El Washington Post ve a la Argentina como un país psiquiátrico con culto al “pobrismo” del Papa Francisco que odia la riqueza lícita y acepta la corrupción y el narcotráfico

(Escrito por: Washington Post) – La Argentina tiene el problema más serio del mundo. Ningún país podría encontrarse en su camino con una dificultad mayor. Otras naciones pueden tener inconvenientes de distinta índole, pero ninguna padece el nivel dilema que tienen los argentinos: el país se angustia por lo que prefiere. 

No hay drama mayor para una nación. Vivir en permanente frustración por lo que no son otra cosa que las consecuencias de sus preferencias constituyen una encerrona de la cual es muy difícil salir. La Argentina no tiene un problema económico o social o político. Tiene un problema médico; un problema de orden psicológico profundo que le impide resolver lo que no son otra cosa que los efectos de esa causa madre.

Que un país viva en conflicto por lo que son las consecuencias de sus preferencias libres, constituye una dificultad de tal magnitud que, sinceramente, no sé si la cuestión tiene solución.

Pues bien, ¿y cuál es esa maldita preferencia?, ¿qué es lo que los argentinos secretamente prefieren y contra lo que luego se enojan cuando efectivamente esa preferencia se materializa? Esa preferencia no es otra que la pobreza: los argentinos prefieren la pobreza. Por supuesto no van a admitirlo a viva voz. De hecho, viven enojados contra la pobreza. O al menos eso dicen.

Porque lo que en realidad les ocurre en materia de “enojos” es algo bien distinto. Si uno analiza las corrientes que imperan consciente o inconscientemente en el espíritu argentino verá que lo que mayoritariamente sobresale, lo que culturalmente predomina, es una oposición a la riqueza.

En efecto, el argentino está en guerra contra la riqueza. La corriente mayoritaria que emerge desde las entrañas más profundas de la cultura nacional consiste en una resistencia impenetrable contra la riqueza, contra la idea de ser rico.

El Papa Francisco es quien mejor ha expresado la esencia de esa corriente con su frase “la riqueza es el estiércol del diablo”. Quizás no haya un resumen más perfecto de la morfología social que distingue a los argentinos que esas palabras de Bergoglio. La riqueza es un pecado.

Sin embargo, en un retorcimiento que complica aún más el problema, es un determinado tipo de riqueza y un determinado tipo de rico el que el argentino desdeña y por el que siente un profundo asco. La riqueza que los argentinos repugnan es la que se produce como fruto del éxito lícito. Paralelamente entonces al tipo de “rico” que el argentino odia es al que obtuvo su riqueza por la vía del triunfo en la vida laboral legal.

Contrariamente, no se observan condenas firmes contra los que, incluso obscenamente, pavonean la riqueza que hicieron como consecuencia de actividades ilícitas, provengan ellas de la corrupción pública (funcionarios ladrones, sindicalistas mafiosos) o de actividades delictivas “privadas” como los narcotraficantes o los delincuentes comunes.

El prototipo del argentino que es resistido socialmente (“resistido” viene de “resentimiento”) es aquel que tuvo éxito material en la vida por la vía del trabajo lícito. Es ése el que defeca el “estiércol” del diablo”.

Por lo tanto, a ese personaje hay que bajarlo de donde está y por supuesto, no es un modelo a imitar o a emular sino un arquetipo al que envidiar, maldecir y destruir.

Obviamente la persecución y eventual destrucción de los que generan riqueza hace que no se genere riqueza (es una perogrullada, pero en la Argentina parecería necesario aclararlo) y al no generarse riqueza, se obtiene pobreza.

Parecería que, siguiendo un silogismo normal, los argentinos deberían estar felices porque finalmente consiguieron lo que buscaban: derrotar la riqueza, destruir al rico y materializar la pobreza (que, siguiendo, a su vez, el razonamiento del Papa debería ser el estado de gracia más cristalino del ser humano por ser el opuesto al “estiércol del diablo”). Pero no. Cuando llegan a lo que debería ser su éxtasis, estallan en queja y buscan a más ricos a quienes ir a robarles lo que les queda por la vía de entronizar gobiernos que expolian con impuestos confiscatorios la riqueza lícita generada por otros.

