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El falso planteo de la proscripción, la victimización que no le funciona y el rechazo social que la desvincula de la política

(Por Rubén Lasagno) – Si hay un punto en común que tiene el relato kirchnerista, es fundar su “estrategia” en la técnica goebeliana de repetir la mentira, tratando de transformarla en una pseudo verdad, algo así como una simulación que lleve al conjunto de la sociedad a creer lo que inventan como revelación colectiva de un grupo de apoyo externo a la jefa de la banda.

En las últimos días hemos escuchado y leído cantidades de estupideces que parten de una misma raíz: el discurso de la condenada vicepresidente. 

Cristina Kirchner fue condenada a 6 años de prisión en la causa vialidad

Gobernadores sin la mínima credibilidad y muchos de ellos tan comprometidos con la corrupción como la misma Cristina Fernández, pasando por intendentes que le deben su patrimonio y periodistas cuyo trabajo es precisamente el de ser “células dormidas”, que deben despertar cuando hacen falta salvar “a la reina”, hasta la militancia circunscripta a grupúsculos minoritarios que ni siquiera se juntaron en la calle el día de la condena, son también, parte de ese relato falaz que trata de construir una mística y transformarse en “vox Dei” que pide por Cristina, cuando en realidad se trata de la militancia planera, dependiente de su dedo dirigente para cobrar o no algunos pesos a fin de cada mes.

Una de las principales mentiras coordinadas por estos grupos es la “proscripción” que la propia CFK inventó en las redes y todos copiaron y reproducen como un eco sin fin.

Por suerte para ella y desgracia de los argentinos, el oficialismo y la oposición se pusieron de acuerdo para blindarse mancomunadamente ante la posibilidad de quedar al borde de ir presos por una posible condena. En ese sentido acordaron que cualquiera pueda seguir siendo candidato hasta no tener “condena firme”, cuando en realidad cualquier condena de un Tribunal debería ser más que suficiente para inhibir a una persona condenada por defraudación al Estado, a candidatearse para otro cargo electivo.

Eso sería lo normal, teniendo en cuenta que a cualquier persona se le impide acceder al cargo más básico de la administración pública, solo si tiene una acusación o denuncia y/o si sus antecedentes no son favorables. En este caso nadie presume de su “inocencia”  y automáticamente su propuesta es desechada.

Pero los políticos, necesitan tener “condena firme”, es decir, haber pasado todas las instancias de revisión judicial, hasta la Corte Suprema, para que se haga efectiva su inhibición electoral. Mientras todo ello ocurre, el condenado por corrupción, como en este caso, Cristina Fernández, puede seguir presentándose, ganando y volviéndole a robar al Estado, con total impunidad.

Por este simple razonamiento, la “proscripción” de la que hablan los relatores de CFK es una mentira absoluta

No está proscripta, está condenada por delincuente. La estrategia es machacar con la victimización para lograr tapar lo que judicialmente sus abogados no han podido resolver: una defensa eficaz ante la abrumadora carga de pruebas que actuaron en su contra.

Otro de los problemas que caen sobre la vicepresidente, es que esta condena marca el “delito precedente” sobre el cual se fundan otras causas conexas, como Los Sauces y Hotesur y podría reabrir la de Enriquecimiento Ilícito de ella y su esposo, la cual el Juez Oyarbide dijo que fue presionado para absolverlos y luego mandaron a Santa Cruz para que Santiago Lozada terminara el trabajo.

La victimización ya no le funciona a Cristina Fernández. Su condena es lapidaria. Habló la justicia y la condenó por corrupta. Lo que diga ella en las redes sociales vestida de blanco o sus esbirros periodistas o políticos, ya no importa. La segunda condena es la social.

Una parte de la sociedad que aún dudaba de su responsabilidad en el robo de un PBI, hoy no pueden ser indiferentes. Todos vieron a los fiscales acusar con documentación y pruebas, pero han visto a sus abogados defensores y a ella misma, no contrarrestar una sola de esas pruebas, sino atacar con un discurso político trillado e increíble, teniendo como única estrategia la de negar todo, atacar a los jueces como mejor defensa y mentir como única forma de contradecir la realidad.

El “no voy a ser candidata a nada” es otra impostura de la vicepresidente, para volver sobre sus palabras cuando generen el “operativo clamor” por parte de estos mismos que hablan en su nombre y “le pidan” integrar una lista para las elecciones del 2023.

El problema de Cristina es que tiene temor a una ventura sin futuro, porque si índice de aceptación es menor al 20% y más del 70% del país no la quiere ver ni pintada en un papel.

Concluyendo: no creamos nada de lo que ella dice y propone, ni tampoco lo que sus empleados mediáticos repiten como loritos. Todos hablan por la herida que no puede cerrar la misma condenada. Todo lo demás es falso, como falsa fue la amenaza del kilombo que se iba armar si la condenaban a Cristina. (Agencia OPI Santa Cruz)

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10 COMENTARIOS

  1. En Sta. Cruz tendrían que borrarle los nombres que refieran al atorrante.mayor hoy finado, y ponerle nombre de todos los patriotas que este país tiene muchos

  2. Oscar Lopez, quien le dijo a ud que rs finado, vio alguna ves el cadaver en el cajon o un certificado de defuncion, ese hijo de…
    Esta mas vivo que mucho de nosotros

  3. PRISION DOMICILIARIA ?….NO ME IMPORTA…ES PRISION…NO PODRA ANDAR SUELTA ….JAJAJAJAJA Y LO K MAS ME GUSTA ES SERA DELINCUENTE Y YA NO SERA LA DIVA …JAJAJAJAJAJAAA KAGO LAA DIVA Y NINUGNA ESTATUA JAJAJAJAAJAJAJA

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