Tras el G-20, Macri modera expectativas y dice que llevará “meses” mejorar la economía

Mauricio Macri conferencia de prensa – Foto: Presidencia

11:00 El Presidente ratificó que no se otorgará un bono de fin de año a los jubilados por las restricciones presupuestarias y evitó ponerle fecha al fin de la recesión

Por: Jaime Rosemberg
En el primer día hábil después del G-20, la Casa Rosada exudaba una indisimulable alegría. El propio presidente Mauricio Macri aludió a la “autoestima que volvió” a un gobierno golpeado desde abril por sucesivas tormentas financieras y políticas, con consecuencias de alta inflación, devaluación y recesión para la economía. Pero más allá de su evidente entusiasmo -bromeó más de lo acostumbrado, se quedó más tiempo en cada pregunta, llamó por su nombre a cada uno de los periodistas-, el Presidente se esforzó por mostrar prudencia, sobre todo en lo que hace al futuro inmediato de la economía.

“Tenemos que esperar meses de trabajo que nos lleve a bajar la inflación y que lentamente nuestra economía vuelva a arrancar”, afirmó el Presidente, en conferencia de prensa y acompañado por sus ministros en el Salón Blanco de la Casa Rosada.

El mismo tono utilizó cuando le pidieron que precisara en qué mes volverá a crecer la economía o cuando lo consultaron por la inflación o sobre la negativa a otorgar un bono a los jubilados.

“No queremos hacer más pronósticos”, contestó. “Estamos en un proceso de estabilizar la economía, bajando la inflación, y eso naturalmente va a tender a poner en marcha la economía, donde ya hay sectores que marcan una mejora”, dijo el Presidente, ya con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, escuchando desde la primera fila junto al resto del gabinete. “Este gobierno impulsó la reparación histórica [a los jubilados]. Pero hay restricciones presupuestarias”, dijo el Presidente, confirmando que no habrá bono de fin de año para jubilados y pensionados.

Más allá de su mesura en relación a la coyuntura, Macri se mostró muy entusiasmado con los “logros” obtenidos de cada país y que se transformarán en “avances concretos” porque “se firmaron muchas cosas”. Dio como ejemplo la inversión ferroviaria de Rusia, los aportes de Estados Unidos para proyectos de infraestructura, el ingreso de cerezas al mercado chino, inversiones alemanas y la decisión de Singapur de participar de la licitación de obras en el Puerto de Buenos Aires. “El mundo está comprometido con lo que nos pasa, con ayudarnos y acompañarnos”, sostuvo el Presidente. Y también pronosticó avances en la negociación entre el Mercosur y la Unión Europea. ¿ Y el encuentro con la británica Theresa May? “Fue bajo el entendimiento de que los reclamos históricos permanecen y que nadie renuncia a ellos, y que seguiremos batallando y discutiendo y poniendo el tema sobre la mesa. Pero creemos, como en todas las relaciones que estamos construyendo, que es mucho mejor [avanzar] manteniendo una relación”, afirmó.

En relación con la inminente campaña electoral, Macri evitó volver a pronunciarse sobre su eventual búsqueda de la reelección. “Para mí, meses es una eternidad con la agenda que tenemos para realmente salir adelante y transformar la Argentina en un verdadero lugar de oportunidades”, afirmó, y aunque reconoció roces con sus socios radicales y Elisa Carrió -ausente de las reuniones y los actos del G-20-, los contextualizó dentro de un escenario favorable. “En un gobierno que ha tenido que enfrentar cargas muy duras, un contexto internacional muy difícil, en minoría, la coalición está sólida, trabajando como corresponde y somos seres humanos.

Siempre puede haber enojos, situaciones, pero siento que hay mucha responsabilidad, hay mucha responsabilidad”, afirmó el Presidente ante una pregunta de LA NACION. Y mencionó, en ese orden, a los radicales Gerardo Morales, Luis Naidenoff, Mario Negri y Alfredo Cornejo, a quienes les adjudicó haber “participado activamente” del G-20 (los dos primeros) o haberse comunicado con él (los dos últimos).

En un contexto relajado y sin enojos, el Presidente se mostró ofuscado al hablar del escandaloso superclásico Boca-River, a jugarse finalmente en Madrid el domingo 9. “Celebro que estemos enviando esta ley de las barras, para terminar con esta violencia, al Congreso”, dijo el Presidente, y volvió a pedirle más dureza a la Justicia porteña.

“Ni yo ni ustedes queremos vivir en una sociedad militarizada. Pero sí que quienes cometen delitos vayan presos”, definió, en renovada crítica al Poder Judicial de la ciudad. (La Nación)

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