Parecería que lo que los argentinos buscan, finalmente, es una pobreza tolerable igualmente distribuida. Es decir, una pobreza “hasta ahí”, igual para todos. (Excepto para aquellos “ricos” a los cuales los argentinos no resisten –es decir, no tienen “resentimiento” contra ellos- como los funcionarios corruptos -que dicen que vienen a sacarle a unos lo que ganaron “injustamente” a costa de otros- los sindicalistas mafiosos, los que “encontraron un curro o un yeite” -el típico “vivo” argentino que “le encontró la vuelta”- u otros personajes del submundo ilegal respecto de los cuales el argentino no muestra un nivel de ofensa ostensible)

Como se ve, la profundidad de la enfermedad sociológica del país es de tal dimensión que las dudas sobre su verdadera solución son muy grandes. El nivel de deterioro mental masivo que sufre el país implica un retorcimiento tal de los valores constructivos de la vida pacífica y progresista que uno duda seriamente de que tal extravío tenga vuelta atrás.

El enamoramiento del pobrismo ha llevado a la Argentina a ser una sociedad completamente conflictuada, encerrada en una encrucijada de la que le será muy difícil salir. Vivir en queja por las consecuencias que trae lo que se venera representa un problema de una complejidad tal que las soluciones no vendrán de la aplicación de tal o cual programa económico sino de un proceso de introspección que lleve a cada argentino a darse cuenta del nivel de contradicción en el que vive.

Mientras ese complejo severo no sea removido del alma argentina, el país no tendrá solución. Nadie vivirá mejor, venerando vivir peor. Y si se considera que vivir monacalmente es mejor que vivir en la abundancia, los argentinos deberían renunciar a la abundancia y acostumbrarse a los límites materiales de la vida monacal.

Ahora, recurrir al delito, a la corrupción, al robo o al narcotráfico para producir ilegalmente lo que se niegan a generar bajo el imperio de la ley no hará que el país sea rico. Lo que probablemente surja (o mejor dicho, se consolide) es una nueva nobleza compuesta por mafiosos, funcionarios corruptos, narcos amparados por el poder y revolucionarios de pacotilla que vivirán como reyes

Pero los argentinos honrados se hundirán en la pobreza. En esa misma pobreza que el Papa argentino tanto les enseñó a reverenciar. (WashingtonPost.com/Agencia OPI Santa Cruz)

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10 COMENTARIOS

  1. Esa cultura del ” POBRISMO” , la expresan fielmente , este Peronismo/kirchnerista, que nos gobierna desde hace 30 años , todos sus dirigentes desde Cristina ,máximo y Alicia , para abajo todos sus secuaces , son megamillonarios multimillonarios y millonarios , no se les conoce trabajos licito fuera de la función pública ,estos son los que te refriegan su riqueza mal habida todos los días son los ” nuevos” ricos , con la complicidad de cierta parte de la Iglesia , son los que transformaron a nuestro País , en un estado decadente ,sobredimensionado e improductivo manejado por políticos mafiosos , que la única política de contención
    son generar 20 millones de subsidios ,y subsidiados viven del esfuerzo de casi 8 millones de ciudadanos que con su trabajo digno y lícito , aportan y pagan impuestos , para mantener todos estos subsidios .
    Son estos mismos políticos Peronistas/ Kirchnerista, mafiosos , sin los que transformaron a la Argentina en un Estado Narco Mafioso , que se creen que los únicos que pueden manejar las riendas del País son ellos ,hace 30 años que están en el Poder , y así estamos como argentinos ,hundidos en la peor miseria que se tenga memoria , 50 % de pobres, una inflación galopante, ( para algunos ya estamos en la Hiperinflación) , sin reservas económicas, aliados como gobierno con lo peor del mundo ( Rusia,China, Iran, Jamás,etc , sin que se sepa institucionalmente quien conduce el País ,el Presidente y Vice presidente, no existen , abandonaron el Gobierno , hay un ministro/candidato que oficia de Presidente de Facto , y toda la ciudadanía observa y los vota, y le cantan loas a los dueños del bidón de nafta y de los fósforos , .
    Si todo esto que está pasando y no reaccionamos como pueblo ..BIENVENIDOS A VENEZUELA.., Después no anden llorando como niños …lo que no saben defender como hombres y mujeres que es nuestra patria , sigan comiendo estiercol aprovechen ahora que en un futuro muy cerca, ya ni eso podrán comer junto con la polenta …porque no va a alcanzar para todos….buen provecho….

