El Tribunal Penal de Francia condenó este lunes a Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), a una inhabilitación de cinco años, que entrará en efecto de inmediato. La sentencia fue emitida tras ser hallada culpable de malversación de fondos públicos en relación con el caso de los asistentes parlamentarios del entonces denominado Frente Nacional, el antiguo nombre de su partido. Esta inhabilitación le prohíbe presentarse como candidata en las elecciones presidenciales de 2027, lo que podría marcar un fin a sus aspiraciones políticas en el futuro próximo.
El tribunal subrayó su “papel central” en la creación de un sistema que permitió desviar dinero destinado a la contratación de asistentes para el Parlamento Europeo. Según las investigaciones, entre 2004 y 2016, Marine Le Pen y otros miembros de su partido lograron que el Parlamento Europeo pagara los salarios de personas que, en realidad, trabajaban exclusivamente para su organización política. Este esquema de malversación de fondos se calcula que involucró una cantidad total de 2,9 millones de euros, una cifra inferior a la estimación inicial de 4,5 millones de euros realizada por el Parlamento Europeo.
Además de la inhabilitación política, Le Pen ha sido condenada a cuatro años de prisión, dos de los cuales serán cumplidos con un brazalete electrónico, lo que le permitirá evitar la cárcel. La sentencia fue leída en su ausencia, ya que la dirigente abandonó la sala al conocerse la medida.
La noticia generó diversas reacciones tanto a nivel nacional como internacional. Desde Francia, Marine Tondelier, secretaria nacional de los Ecologistas, celebró la sanción, mientras que Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional, calificó la condena de “injusta” y lamentó el fallo.
A nivel internacional, la reacción más destacada provino del Kremlin, que rechazó la decisión judicial, acusando a las autoridades francesas de una “violación de las normas democráticas“. Este pronunciamiento se produce en un contexto de tensas relaciones entre Marine Le Pen y la Unión Europea, en particular después de que su partido recibiera un préstamo de un banco ruso en 2014, lo que había levantado sospechas de posibles vínculos con el gobierno de Vladimir Putin, especialmente considerando las críticas de Le Pen a las sanciones impuestas por Europa a Rusia tras la anexión de Crimea.
Por su parte, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, expresó su apoyo a Le Pen en la red social X, publicando un mensaje en el que se mostraba solidario con la dirigente francesa, escribiendo “Yo soy Marine”. La condena ha añadido un nuevo capítulo en la polémica trayectoria de Le Pen, que continúa siendo una figura divisiva tanto en Francia como en el ámbito internacional. (Agencia OPI Santa Cruz)