Italia: crece la presión sobre Conte para extremar las medidas de contención del brote

Coronavirus hoy: más de 114.500 casos, 4.028 muertos y 60 millones de italianos en cuarentena

El gobierno podría endurecer las restricciones tras el reclamo de los gobernadores de Lombardía y el Véneto, las zonas más golpeadas; hubo 168 muertos, récord para un solo día

Por: Elisabetta Piqué

En una Italia en cuarentena y cada vez más aislada del mundo, el gobierno de Giuseppe Conte podría extremar aún más las medidas para contener el coronavirus y llegar a un bloqueo total de las actividades económicas, replicando el modelo chino para Wuhan, tras el reclamo de los gobernadores de Lombardía y el Véneto para endurecer las restricciones.

Ayer, mientras 60 millones de habitantes en Italia estrenaron normas de restricción de movimiento y comenzaron a responder al llamado urgente a quedarse en casa, las cifras del contagio se multiplicaron y superaron el umbral de los 10.000 casos (10.149) y 168 muertos en 24 horas, cifra récord en un solo día. El total de víctimas es de 631 fallecidos, mientras que 1004 personas se curaron.

En medio de un clima de alarma, Attilio Fontana, el gobernador de Lombardía, la región más afectada y foco del brote, así como su par del Véneto, Luca Zaia, y la oposición de centroderecha, le reclamaron al gobierno de Giuseppe Conte medidas aún más fuertes, draconianas. De aplicarlas, significarían la suspensión total de todas las actividades económicas y de los transportes, siguiendo el modelo en Wuhan. De 11 millones de habitantes, esta ciudad china quedó bloqueada durante dos meses, en los que todos dejaron de ir a trabajar y quedaron confinados en sus casas, obligados a hacer compras online. Una estrategia que logró, al cabo de algunas semanas, revertir la tendencia y el número de contagios.

“Me parece que el gobierno todavía no tiene muy en claro la situación real en la que vivimos”, criticó Fontana, que le entregó a Conte una carta de todos los alcaldes de su región que piden normas “más rigurosas” que implicarían la suspensión temporal de cualquier tipo de actividad. El gobierno, que volverá a reunirse hoy en un consejo de ministros, no descartó acceder a tomar medidas de este tipo. “Conte no excluyó para nada la posibilidad de adoptar medidas más restrictivas de ser necesario”, indicó el Ejecutivo, en un comunicado.

De haber una nueva vuelta de tuerca, se suspenderían los transportes públicos, que ahora siguen funcionando, y solo quedarían abiertas farmacias y negocios de alimentos. Es decir, lo esencial, tal como pretende Fontana, gobernador de la Liga, que advirtió que, en caso contrario, podría colapsar el sistema sanitario de Lombardía. De las 877 personas internadas en terapia intensiva, 466 están en esta región, la más rica y productiva de Italia.

“Hay que cerrar todo, lo hemos pedido, pero no nos escuchan”, lamentó el exministro del Interior y líder de la derechista Liga, Matteo Salvini, al salir de una reunión con Conte y otros jefes de fuerzas políticas de la oposición en Palazzo Chigi, sede del gobierno. “Pensamos que sería más útil cerrar todo por 15 días. Corremos el riesgo de que una medida similar sea tomada dentro de 15 días”, le hizo eco Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia.

Desde ayer, de acuerdo con un nuevo decreto de urgencia, toda Italia se volvió una “zona protegida”, un eufemismo para decir “aislada”, en cuarentena, donde la obligación es quedarse en casa. Hay que evitar cualquier traslado y reuniones con más personas en público o en privado. Puede haber controles y quienes salen de casa deben demostrar a través de una autocertificación que lo hacen por motivos de trabajo, de salud o de necesidad urgente, como puede ser comprar alimentos. Caso contrario, puede haber multas y hasta arresto.

La policía patrullaba ayer las calles de Roma para controlar que se cumpliera la norma que indica que bares y restaurantes deben cerrar persiana a las 18 en punto. Cines, teatros, museos, escuelas, universidades, gimnasios, salas de bingo o de juego, se encuentran herméticamente cerrados hasta el 3 de abril.

Como era de esperar, la cuarentena hizo que diversos países europeos -como Austria, Eslovenia, Malta, España y Dinamarca, entre otros- decidieran cerrar fronteras y cancelar vuelos.

Mientras también se suspendieron misas, casamientos y hasta funerales, el Vaticano cerró a los fieles tanto la Plaza San Pedro como la Basílica y hoy no transmitirá por las pantallas gigantes de la plaza la audiencia general de los miércoles. Como sucedió con el ángelus del domingo pasado, por primera vez el Papa -que ya está recuperado de un resfrío que lo obligó a suspender su retiro de Cuaresma- presidirá a puertas cerradas la catequesis, que será transmitida por streaming a través de los canales del Vaticano. (La Nación)

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