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El FMI empeora su pronóstico sobre Argentina: la economía no crecerá este año

Contrapunto por el ajuste en la primera charla entre Alberto Fernández y la directora del FMI, Kristalina Georgieva

Según publica Clarín El Fondo estima un alza de apenas 0,2% del PBI para 2023. En enero, vaticinaba un 2%.

Por: Paula Lugones

El Fondo Monetario Internacional rebajó este martes las perspectivas económicas de Argentina para este año y proyectó que tendrá un crecimiento casi nulo, de apenas un 0,2% en 2023, un período signado por la sequía, la incertidumbre electoral y un complicado cumplimiento del programa con el organismo.

El Fondo dio a conocer el informe de Perspectivas Económicas Globales (conocido como WEO, por sus siglas en inglés), en el marco de la Asamblea de Primavera que realiza junto con el Banco Mundial todos los años en abril en Washington y a donde acuden los ministros de Economía y jefes de Bancos Centrales del mundo.

El ministro Sergio Massa llegará el jueves a la capital estadounidense para mantener diversas reuniones con representantes del Fondo en el marco de la asamblea, pero también bilaterales y encuentros con funcionarios estadounidenses.

Pocos meses atrás, en una actualización del 30 de enero, el Fondo había previsto que el país crecería un 2% este año y así lo señaló en el último staff report que analizó el programa. Pero el impacto de la sequía, una inflación descontrolada y la restricción en el acceso al dólar complicaron el panorama y ahora pronostican un crecimiento casi nulo en 2023 y recién un repunte al 2% en 2024.

El informe está en línea con el presentado días atrás por el Banco Mundial, que vaticinó un 0% de crecimiento para Argentina este año.

La inflación que el FMI prevé para 2023 es de 98,6%, menos de lo que calculan los consultores privados, que estiman que podría superar el 120%. Proyectan que baje para el 2024 al 60,1%. Pero, dada la compleja situación argentina, los números cambian a una velocidad alarmante. De hecho, el ministro Massa recibirá en Washington el número de la inflación de marzo, que está previsto que se difunda el viernes y que se estima que rondará un 7%.

En el rubro “desempleo”, el Fondo pronostica que subirá de 7% en 2022 a 7,6% en 2023.

Qué pasará en el mundo

El informe de Perspectivas Globales fue presentado por el economista jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, que se refirió al crecimiento global que comienza a recuperarse del impacto de la guerra en Ucrania, las interrupciones de las cadenas de suministro y la inflación, aunque los riesgos aún persisten.

Dijo que también el endurecimiento masivo y sincronizado de la política monetaria por parte de la mayoría de los bancos centrales “debería comenzar a dar frutos, con la inflación volviendo a los objetivos”.

En este marco, el organismo internacional pronosticó que el crecimiento global “tocará fondo en 2,8% este año antes de aumentar modestamente a 3% el próximo año. La inflación mundial caerá, aunque más lentamente de lo previsto inicialmente, del 8,7% el año pasado al 7% este año y al 4,9% en 2024”.

El caso argentino

El informe presentó los números pero no desarrolla el caso argentino (seguramente se profundizará sobre el tema en la presentación de las perspectivas para América latina, el jueves), pero el Fondo sigue muy de cerca los vaivenes de la economía del país, que es el principal deudor del organismo, y está en permanente contacto con las autoridades de Economía para el seguimiento del programa.

De hecho, acaba de aprobarse la cuarta revisión, que abarca el último trimestre de 2022, por la que se liberaron US$ 5.400 millones. Pero este último capítulo incluyó una flexibilización de las metas de reservas (3.600 en marzo y 1.800 a fines de 2023) sobre todo por el fuerte impacto de la sequía.

A pesar de que el Fondo aflojó ese objetivo, advirtió que se necesitan “políticas más sólidas”.

Dijo que “la situación económica se ha vuelto más difícil desde principios de este año a la luz de la sequía cada vez más severa y los reveses políticos. Dada la magnitud del shock climático, se justifican algunos ajustes a la baja de los objetivos de acumulación de reservas, aunque ahora se necesita un paquete de políticas más sólido para salvaguardar la estabilidad y mantener el papel de anclaje del programa”.

Puso énfasis en que se necesita mantener la meta de déficit fiscal en el 1,9% del PBI –se especulaba conque el Gobierno buscaba relajarla en este año electoral–, acelerar la reducción de los subsidios energéticos para los hogares más acomodados y reducir los costos de la moratoria jubilatoria. (Clarín)

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