El ministro de Economía de la provincia, Francisco Devita, reconoció que el panorama fiscal atraviesa un momento crítico y advirtió que los ingresos reales se encuentran por debajo de lo presupuestado, lo que impide cualquier posibilidad de otorgar aumentos salariales en el corto plazo. En una entrevista radial, el funcionario fue contundente: “Vienen meses complejos”, y aseguró que la provincia se prepara para enfrentar un cierre de año marcado por restricciones presupuestarias, falta de fondos nacionales y crecientes obligaciones financieras.
Según explicó Devita, la recaudación tributaria provincial apenas muestra un crecimiento del 2% interanual en términos reales, una cifra claramente insuficiente frente a las proyecciones oficiales. Atribuyó esta caída a la retracción del consumo, que impacta de lleno sobre la recaudación, en el marco de una economía que no logra recuperar dinamismo. “Los impuestos dependen del consumo, y la actividad económica no repunta”, apuntó, y asoció este contexto a la política de ajuste impulsada por el gobierno nacional, que si bien logró moderar la inflación, provocó una fuerte desaceleración en el mercado interno.
En ese sentido, Devita fue crítico con la administración de Javier Milei y cuestionó lo que calificó como un “superávit ficticio” sostenido a costa de las provincias. “Los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) no se distribuyen y los programas nacionales no se transfieren. Eso profundiza los desequilibrios provinciales”, señaló, dejando en claro el estancamiento de las negociaciones con la Casa Rosada. Según detalló, la propuesta provincial para compensar deudas cruzadas con Nación, que permitiría destrabar obras públicas clave como las de vivienda, no tuvo respuesta. “Propuse saldar obligaciones recíprocas, pero no hubo avances”, lamentó.
Uno de los temas más sensibles del panorama financiero provincial es el uso de las regalías petroleras. Devita explicó que los ingresos extraordinarios derivados de la extensión de concesiones a empresas como Total no serán utilizados para reforzar el presupuesto, sino que están comprometidos al pago de deuda externa. “Si no cubrimos esos compromisos, caeríamos en default”, alertó. El ministro precisó que incluso el bono de compensación por caída de producción pactado con las petroleras quedará atado al fideicomiso de deuda, sin disponibilidad para atender gastos corrientes.
El ministro también hizo referencia al freno en las inversiones privadas, al que vinculó con la incertidumbre normativa. “Las reglas cambian constantemente y eso genera temor en los empresarios”, indicó, y citó como ejemplo la posible salida de Carrefour del mercado local. Para Devita, la creciente dolarización de carteras es otra muestra de desconfianza: “Si hubiera confianza, no veríamos esta fuga hacia el dólar”.
Frente a este escenario, descartó de plano la posibilidad de otorgar aumentos salariales en lo que resta del año. “El presupuesto no contemplaba incrementos, y hoy no hay recursos extras”, señaló. Si bien confirmó que continuará el diálogo con los gremios, advirtió que no hay margen para compromisos adicionales. También anticipó dificultades en sectores sensibles como la salud, donde algunos proveedores ya expresaron que no tolerarán más demoras en los pagos.
Francisco Devita planteó un panorama complejo para el último tramo del año, con un Estado provincial obligado a gestionar con recursos escasos, mientras lidia con una economía estancada, obligaciones financieras crecientes y relaciones tensas con el gobierno nacional. (Agencia OPI Tierra del Fuego)