Según publica La Nación Se inician causas contra los asintomáticos que deciden aislarse en sus hogares; si se resisten, ordenan allanamientos con grupos de elite de la policía; el sugestivo pedido de licencia de un juez.
Por: Martín Boerr
Las imágenes, brutales, expusieron la nueva modalidad que comenzó a aplicar desde hace dos semanas el gobierno de Gildo Insfrán, en Formosa, para recluir forzosamente en centros de aislamiento a las personas contagiadas de Covid-19 que, asintomáticas, se resisten a salir de sus hogares.
El nuevo mecanismo consiste en iniciar causas en la Justicia provincial contra las personas que pretenden cumplir con el aislamiento en sus residencias. Primero, y con las causas iniciadas, los formoseños son intimados y, si mantienen su negativa, el gobierno le pide a un juez que emita una orden de allanamiento.
Hasta el momento, se emitieron 87 órdenes de allanamiento contra personas que se negaron a ir a los Centros de Atención Sanitaria (CAS). “Su voluntad estaba por encima de la manera de cuidarnos que debemos tener en Formosa”, afirmó ayer Jorge González, el ministro de Gobierno, Justicia, Seguridad y Trabajo de Formosa, y titular del Comité para la Emergencia Covid-19, en su conferencia de prensa diaria.
En la mayoría de los casos, la notificación de las órdenes de allanamiento fue suficiente para disuadir a los contagiados a que fueran a los CAS. Pero hubo 11 personas que se resistieron y ahí se activó el procedimiento para buscarlos por la fuerza. Solamente anteayer se realizaron cuatro operativos, informó el Comité para la Emergencia Covid-19.
El grueso de los formoseños depusieron la actitud al ver a los efectivos de la policía en la puerta de sus hogares. Gustavo Maza, sin embargo, decidió quedarse. Las imágenes de lo que sucedió en su casa se viralizaron en todo el país.
En un operativo espectacular, decenas de efectivos de la policía allanaron la modesta casa del barrio Itatí y rompieron la puerta con un ariete para llevarse a Maza, un joven asintomático que quería cursar la enfermedad en compañía de su madre y su hermana. El operativo, que involucró varios vehículos, tropa antimotines y grupos de elite de la policía, parecía destinado a capturar a una peligrosa banda de delincuentes. La familia fue desalojada y trasladada a un CAS.
“En Formosa se están allanando los derechos humanos”, dijo a LA NACION la concejal opositora y abogada Gabriela Neme, quien agregó un dato más a la nueva modalidad implementada en Formosa: el sugestivo pedido de licencia presentado por el juez Enrique Javier Guillén, quien hasta entonces llevaba adelante varias causas de aislados formoseños y, según Neme, había sido contemplativo ante los argumentos de los abogados y permitido que algunos formoseños hicieran aislamiento en sus hogares.
El juzgado de Instrucción y Corrección N°3 fue entonces subrogado por Marcelo López Picabea, que avalos allanamientos. El ministro González se refirió al juez Guillén: sembró dudas sobre su salida y lo mencionó como “la persona que se tiraba para atrás” en los allanamientos. “Este señor ahora está de vacaciones”, agregó, para señalar que, con el juez subrogante López Picabea los allanamiento ya no se detienen.
“La Justicia de la provincia responde a la voluntad del gobierno de Insfrán. Este es el momento en que la Nación debe garantizarnos nuestros derechos, porque los formoseños también somos argentinos y se debe restablecer el estado de derecho quebrado. De seguir permitiendo el avasallamiento de derechos humanos en democracia terminaremos aceptando que los varados y los aislados son para lo Democracia lo que los desaparecidos para la Dictadura”, afirmó Neme.
Récord de muertes y positivos
Formosa está atravesando el peor momento de la pandemia desde que comenzó. Ayer reportó la cifra récord de 14 muertos y 594 contagios positivos.
El Gobierno justifica sus acciones argumentando que algunas personas contagiadas, pero sin síntomas, no respetan el aislamiento obligatorio y circulan por las calles con el peligro de esparcir aún más el virus.
Las autoridades de Formosa pasaron de jactarse de que eran la provincia con los números de más baja incidencia Covid-19, a culpar por este presente a la oposición y las personas que protestaron por la dureza de las medidas sanitarias.
“No estamos en una situación normal, estamos en una situación de pandemia. No podemos olvidarnos, porque ahora nadie se quiere hacer cargo, la curva de nuestros contagios, distintas visitas realizadas en distintos momentos orientadas a romper nuestras medidas sanitarias, fueron surtiendo sus efectos, en particular a partir del mes de marzo”, señaló González.
En ese mes comenzaron protestas diarias para que Insfrán levantara la fase 1 y empezar a flexibilizar el régimen de ingreso a la provincia, algo que terminó haciendo justo cuando comenzaba la segunda ola y la llegada de nuevas cepas del Coronavirus. (La Nación)