(Por: Rubén Lasagno) – El kirchnerismo hizo un llamado para mañana martes a una “movilización” bajo el lema “si la tocan a Cristina que kilombo se va armar”, una forma burda y compadrita de plantear un desafío que no tiene ningún sentido y seguramente va a tener en la calle a las barras rentadas que mueven los intendentes, los planeros y La Cámpora, porque a la sociedad no le importa defender a una delincuente que ni siquiera ha tenido la decencia de defenderse ella misma ante los Tribunales.
Los “argentinos de bien”, como dijo Alberto Fernández, nos vamos a sentar a ver cómo y cuántos van a amontonarse para pedir por la jefa de la banda. Lo que seguro no van a lograr, es meterle miedo a la sociedad, harta de estos energúmenos que patotean por las redes, pero son incapaces de respetar las leyes en las calles donde solo provocan desmanes.
La voz inédita de este llamado, que inicialmente le corresponde a Hebbe de Bonafini, estuvo a cargo del patético juez Ramos Padilla. Es decir, émulos de Zafaroni, de esos que le gustan a Cristina Fernández, militantes, arrastrados, inmorales y facciosos; es la única “justicia” que concibe la futura condenada.
De acuerdo a su planteo, los jueces que la juzgan son del “Partido judicial” y los fiscales que la acusan, de la dictadura, con una salvedad que no menciona y es una verdadera paradoja, los jueces y fiscales que la condenen esta semana, ingresaron a la Justicia en épocas del kirchnerismo, es decir, cuando ella era presidente.
Problema de los responsables de la seguridad
Pero la “pueblada” que tienen planeada La Cámpora y ATE con el hiperkirchnerista Godoy a la cabeza junto a Daniel Catalano que amenazó con parar el Estado si condenan a CFK, posee otra faceta interesante para descubrir y es saber cómo actuará Rodríguez Larreta cuando los paros, desmanes, los cortes de calles y la revuelta ocurra en el ámbito de su dominio territorial.
Es de esperar que el Jefe de Gobierno porteño mande a las fuerzas policiales a correrlos con los escudos, como lo hizo con la manifestación de médicos y residentes que ganan miseria en los hospitales de CABA y le reclamaban pacíficamente por mejoras del sector, cuando Larreta los mandó a dispersar por la fuerza.
El otro sector al cual le volverá el búmeran, será al gobierno nacional y provincial. Aníbal Fernández como Sergio Berni, no podrán mirar para otro lado y si lo hacen quedarán (como Larreta) expuestos a la crítica descarnada y serán directos responsables de las consecuencias.
Entonces, teniendo en cuenta estos factores, la presunta es ¿A quién amenazan estos patoteros a sueldo? ¿A los argentinos en su conjunto, a la justicia y puntualmente a la Corte Suprema, o a su propio gobierno?. Porque la inacción de los organismos competentes, ante desmanes y caos, recaerá directamente sobre los encargados de la seguridad pública, ya sea a nivel CABA, provincia o nacional.
Mi pasado me condena
En definitiva, la condena de Cristina Fernández es inexorable. Ningún argentino de bien apoya esta parada facciosa y mafiosa de los grupos prebendarios que engordan sus billeteras a instancias del pueblo argentino. Los delincuentes deben ir presos y el gran temor de CFK es que le llegó la hora de su primera condena.
Muchos creen que el gran temor de la vicepresidente es que la condenen por Asociación Ilícita; no, el temor de Cristina es que sea condenada, indistintamente del delito que se le impute. Y si eso va a acompañado de inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, aumentará aún más el contrasentido de que sea candidata en el 2023 y haya argentinos que la voten.
Sin duda una condena por los delitos que le imputan en cualquier lugar del mundo es un escándalo e inhibe a cualquiera a seguir en la política activa, sin embargo, bajo la falacia de “la condena firme” pasarán años e instancias para que corra esa inhabilitación. Y esto es también parte del entramado corrupto de la política argentina y una deuda social que tenemos los argentinos con nosotros mismos.
A cualquier hijo de vecino, para sacar el carnet de conducir le piden antecedentes, no puede tener deuda alimentaria y mucho menos una acusación (aunque sea en proceso) por algún accidente de tránsito en el que haya participado. Pero a la clase política sí se le permite (o más bien se lo permiten, porque son ellos los que generan las normas) que estando condenado, como en este caso con pruebas irrefutables, vuelva a presentarse para ser electo y utilice el aparato que como en este caso se financia de las arcas públicas, para volver al poder y delinquir nuevamente u obtener falsamente los fueros que le dan impunidad judicial, cuando la inmunidad política se creó para proteger al legislador de ataques políticos y no encubrir sus delitos personales y/o institucionales como en este caso.
Mañana se juega el mundial de la corrupción en Argentina. Todos los boletos se los sacó el kirchnerismo/peronismo, que arriesgan la gran patoteada pública de salir a la calle a apoyar a una delincuente.
Muchos sectores internos ya dieron marcha atrás, porque quien tenga una mínima aspiración política en el país, evitará estar ahí y la foto del motivo que lo lleva a la calle a pedir por quien ni siquiera tiene la intención de defenderse legalmente, porque no posee argumentos.
Quien apoye, vaya y se muestre como un patotero a sueldo en la calle junto a Boudou, D´Elía, De Vido, el pata Medina, ATE y los piqueteros multimillonarios como Pérsico y Cia, serán responsables de su propio destino político, cuando con toda razón, se los acuse de destituyentes, antidemocráticos y defensores de la corrupción. (Agencia OPI Santa Cruz)
