Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, Rusia está financiando una campaña de desinformación en América Latina con el objetivo de desacreditar a Ucrania y fomentar opiniones contrarias a Estados Unidos y a la OTAN. Esta denuncia se enmarca en los esfuerzos de Washington por contrarrestar la desinformación utilizada por Rusia en su política exterior.
En una evaluación de inteligencia desclasificada realizada el 20 de octubre, Estados Unidos señaló que Rusia emplea espías, redes sociales y medios de comunicación estatales rusos para minar la fe pública en la integridad de las elecciones democráticas.
Los contactos mediáticos en países latinoamericanos, como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, son utilizados por Rusia para difundir desinformación y debilitar el apoyo a la lucha de Ucrania contra la invasión rusa.
La “campaña de manipulación informativa” es coordinada por tres organizaciones rusas: la Agencia de Diseño Social (SDA), el Instituto para el Desarrollo de Internet y Structura. Estas organizaciones son descritas como empresas de “influencia por encargo” que han infiltrado medios de comunicación locales y personas influyentes en América Latina.
En julio, la Unión Europea impuso sanciones a SDA y Structura por difundir propaganda de apoyo a la guerra de Rusia contra Ucrania.
Los equipos en Rusia generan contenido que se envía a periodistas latinoamericanos “cultivados” para su revisión, edición y posterior publicación en medios locales.
El Departamento de Estado identificó a los medios de comunicación en español Pressenza y El Ciudadano como los principales difusores de la desinformación. Pressenza, con sede en Ecuador, fue fundado en Milán, Italia, en 2009, y se encuentra registrado en Ecuador desde 2014. El Ciudadano tiene su sede en Chile. Hasta el momento, los responsables de estos medios no han respondido a las solicitudes de comentarios.
Esta denuncia subraya la creciente preocupación global sobre la desinformación y su impacto en la opinión pública en un entorno de información digital y redes sociales. La cooperación internacional se vuelve esencial para abordar este desafío. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
