Según publica La Nación Antes había dicho que “temían que se convalide la verdad”, ahora explicó que su propio compromiso con las víctimas “es incuestionable” y que los “respeta profundamente”.
Por: Hernán Cappiello
El procurador del Tesoro Carlos Zannini bajó el tono en sus críticas a los familiares de víctimas de la AMIA que actúan como querellantes en la causa en que se lo investiga junto con Cristina Kirchner por la firma del Memorandum con Irán. Luego de manifestar que “temían que se convalide la verdad” en el caso, ahora expresó que lo sacaron de contexto. Agregó que su propio compromiso con la verdad y con las víctimas “es incuestionable” y que las “respeta profundamente”.
“El compromiso de mi asistido con el esclarecimiento de ese crimen terrorista es y ha sido total; del mismo modo que su compromiso con las víctimas y con la verdad es incuestionable”, escribió el abogado de Zannini, Mariano Fragueiro, en un nuevo escrito presentado ante el tribunal oral que debe decidir si se lo juzga junto con la vicepresidenta por encubrimiento del ataque terrorista.
El escrito señala que hubo “falaces apreciaciones e interpretaciones” y que su presentación anterior se hizo en el caso del Pacto con Irán y no en la causa del atentado. “Ninguno de los argumentos vertidos en el escrito aludido tiene que ver con el atentado que sufrió la sede de la AMIA en 1994″, remarcó el texto.
“Sin razón alguna, Carlos Zannini ha estado preso, de modo totalmente arbitrario, en el marco de una causa en donde se pretende judicializar la firma de un tratado que fue aprobado por ambas Cámaras del Honorable Congreso de la Nación”, se defendió.
Aprovechó la oportunidad para señalar que antes y después de ordenar la reapertura de este caso, los jueces Mariano Boronsky y Gustavo Hornos “mantuvieron asiduas reuniones con el entonces Presidente de la Nación [Mauricio Macri] y su denominada mesa judicial”. Este es el argumento por el que pidieron la nulidad del caso. La querella señaló que no hay evidencias de que en esos encuentros se hubiera hablado de esta causa y que las razones de las citas estuvieron motivadas en la elaboración del nuevo Código Penal y temas carcelarios,
El abogado aclaró, que ante la recusación que realizaron los querellantes, Luis Czyzewski y Mario Averbuch, familiares de las víctimas de la AMIA, “esta defensa cuestionó la evidente intencionalidad dilatoria de la maniobra y a lo que se refirió es a las trabas que se han puesto al progreso de la investigación, con el indisimulable objetivo de mantener la acusación en pie”.
Dijo la defensa de Zannini que la recusación impide que “de una vez por todas, salga a la luz que las alertas rojas nunca se suspendieron y que las autoridades del entonces gobierno nacional e incluso el propio Juez de la causa AMIA manifestaron a Interpol su inexorable voluntad de que estas permanezcan inalteradas”.
El fiscal Alberto Nisman, que denunció a Kirchner y a Zannini, dijo que la firma del Pacto con Irán buscaba la impunidad de los sospechosos y la caída de los pedidos de captura de Interpol.
Pero Zannini, mediante su abogado, insistió en que “la suscripción del Memorándum de Entendimiento con Irán de ningún modo debió haber sido considerada como un delito, más allá de lo que se instaló en cierto sector de la opinión pública”.
“Va de suyo que esta parte repudia enérgicamente el atentado a la sede de la AMIA, al mismo tiempo que respeta profundamente a sus víctimas y brega por su total esclarecimiento. A cuyo respecto, no es ocioso recordar que ese atroz hecho es objeto de investigación en un proceso distinto, que tramita ante otro Tribunal y en el que, ni siquiera, no somos parte”, remarcó.
Dijo que “la forma en que se ha sacado de contexto un acto de defensa que apunta, de modo evidente, a una situación absolutamente disímil a como se presentó, solo puede leerse como una embestida más contra una persona que hace años que es perseguida injustamente y contra la independencia y objetividad de los integrantes de este Tribunal”.
Ayer Zannini había manifestado en un escrito que los planteos de la querella son temerarios y que su temor “no es a la parcialidad, como trasunta en sus planteos, sino a que se convalide la verdad”. (La Nación)