  2. Pienso que si el Washington Post mirara hacia adentro de su propio país, seguramente podría comprobar que su sociedad o mejor dicho su gobierno, esconde culpas por la que muchos países entre ellos el nuestro , sufren problemas de orden político,, social y económico, que ocurren siempre al Imponer por un crédito otorgado, cumplir condiciones que en lugar de atenuar la pobreza, la aumentan al intervenir en la economía del deudor.
    No es menos cierto que buena parte de esa culpa, se debe a políticos incapaces intelectualmente que se dejan subyugar, y de discutida moral que nos han gobernado a lo largo de muchos años, que en lugar de hacer prevalecer los intereses de su pueblo, se han inclinado por los propios y los ajenos, con los “beneficios” que para los participantes ha dejado y que han repercutido y repercuten en el bienestar de la población.
    Muchos de nuestros políticos son ricos en lo económico de la noche a la mañana, pero su carencia moral es aún mayor, sin
    que la justicia haya podido hasta hoy, poner blanco sobre negro sobre estas cosas, como tampoco sobre la deuda contraída, que creo ni siquiera ha sido auditada. Me atrevo a imaginar que la justicia por tantos descuidos, es uno de los mayores, sino la única culpable del destino de pobreza que hoy nos toca vivir………………..
    Alguien de ese país en su momento ha dicho: ” América para los americanos” y en forma despreciativa han identificado a esta parte de América, como como su “patio trasero”. Con alguien que piensa de esta forma, es muy difícil negociar y competir…………..
    Tal vez al ciudadano argentino le esté faltando la paz y la normalidad que le han quitado, pero si necesitamos recurrir al psiquiatra para tratar nuestras locuras, ellos no se pueden quedan atrás, pues tienen mucho para confesar acerca de sus acciones a lo largo y ancho del planeta…………..
    Esto pienso mientras leo la nota.

    • No caigamos en esa otra costumbre bien argentina de retrucar inmediatamente cuando no nos gusta lo que nos dicen…

      Es bastante fuerte y real lo que expresa la nota, y debería hacernos reflexionar en lugar de buscar atenuantes como “-Ah, y entonces ustedes, qué…?”. Entiendo la desesperación por creer que todo es culpa de un FMI malvado que nos obligó a pedirle plata, después nos impuso ajustes, y saraza.

      Qué se yo. Me parece que deberíamos limpiar primero la casa por dentro antes de argumentar que la mugre viene de afuera. Te dejo un abrazo, ojalá algún día podamos recordar estos tiempos como algo muy lejano y perdido en la historia.

  3. Lamentablemente si no llega el orden y la disciplina no habrá escapatoria. Vivir clandestinamente se a vuelto una cultura general. Toda una sociedad es responsable de todo esto. Ya no alcanza con votar ni bien ni mal, solo se piensa en votar al menos malo y regresar ala rutina de todos los días sin hacerse cargo del voto y solo que se encargue el nuevo presidente. Eso no sirve y no servirá jamás por que es un pueblo lleno dé corderos y no de lobos. Un pueblo que no se para de manos y fácilmente domesticado.

  4. MANGA DE PAJEROSSSS, TIENEN TODAVIAA LA RETINAAA DE ADOLESENTEE, NO MADURANNNN, LOS YANQUI, KIEREN KE LES DEN ¿ TODOSSSS ? LOS RECURSOS NATURALES KE TENEMOSSSS, ALLI SE VAN A KEDAR TRANKI, Y LOS BOLUDOSSS, MIRANDOOO EL TRENNN, COMO SIEMPREEEE, UGUAL KE SUS SOCIOS ARGENTINOSSSS TRAIDORES A LA PATRIA, ACA HASE FALTA UN ARTIGAA. ¿ KE LE ASIA A LOS TRAIDORESSS,,,¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿””’????????????

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