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Alberto felicitó a Lula, pero hay desilusión K porque esperaban una diferencia más amplia

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Alberto Fernández junto a Lula Da Silva -
Cristina Kirchner, Lula Da Silva y Alberto Fernández - Foto: NA

Según publica Clarín El Presidente siguió el escrutinio desde Olivos. El embajador Daniel Scioli evaluó que hubo una “profunda polarización”.

Por: Natasha Niebieskikwiat

“Felicito a mi querido @LulaOficial por su triunfo en primera vuelta y hago llegar mi sincero respeto al pueblo de Brasil por su profunda expresión democrática”, tuiteó Alberto Fernández este domingo a la noche.

Con desilusión por no haber podido festejar la ansiada victoria de Lula da Silva en primera vuelta, el Gobierno buscó transformar en triunfo el sacudón que les dejó la primera vuelta presidencial en Brasil. La definición será en balotaje el 30 de octubre.

Alberto Fernández siguió los comicios desde la residencia de Olivos en comunicación permanente con el embajador en Brasilia, Daniel Scioli, con su canciller Santiago Cafiero y con su portavoz Gabriela Cerruti.

La pregunta era entonces cómo salir a hablar este domingo a la noche. De qué manera. Finalmente salió el mismo Presidente.

El kirchnerismo contaba -como los medios de comunicación- con las encuestas de las últimas semanas que daban el triunfo para el ex presidente brasileño por un amplio margen, acaso este mismo domingo, si sacaba más del 50%.

Sin embargo, el mismo Fernández empezó a oír de primera mano de quienes estaban en el terreno algunas advertencias de que su amigo podía no estar tan bien ubicado para saborear el triunfo este mismo día.

Bolsonaro incansable arrastraba mucha militancia, y a Lula da Silva se lo vio en manifestaciones más flacas este último fin de semana. Y el último debate electoral no lo favoreció frente a su principal rival.

Anoche en TN, el embajador Scioli analizó: “Se esperaba un triunfo de Lula quien termina ganando por cinco puntos, que no es un tema menor; lo que sí, el porcentaje que alcanza Bolsonaro es más de lo esperado”.

Para Scioli, “evidentemente hubo una profunda polarización, y se reconfigura ahora la estrategia electoral como han declarado cada uno por su lado, Lula saliendo a  buscar el voto y conversar con las otras fuerzas políticas, y Bolsonaro que va a seguir poniendo el énfasis en la recuperación de la economía”.

Scioli habló del “final vibrante” de las elecciones, destacó en el análisis los “contrastes” en muchos estados, y cómo fue clave para Lula el nordeste brasileño, donde “arrasó”.

El Gobierno, con Lula

El Gobierno en pleno siempre apostó por Lula Da Silva, una relación de larga data que los Kirchner llevaron con algunos sobresaltos pero que Alberto convirtió en amistad.

Alberto lideró la campaña del Lula Libre, cuando el ex mandatario estaba en la cárcel. Varias veces hablaron por teléfono y el Gobierno apoyó al Instituto Patria que hizo campaña especial por Lula, que tuvo hasta cierre hace una semana con el gobernador Axel Kicillof.

Este vínculo estrecho dañó la relación de Fernandez y Bolsonaro que desde su misma campaña electoral usó al kirchnerismo como espejo de aquello que no quería para Brasil. Bolsonaro y su hijo Eduardo, instalaron entre sus seguidores que Argentina iba a camino a ser Venezuela.

Y en esta segunda campaña, la Argentina fue usada en las redes como lo más negativo del “socialismo”, comparándosela con los cubanos, nicaragüenses y venezolanos. 

Al mismo tiempo un grave déficit de esta cuarta gestión kirchnerista fue haber ideologizado y personalizado las relaciones con Brasil al punto de que durante tres años no ha habido ningún encuentro de presidentes argentino-brasileño por el sólo hecho de la no-coincidencia ideológica.

El vínculo entre Argentina y Brasil fue practicamente viable por las gestiones de Scioli en Brasilia, y de Cafiero en Buenos Aires. Scioli incluso presentó en los últimos dias un plan para reactivar el vinculo en todas las áreas, que sería factible con Lula o con Bolsonaro presidentes.

Como han señalado el ex embajador Juan Pablo Lohle las relaciones no son lo que fueron en aquellos años en los cuales el comercio llegó a los 40.000 millones de dólares. Hoy está en 11.000 millones.

Si sigue Bolsonaro seguramente Fernández continuará con su apoyo a Lula, si gana el ex presidente en segunda vuelta, es casi seguro que el Presidente argentino se va a apoyar en él y en la idea de dar impulso, como ha dicho, a la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (CELAC) y revivir la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).

Pero hay varios puntos de atención. Hay que tener en cuenta algunos elementos para juzgar el futuro de la relación con Brasil, con Lula o Bolsonaro.

Durante la campaña electoral, donde los bolsonaristas no dudaron en hacer de la corrupción un punto débil en el PT, Lula da Silva nunca salió a defender a Cristina Kirchner de sus causas judiciales en pleno proceso.

Ello pese a que desde aquí se lo pidieron. Tampoco evitó condenar la situación de Argentina la semana pasada cuando dijo que su amigo Alberto Fernandez estaba “estancado” con un país padeciendo una alta inflación del 70%, y pobreza superior al 36%.

Si gana Bolsonaro, Brasil y Argentina no soportarían un camino como el que vienen teniendo desde hace casi tres años. Dos presidentes que nunca se reunieron, y que en los hechos se desprecian. (Clarín)

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