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Mujeres doblemente asesinas que nunca más deben ver el sol

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Magdalena Espósito (24) y su pareja, Abigail Páez (27) -

(Por: Rubén Lasagno) – Quienes matan a un niño no tienen (ni deben tener) la mínima posibilidad de “explicarlo”. Si bien estamos en un estado de derecho y la Constitución asegura la defensa en juicio, técnicamente a las dos ejemplares de asesinas, sádicas y marginales como Magdalena Espósito (24) y su pareja, Abigail Páez (27), se les deberían negar todo tipo de consideraciones y posibilidades de obtener algún beneficio, por la calidad aberrante del delito que cometieron.

Magdalena Espósito no es la madre, fue la paridora de Lucio. 

Una madre es una palabra demasiado amplia, grande y amorosa para caberle a esta homicida siniestra y sin alma, que junto a otra basura como ella, torturaron y mataron a un hermoso niño de apenas cinco años. Un acto de crueldad tan bestial y antinatural, que de existir la pena de muerte, estos dos defectos de la naturaleza deberían ser condenadas sin miramiento ni atenuantes y ojalá así suceda en los Tribunales y dentro de la cárcel, no las alojen en la misma celda y les hagan vivir a ellas el calvario que le aplicaron al pobre inocente.

Magdalena Espósito (24) y su pareja, Abigail Páez (27) -

La condena que recibirán, seguramente, es poca cosa para el crimen cometido. Una perpetua que nunca se cumple y que con los años concede la posibilidad de lograr “beneficios” a dos asesinas de este calibre, es de una injusticia tan grande que hace perder el concepto de lo justo y lo aborrecible.

Espósito, es acusada por la fiscalía de “homicidio triplemente calificado por el vínculo (por ser la progenitora), por el ensañamiento y por la  alevosía; en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización, triplemente agravado por ser la guardadora al momento de los hechos, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia con la víctima menor de 18 años, como delito continuado”. Páez tiene la misma acusación, pero sin el agravante del vínculo. La pena pedida es la misma: prisión perpetua.

Y estas basuras, encima, intentaron argumentar cuestiones de género en la acusación en su contra, como si el hecho de que ellas sean homosexuales y mujeres, estén siendo “perseguidas” por su condición, cuando en realidad se trata de condenar a dos criminales sin alma ni conciencia, que no tuvieron miramientos en sacrificar a una criatura por su lasciva conducta moral, marginal y criminal, por las que deben ser juzgadas.

Y si miramos con microscopio el caso, estas basuras no han sido acusadas de violencia de género u odio de género, que si existe en este caso, porque este agravante las obligaría a cumplir la perpetua sin atenuantes. Muchas “políticas por la niñez”, pero cuando se trata de defender al niño, los huecos legales siempre dan posibilidad de que estas lacras, escapen por algún lado.

Encubriéndose tras las políticas abolicionistas de las condenas contra las mujeres, como si entre ellas no hubiera corruptas y asesinas como entre los hombres, la defensa de estas dos asesinas pretendieron torcer la atención central sobre el crimen cometido, aludiendo un prejuicio de género, omitiendo lo aberrante del acto cometido y dejando entrever que están siendo perseguidas, no por el delito en si, sino por su condición de género. Algo más o menos parecido a la excusa invocada por Cristina Fernández, quien – salvando el delito del que hablamos en uno y otro caso – pretende focalizar la acción de la justicia como una persecución política por “ser mujer” y no por haberse robado un PBI mientras cumplía funciones como presidente del país.

Espósito y Páez son doblemente asesinas y sus condenas deberían ser ejemplificadoras, como lo fue (y lo es) la perpetua de Robledo Puch, único caso en la justicia argentina, en el cual el condenado ha envejecido en la cárcel, pagando por sus crímenes, como corresponde a una sociedad justa.

No debe haber atenuantes para estas dos mujeres asesinas. La muerte de ese niño debe ser la muerte de cada hijo nuestro. Y nadie, que tenga un mínimo de conciencia, puede admitir que dos inhumanas y marginales, torturen, acosen y maten a una criatura de 5 años y se encubran tras argumentos falsos y demagógicos de género, para atenuar sus condenas. (Agencia OPI Santa Cruz)

7 COMENTARIOS

  1. KOMO PUEDE ABER SERES HUMANOS TAN MALBADOS…..XD…..OJALA SE PUDRAN EN LA CARCEL….Y LE APLIKEN LA LEY DEL PRESIDIO…..YA SABEN LO K LES VA A PASAR POR HDP

  2. Estas dos bestias me hacen acordar a Marcela Juncos, la yegua que mató a su propia hija con la ayuda de su violador…como pueden existir escorias así ?? no merecen ni ver la luz del sol, cadena perpetua es poco, merecen morir siendo torturadas como mínimo!

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