La actividad económica de Santa Cruz se desplomó un 12,8% interanual durante el mes de septiembre, confirmando la persistencia de un escenario recesivo agudo en la provincia. Este fuerte retroceso se complementó con una caída del 2,6% en la medición mensual desestacionalizada. Si bien el acumulado de los primeros nueve meses del año aún refleja una contracción leve del 0,2%, los datos recientes evidencian una pérdida generalizada de impulso en el segundo semestre, frenando la dinámica productiva y el consumo interno.
El desempeño sectorial de septiembre mostró un panorama casi uniformemente negativo, con cuatro de los cinco rubros relevados presentando caídas significativas. El deterioro más profundo se registró en Calzado, Indumentaria y Textiles, que se contrajo un -26,7% interanual, afectado por la retracción de la demanda, despidos y la competencia de ferias locales y ventas online no reguladas. El rubro Servicios, que agrupa hotelería, turismo y actividades profesionales, no quedó atrás y mostró una de las bajas más profundas, con un -19,3%, atribuido a la menor circulación de ingresos, el aumento de tarifas y la contracción del turismo interno.
El consumo masivo también reflejó la crisis en los hogares: el rubro Alimentos y bebidas experimentó una nueva caída interanual del -14,2%, prolongando la tendencia negativa del año. Según el informe, los comercios operan con menores volúmenes y márgenes “cada vez más estrechos” debido a la pérdida de poder adquisitivo. Asimismo, el sector de Ferreterías, Construcción, Bazar, Hogar y Muebles retrocedió un -10,4%, mostrando una desaceleración tras meses previos de crecimiento, donde inciden la falta de circulante, la caída del crédito y la “dependencia del gasto público provincial“.
El único segmento que arrojó una variación positiva fue Farmacia y Perfumería, con un leve incremento interanual del +2,5%. Si bien la estabilidad del consumo en productos esenciales sostuvo la actividad, el sector advierte que el contexto sigue condicionado por la inflación, las altas tasas de interés y las demoras en los pagos de convenios clave como PAMI, que afectan la liquidez de las farmacias. En conjunto, los datos reflejan una estructura económica provincial frágil y con escasas expectativas de mejora a corto plazo.
Este escenario se ve ratificado por las expectativas empresariales, marcadas por la cautela. Más de la mitad de los encuestados considera que la situación de sus empresas empeoró respecto al año anterior. La disposición a invertir es mínima: un 46,4% afirma que “no es un buen momento para invertir“, frente a solo un 23,2% que mantiene optimismo. Aunque un 46,4% espera una mejora en el próximo año, esta expectativa convive con un 23,2% que prevé un empeoramiento y un 30,4% que no anticipa cambios, reflejando una actitud de resiliencia mientras se postergan decisiones a la espera de un contexto más previsible. (Agencia OPI Santa Cruz)