El 14 de junio del año 2004, se desplomó el chiflón 9 de Mina 5 en el yacimiento de Río Turbio y murieron 14 mineros, padres, hijos y hermanos, quienes no tuvieron la oportunidad de evitar lo que inevitablemente iba a ocurrir y finalmente terminó con sus vidas.
La memoria es eterna, la tristeza por lo que podría haberse evitado es recurrente en esta fecha, el dolor por los hombres de la cuenca que dejaron sus familias aquel helado día de junio, es imborrable e insuperable, pero la resignación con la cual han actuado los sectores responsables directos de este triste acontecimiento que enlutó a la cuenca y a la provincia de Santa Cruz y produjo en la actividad minera del país y el continente, uno de los mayores desastres en vidas humanas, es llamativo, injusto y sospechosamente concurrente con la impunidad e injusticia que atravesó estos 20 años la causa de los 14 mineros de YCRT.
Esos responsables políticos, sindicales e institucionales que cargaron sobre sus hombros la tarea de dinamizar la causa y luego enterrarla, por vaya a saber qué intereses sectoriales y personales, llegando a renunciar al derecho de enjuiciamiento y la búsqueda de la verdad, hoy, seguramente, lucen compungidos y en silencio rezando por la memoría de los 14 mineros.
Platón dijo “La peor forma de injusticia, es la justicia simulada”. En la tragedia de Río Turbio la justicia federal hizo una simulación condenando con penas irrisorias a dos o tres “perejiles”, mientras los responsables políticos y los autores intelectuales que forzaron el desastre, quedaron a resguardo de las consecuencias legales y fácticas que 20 años después, nos tiene lamentando la muerte de 14 obreros del carbón.
Pasarán otros 20 o 40 años y como sociedad seguiremos repitiendo las mismas palabras, recordando a los muertos, haciendo actos y elevando plegarias, pero por sobre todo lamentándonos por la falta de justicia y la impunidad que ha tapado como el techo del chiflón 9, la vida y las esperanzas de que algún día algún juez ponga cada cosa en su lugar y a cada responsable entre rejas. (Agencia OPI Santa Cruz)
Todos se dedican a llorar pero no hace un carajo p or la justicia
Negociaron todo hasta la vida
Se debería considerar y reflexionar acerca de nuestra justicia, y preguntarse si no serán sus integrantes los culpables de que tanta corrupción que se percibe casi en todos los ámbitos de la vida pública, a pesar de ser mostrado a la sociedad, en la que los políticos sin escrúpulos y sus delitos muchas veces ocupan la primera fila (y hasta se los vuelve a elegir), entre otros, transitan por la vida pública como si fueran ejemplos a seguir, y sin que esta justicia y la ciudadanía los señales con el índice y les obliguen a cumplir toda condena (cuando sea legítima) que surja de los códigos respectivos.
Habría que preguntarle a nuestros juristas: ¡Que opina de lo que dijo Platón,? frase que tan oportunamente aparece en la nota.
Al final y luego de graficar lo que estoy pensando, termino creyendo que es nuestra justicia la culpable de todos o casi todos los males que nos aquejan, sobre todos los cometidos por algunos políticos. Tal vez corrigiendo este poder de la república, nuestros problemas no serían tan graves.
El kirchnerismo no tuvo, no tiene ni tendrá verguenza