto en Santa Cruz nunca fue prohibido en zona norte

Pero ahora que sus amigos están en el Ejecutivo nacional y tras haber logrado la libertad de Ezeiza y ayer la ley moratoria a su nombre para licuar los dineros mal habidos, ahora el bueno de Alberto Fernández ordenó, mediante Resolución Administrativa Nº 1468 publicada en el Boletín Oficial, la reapertura de los casinos y otras sala de apuestas en Chubut. La medida se tomó luego de un pedido elevado por la gobernación del gobernador Mariano Arcioni (el amigo local de Cristóbal) en medio de las medidas de prevención del coronavirus que persisten en la provincia.

Aunque ya están habilitados para volver a funcionar, todavía los casinos permanecen cerrados, ya que se está instruyendo al personal sobre los nuevos protocolos que deben cumplir. Se estima que este fin de semana comenzarán a abrir paulatinamente las salas de Trelew, Rawson, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, especialmente.

Perder se pierde…

En 2016 López vendió sus casinos a su amigo Ricardo Benedicto (con quien abrió su primera sala de juegos en Comodoro Rivadavia), la AFIP sabe que ha sido una operación apócrifa para evitar los embargos producto de la deuda que tiene con el organismo, de más de $8.000 millones.

En los 2 extremos de la pirámide, la “fuga de capitales” causa malestar. Tanto al empresario a quien le cierran sucursales como a las familias afectadas por el vicio/adicción del juego de azar. 

La única ocasión en que el cierre de una sala se tradujo de un modo positivo para sus asistentes fue en junio de 2019 cuando el gobierno de la provincia de Mendoza no renovó la concesión y anunció el cierre de la sala de juegos. Por entonces se mencionaba que la clientela, “los jugadores habitués al Casino Club” tendrían dos opciones: o continuar en otra forma de juegos de azar o dejar el juego en vivo y presencial, lo que representaría una recuperación en sus economías familiares, pudiendo motorizar otros aspectos del consumo con ese dinero que ya no se diluiría en el casino.

En octubre de 2019 y tras una muy publicitada (y polémica) causa judicial, el empresario fue liberado. Estuvo más de un año preso en Ezeiza. 

López logró la excarcelación tras un fallo de la Cámara Federal que ordenaba su liberación. Pero además, tuvo que poner un seguro de caución por $ 60 millones de pesos. El juez Claudio Bonadio le había fijado una fianza con ese monto que era difícil de pagar porque tenía  los bienes inhibidos y embargados. Por eso tuvo que recurrir a un seguro que fue avalado por Bonadio.

En tanto la economía local, regional y nacional se restablezca luego de la pandemia mundial, recién allí volveremos a escuchar las proezas del zar y de sus casas de juego. Mientras tanto, las máquinas ya se desempolvan esperando el retorno de la clientela, la misma que por ahora no puede enflaquecer su bolsillo obrero en la caja de un casino. (Agencia OPI Chubut)

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