Según publica Clarín Está acusado de ser partícipe primario de la voladura de la mutual judía en 1994, por haber entregado la camioneta usada como cochebomba.
La fiscalía pidió este miércoles condenar a prisión perpetua a Carlos Telleldín como partícipe primario del atentado a la AMIA, al finalizar su alegato final ante el Tribunal Oral Federal 3.
Telleldín está procesado sin prisión preventiva como partícipe necesario del atentado y pasó ya una década en prisión desde 1994 a 2004, lapso durante el cual estudió abogacía, profesión que ejerce en la actualidad.
Días atrás, el abogado de la querella unificada AMIA-DAIA, Miguel Bronfman había pedido una pena de 20 años de prisión para el reducidor de autos.
“No le importó”, concluyó el fiscal Roberto Salum ante el TOF 3 en el inicio de su alegato la semana pasada, al referir que está probado que el 10 de julio de 1994 Telleldín vendió la camioneta a alguien con acento extranjero, que se presentó en su casa “medio disfrazado” y con una “valija llena de dólares” y se llevó el vehículo sin revisarlo ni pedir papeles.
Ese día Telleldín “se representó como probable” que el destino para el vehículo podía ser un delito grave, como “un atentado terrorista” y “no le importó”, fundamentó el fiscal en el alegato que entró en cuarto intermedio hasta el próximo miércoles.
Si bien la fiscalía consideró que el entonces reducidor de autos no fue cómplice de los terroristas ni sabía que el objetivo era volar la AMIA en Pasteur 633, “falta a la verdad cuando dice que nunca supo para qué será usada. Eso es falso”.
Apenas cometido el atentado a las 9.53 del 18 de julio de 1994, Telleldín “ya sabía que había sido usada su Trafic porque al momento de concretar la operación ilícita de venta se lo había representado y al instante de cometido el atentado supo definitivamente que la Trafic que se usó fue la que él entregó”, argumentó Salum.
Días atrás, el abogado de las querellas había ido más lejos: “Estamos convencidos –sostuvo Miguel Bronfman- de que el acusado Telleldín preparó, acondicionó y entregó la camioneta Renault Trafic con pleno conocimiento y voluntad de participar en un delito; supo perfectamente, según veremos, que esa camioneta iba a ser usada muy probablemente para ocasionar una explosión, y supo y aceptó que esa explosión iba a causar muertes”.
“Señores jueces: Telleldín no es culpable porque miente; miente porque es culpable”, señaló Bronfman. En su alegato de tres horas, recordó que el 15 de julio de 1994 el entonces agregado cultural iraní, Mohsen Rabbani, “estaba vigilando ese tramo de la operación” que fue el estacionamiento de la Trafic en el estacionamiento Jet Parking, cerca de la AMIA. “Está probado, también, que las personas que ingresaron la camioneta -eran al menos dos- no eran extranjeros, ya que ningún empleado de la playa de estacionamiento lo refirió”.
Luego se preguntó: “¿Quiénes eran esas personas?, ¿a quién entregó la camioneta Telleldín?, ¿a quién estuvo y sigue protegiendo todos estos años?, ¿dónde estuvo la camioneta desde que el acusado la entregó, entre el 9 y 10 de julio, y el 15 de julio cuando fue vista nuevamente? y ¿cuál fue el origen de los explosivos?”. Esos son algunos de los interrogantes que subsisten, dijo.
A más de 26 del atentado “seguimos pensando exactamente lo mismo: la investigación en lo relativo a la conexión local ha sido pobre, pobrísima, y la cantidad de incógnitas no resueltas aún, quién sabe ya si tendrán algún día una respuesta”, agregó Bronfman. El TOF 3, con otra composición, absolvió en el 2004 al ex comisario Juan José Ribelli y otros tres ex policías bonaerenses como conexión local del ataque.
Por otra parte, la hija de Telleldín, Miriam Salinas atestiguó que, luego del atentado, “Ana Boragni -pareja del entonces doblador de autos- le contó que Telleldín estaba encerrado en una habitación de la casa con un ataque de histeria por la venta de la Trafic, gritando “estos hijos de puta me cagaron la vida”. Luego se fue a Posadas. “Está claro a esta altura que para esa fecha el acusado sabía perfectamente que su camioneta estaba involucrada en el asesinato de 85 personas; lejos de presentarse a la Justicia –como haría cualquier persona que realiza una venta “normal” de un auto-, se escapó, y se escapó a un lugar cercano a un país extranjero”, agregó el letrado querellante antes de formular su pedido de condena. (Clarín)
Los sionistas y sus personeros en la (in)justicia flan nos siguen tomando por tontos a los argentinos.
Es el colmo del disparate, y está probado que lo es, que Telleldin pudiera saber que los terroristas que le compraron(innominadamente y a título oneroso, como se probó en el jucio oral AMIA 2001-2004) su Trafic “mellizada” fuera para perpetrar un atentado u otro ilícito.
¿Cómo podría haberlo sabido?, unicamente que tuviera la bola de cristal.
El que se la compró no tenía porque decirle el uso que le iba a dar y mucho menos se o iban a decir si es uso era algo ilícito.
Hace más absurda esta ridícula acusación que el que vendió la pick-up Ford en el similar bombazo en la emba de Israel, también innominadamente y a un desconocido, JAMÁS FUE ACUSADO DE NADA.