Atentado a Cristina Kirchner: el jefe de la seguridad declaró que ningún custodio se dio cuenta de lo que había pasado

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Cristina Kirchner sale de su departamento de la calle Juncal - Foto: NA

Según publica Clarín El comisario Diego Carbone no estaba en Recoleta el día de ataque. En diciembre, admitió ante la justicia que sus hombres no percibieron el arma, ni retiraron a la vice de la calle. Sus dichos trascendieron ahora.

Por: Lucía Salinas

Ninguno de los integrantes de la custodia, en ningún momento, se dio cuenta de que alguien había gatillado a quince centímetros de la cabeza de la vicepresidenta. Nadie tomó la decisión de retirarla del lugar. Sólo uno de sus secretarios cuando ingresaron al departamento de Juncal y Uruguay esbozó en el ascensor “había un arma de fuego”. La inacción del dispositivo de seguridad fue confirmada ante la justicia por Diego Carbone, responsable de la custodia de Cristina Kirchner.

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El atentado contra Cristina Kirchner dejó en evidencia una serie de errores y graves fallas en la custodia de la vicepresidenta que está a cargo de la Policía Federal, la fuerza que comanda Aníbal Fernández.

Sin reacción, los encargados de proteger y cuidar a la vice no solo no pudieron evitar que el acusado, Fernando Sabag Montiel, le pusiera el arma a centímetros de la cara sino que después tampoco la aislaron y se fueron caminando junto a ella casi sin protegerla a pesar de que el riesgo no había terminado. Luego del ataque caminó seis minutos hasta entrar a su casa pese a que el joven procesado y detenido hace cuatro meses le había intentado disparar dos veces.

La fiscalía busca determinar qué ocurrió aquella noche y si hubo alguna responsabilidad penal en el accionar del personal de las fuerzas federales responsables de custodiar a la vicepresidenta. Ya se había ordenado analizar los celulares del personal que estuvo en funciones ese día.

La Justicia quiere saber si procedieron según los protocolos de custodia y especificar la nómina del personal activo durante el día del atentado. Además, busca esclarecer si los errores que cometieron pueden encuadrarse en algún tipo de pena.

Bajo esta línea de investigación el representante del Ministerio Público Fiscal le tomó, el 6 de diciembre, declaración testimonial a Diego Carbone, comisario y jefe de la custodia de Cristina Kirchner.

Ante el intento de homicidio, Cristina Kirchner “¿debió ser evacuada del lugar?”, consultó el fiscal Carlos Rívolo. Ante ese planteo Diego Carbone dijo que la custodia “reacciona ante un estímulo”, después del atentado se realizó una reunión en la sede de la Policía Federal para “evaluar la situación de lo que sucedió”. Allí admitió que dicho estímulo “nunca ocurrió, ninguno de los integrantes de la custodia en ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando. Caso contrario tendría que haber utilizado el Protocolo, que es la evacuación a un punto seguro de la vicepresidenta”.

Durante la declaración testimonial se hizo hincapié en los protocolos de seguridad. Lo primero que dijo el comisario, según la reconstrucción que ahora pudo realizar Clarín, fue cómo se evalúa al público que rodea a la vice en una situación así. Cómo se organiza la barrera humana entre la vice y la custodia policial.

Al respecto explicó que hay dos tipos de público y que en función de los protocolos se clasifica en “público hostil o no hostil, y de esa manera se hacen las formaciones de seguridad”, algunas -continuó explicando- “son estrictas y otras un poco menos. En el caso del domicilio de la vicepresidenta, no se consideraba un público hostil, porque estaban para saludarla y eran simpatizantes”.

“Ninguno de los integrantes de la custodia en ese momento se dio cuenta de lo que estaba pasando. Caso contrario tendría que haber utilizado el protocolo, que es la evacuación a un punto seguro de la señora Vicepresidenta”.

En este aspecto profundizó el fiscal, que le consultó a Carbone sobre cómo se organiza la llegada de Cristina a su domicilio particular. El comisario contó que siempre “se envía un servicio adelantado, más cuando se trata de su domicilio”. En lo que concierne a los contactos, es decir, la gente que busca saludarla como ocurrió aquella noche, “se le pide a la gente que mantenga el acceso liberado y que respete su lugar en la vereda”, allí hizo una distinción “la organización de la gente, la maneja la gente, nosotros no nos metemos”.

Es que justamente, la fiscalía no ahonda en el cordón organizado por La Cámpora que fue el único dispositivo de seguridad visible que funcionó esa noche, sino en los protocolos que debía poner en funcionamiento el personal especializado y abocado a preservar la vida de Cristina Kirchner.

Cuando Rívolo le preguntó cómo se realiza la custodia, el comisario Carbone indicó que se da la orden de que “quiere saludar a la gente” para despejar “el camino en el que se desplaza”, y añadió que uno de los principios de la custodia “es la versatilidad, de ir adecuándose a las circunstancias”.

Diego Bermúdez, secretario privado de Cristina Kirchner, fue el único que se dio cuenta que alguien había querido atacarla y es quien le pide a la custodia que la saquen del lugar.

Ante esa ausencia de reacción, el fiscal Rívolo le preguntó a Carbone si en los protocolos se determinaba el nivel de amenaza como evaluación de riesgo de la vicepresidenta específicamente para el día 1 de septiembre, si se había percibido algo los días anteriores. “No teníamos una hipótesis de conflicto para ese momento. La seguridad fue la misma que se utilizó desde el primer día que empezamos con la custodia de ella, no teníamos amenaza”, indicó según pudo saber Clarín.

En el tramo final de su declaración testimonial Diego Carbone admitió ante el fiscal que ninguno de los integrantes de la custodia “se dio cuenta” de lo que había ocurrido, es decir, que una persona había intentado asesinar a la vicepresidenta del a Nación. (Clarín)

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