(OPI TdF) – Tierra del Fuego encabeza el listado de jurisdicciones con la alícuota más alta del impuesto a los Ingresos Brutos sobre ventas minoristas, con una carga del 5%, nivel que comparte con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Córdoba, Chubut, Entre Ríos, Neuquén, La Rioja, Río Negro, Salta y Tucumán. Así lo indicó el tributarista César Litvin, quien volvió a señalar que este impuesto es el “más distorsivo del sistema tributario argentino” debido a su efecto en cascada, que impacta en cada etapa de la cadena productiva y comercial.
Según precisó Litvin, el gravamen afecta directamente al consumo, ya que se aplica sobre el precio final sin permitir deducciones por impuestos abonados previamente. Esta característica genera un aumento progresivo del costo de los bienes y servicios, lo que a su vez termina trasladándose al consumidor.
En el caso particular de Tierra del Fuego, el impuesto está compuesto por un 3,5% correspondiente al impuesto sobre los ingresos brutos propiamente dicho y un 1,5% adicional que responde al Fondo de Financiamiento de Servicios Sociales. Este último fue instaurado originalmente en 2003 como Fondo Social de Reactivación Productiva, a través de la ley provincial 616, con el objetivo de apoyar políticas de empleo y producción. Desde 2012, con la ley 907, se convirtió en el actual fondo destinado a financiar servicios sociales, y ha sido prorrogado año tras año con nuevos destinos.
A diferencia del análisis técnico que omite este adicional, desde el gobierno provincial y distintos actores económicos se sostiene que debe ser considerado parte integral de la presión tributaria sobre las ventas. Esto sitúa a Tierra del Fuego en el mismo nivel de carga efectiva que otras diez provincias con alícuotas máximas, pese a que su estructura impositiva tenga matices diferentes.
En contraste, otras provincias aplican tasas más bajas: Catamarca grava las ventas minoristas con un 4,8%; Jujuy, Mendoza, Misiones y Santa Fe con un 4,5%; San Luis con 4,2%; La Pampa con 3,9%; y San Juan, Santiago del Estero, Santa Cruz y Formosa con apenas un 3%.
Desde el sector comercial se advierte que el impuesto a los ingresos brutos, tal como está concebido, genera un sobrecosto importante para la actividad económica en general, ya que no discrimina según el valor agregado real en cada etapa ni permite mecanismos compensatorios. Este efecto cascada no solo encarece el producto final, sino que también desalienta inversiones, afecta la competitividad y complica la estructura de precios internos en un contexto económico ya tensionado por la inflación y la retracción del consumo. (Agencia OPI Tierra del Fuego)