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La inflación, entre estar “autoconstruída en la cabeza de la gente”, como dijo Alberto, hasta ser culpa del Espíritu Santo, que invocó el Papa; todo para no hacerse cargo

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Alberto Fernández, tras su encuentro con el papa Francisco: “Le pedí ayuda en el tema de la deuda y me respondió que siempre me va a ayudar”

(Por Rubén Lasagno) – “La pobreza (en la Argentina) está en un 52%, ¿qué pasó? mala administración, malas políticas”, dijo el Papa Francisco durante una entrevista que ofreció a la agencia The Associated Press y agregó “Argentina en este momento y no hago política, leo los datos, tiene un nivel de inflación impresionante” expresó y particularmente, al máximo pontífice, no le creo nada.

Si bien aclaró que “no estaba haciendo política”, cabe recordar que el máximo referente de la Iglesia Católica había evitado referirse en particular a la coyuntura nacional para no quedar expuesto a la confrontación de ideas que define la grieta, pero en esta oportunidad dejó sentada su posición, más allá de no haber identificado a algún sector de la vida institucional del país que fueron responsables de llevar a la Argentina a las actuales circunstancias sociales en que se encuentra.

El papa Francisco - Foto: NA
El papa Francisco – Foto: NA

Empezando por el ridículo argumento de Alberto Fernández, a fin de justificar la inflación galopante que no puede contener ni dominar su gobierno cuando dijo que es “autoconstruída en la cabeza de la gente”, hasta el Papa horrorizado por el 52% de inflación en el país, preguntándose si es culpa de las malas administraciones o malas políticas sin ponerle nombre y apellido, o las delirantes declaraciones de Cerrutti quien dijo “Yo leía recién lo que dijo (el Papa) y cuando dice que la política hizo que la economía estuviera como está, todos sabemos que es producto de los cuatro años del macrismo que estamos remontando”, todo es un fenómeno reduccionista y negacionista que encaran todos ellos, para no hacerse cargo de lo que son y hacen (en el caso del presidente) y de lo que apoyaron (en caso del Papa).

De Alberto no podemos agregar nada a lo ya demostrado en estos tres años de gobierno; de Cerrutti ni siquiera vale la pena analizar su esquizofrénica actitud ante el micrófono de su vocería inaudita, pero del Papa, sí es importante analizar su conducta.

El sumo pontífice en sus recientes declaraciones, atacó objetivamente al gobierno de Alberto Fernández de donde salieron expulsados sus amigos Béliz y Guzmán, pero dejó a salvo a su alma mater: Cristina Fernández, el alfil fuerte, su “preferencia” política, la vicecondenada de la cual Francisco nunca opinó y protege, aunque sabemos de su debilidad por contener y sostener a delincuentes que se han robado todo en la “década ganada”, como es el caso de Milagros Sala o la propia Cristina quienes han recibido un reconfortamiento espiritual del máximo líder de la Iglesia, quien, aún sin decirlo, reconoce que a ambas, las están “persiguiendo políticamente” a través de la justicia, sin reconocer que son delincuentes que le robaron a la Argentina y fueron juzgadas y condenadas por sus delitos.

El Papa prefiere hacer un “reclamo generalizado” sobre la situación social y económica del país y no se hace cargo de haber apoyado a estos mismos responsables de la debacle, cuando en el 2019 arrugaba la nariz frente a Macri y sonreía amorosamente frente a la vicecondenada o abrazaba a Alberto, como si fueran la salvación y el cambio para su país, el mismo que hoy sufre más del 100% de inflación, el 55% de pobreza, desocupación, marginalidad y una economía a punto de estallar por los aires, sin que el sumo pontífice pueda encontrar el origen de los  problemas, aunque están a la vista.

Debemos recordarle al Papa que, a menos que crea lo que dice Cerrutti, toda esta situación argentina la agravaron y profundizaron los mismos personajes que él abrazó, encubrió y entronizó en campaña y luego reconfirmó en el poder en el 2019/2020 desde el Vaticano.

El Papa Francisco gambeteó una explicación real y concreta ante el periodista de AP y de manera retórica le devolvió la respuesta en forma de pregunta, poniendo en duda sobre si este caos argentino es producto de malas administraciones y malas políticas, sin arriesgar responsables.

Obvio, Francisco sabe que es así, pero no quiso ponerle nombre y apellido; tampoco quiso exponer al kirchnerismo clásico (Cristina Fernández) y dejó todo entre signos de interrogación, un “hacete cargo” para Alberto, el mismo que abrazaba y bendecía en sus inicios como presidente.

Si unimos los conceptos de Alberto y Francisco, entre quien cree que la inflación la autoconstruye la gente “en sus cabezas”, hasta la teoría de que la inflación y la pobreza parecen obras del espíritu santo, comprenderemos que la desgracia argentina de vivir al borde del abismo, no es obra de Cristina Fernández, la armadora principal de este gobierno fracasado y a quien el Papa resguarda, sino de todos nosotros, como corresponde decir públicamente a quienes encubren esta desgraciada clase política “nacional y popular”. (Agencia OPI Santa Cruz)

3 COMENTARIOS

  1. El viejo francisco está ga ga. Quiere renunciar porque se dio cuenta la mugre que es el vaticano (con minúscula) los curas son una secta de corruptos y pedófilos. Hay alguno que no lo será pero que los mencionen así lo sabemos

  2. Se accuerdan cuando la vieja Bonafini por orden de cristina y nestor le mandaron a cagar y mear el altar??? es un viejo de mierda, se dice peroncho pero está en contra del pais. Mas vale que mire para adentro y vea como afanan en el vayicano y como violan internados en las iglesias del mundo. viejo transa

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