El Papa Francisco, de 88 años, sufrió hoy un empeoramiento repentino en su estado de salud, según el último parte médico difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El Sumo Pontífice presentó un ataque aislado de broncoespasmo, lo que derivó en un episodio de vómito con inhalación. Debido a esta complicación respiratoria, el Papa fue sometido rápidamente a una aspiración y se le inició ventilación mecánica no invasiva, con una respuesta favorable en el intercambio gaseoso.
Pese a las dificultades, el Papa se mantuvo vigilante y consciente, colaborando en las maniobras terapéuticas, y se informó que recibió la Eucaristía por la mañana. Sin embargo, el pronóstico sigue siendo “reservado“. A pesar de la complejidad de su situación, el parte médico señaló que la noche transcurrió sin contratiempos y que el Papa ahora está descansando.
El Papa Francisco continúa internado en el Policlínico Gemelli de Roma, donde fue ingresado debido a una bronquitis y neumonía bilateral. La tarde anterior, los médicos habían afirmado que las condiciones del Papa mejoraban, con la alternancia entre oxigenoterapia de alto flujo y el uso de un ventimask. No obstante, se requieren más días de estabilidad clínica para evaluar su evolución y resolver el pronóstico.
En medio de su tratamiento, Francisco también envió un mensaje de consuelo a una madre de Roma que había perdido a su hijo de 21 años en un accidente. En la carta, que fue publicada en la revista mensual Plaza de San Pedro, el Papa citó a San Juan Pablo II y expresó: “No hay mal del que Dios no sepa sacar un bien mayor“. Además, con gran sensibilidad, el Papa reflexionó sobre el dolor de los padres que pierden a un hijo, recordando que no existe una palabra para describir esa tragedia, a diferencia de los términos usados para otras pérdidas familiares. (Agencia OPI Santa Cruz)
Ya fue