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De la moralina y los inmorales que ocupan el poder

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El discurso de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, durante la apertura de sesiones de la Asamblea de Eurolat - Foto: NA

(Por: Rubén Lasagno) – Los inmorales son personas que carecen de principios morales, como es el caso de la vicepresidente Cristina Fernández y la moralina definida como una falsa moral se trata de un acatamiento falso o exagerado de los principios de la moral, que en el ejercicio diario de la vida, el sujeto incumple; este es el caso de Sergio Massa.

Sacando los demás actores menores en este cambalache de decisiones desesperadas por sostener el poder en la justicia, ordenado por la viuda, digamos que estos dos “punteros inmorales” de la política nacional son quienes pergeñan y potencian las últimas acciones irreconciliables con la democracia en contra natura de la Constitución, la lógica básica, las leyes y la democracia como conjunto de actos jurídicos ordenados para limitar al poder y evitar el abuso de quienes lo ostentan, como pasa en la actualidad.

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La orden de particionar el bloque del Frente de Todos en el Senado, con el fin de obtener una banca por minoría dentro el Consejo de la Magistratura, es de una berretada tan grande y de una inmoralidad política tan evidente, que cualquiera persona con un dejo de republicanismo debería despreciar, repudiar y castigar fuertemente en las urnas, cuando algunos de estos nombres aparezcan en cualquier lista, ofreciéndose como opción a todo este desquicio para el 2023.

Sabemos que Cristina Fernández es una inmoral, con alta autoestima rayana en la megalomanía, corrupta y que solo en un país con instituciones ligth y un electorado disfuncional como el argentino, puede seguir en el poder cuerpeando la justicia oscilante y transformando a “la casta” en una orga alternativa para satisfacer sus bajos instintos de impune costumbrista. 

Pero la última jugada para forzar la aplicación de sus caprichos desesperados a fin de no perder le hegemonía parlamentaria (mayoría en el senado) que le impida torcer la justicia a su favor, es simplemente delirante, esquizofrénica y patéticamente ridícula. Partir el bloque para generar una “minoría” es el mayor fraude político llevado a cabo por esta mujer y lo peor es que se lo permitan, sin consecuencias.

Las minorías y/o las mayorías, son en realidad un reflejo de las elecciones generales donde el votante con su sufragio decide que el más votado tenga una representación determinada en la Cámara y/o en el senado y los de menor representación, otra, pero no se construye una minoría partiendo los bloques como si fueran porotos del truco; esto es lo que hizo CFK con su ridículo artilugio que será impugnado, eso espero.

El broche de toda esta incoherencia política es que Sergio Massa, ante un supuesto acuerdo con la oposición para que no le trabe el aumento de impuestos, aprobó el nombramiento de la diputada Roxana Reyes y ahora resulta que su propio bloque (FdT) pretende impugnar el nombramiento, mientras la jefa de ellos en el senado, forzó la propia constitución para imponer en el Consejo de la Magistratura a su edecán, Martín Doñate en lugar de Luis Juez.

Y así nos siguen manejando el día a día los inmorales como Cristina Fernández y los que despliegan moralina como Sergio Massa. Sin embargo, queda ver cómo y en que lugar se posiciona la oposición política y la justicia, porque si actúan de la misma forma, generando mucho ruido pero sin abortar los intentos anti institucionales y anti constitucionales de la banda que gobierna actualmente el país, la República estará perdida por el capricho y la inmoralidad de un grupo menor que tiene una gran capacidad de daño, esa misma que siempre advertimos y lamentablemente en el 2019 mucha gente no creyó. (Agencia OPI Santa Cruz)

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