Santa Cruz llegó a los 200 muertos por covid-19

PERFIL DR. CLAUDIO GARCÍA, NUEVO MINISTRO DE SALUD

(Por: Florencia Martínez para OPI Santa Cruz) – Ya son 200 los pacientes fallecidos en la provincia de Santa Cruz en el marco de esta pandemia. Este miércoles 11 de noviembre, con la confirmación del deceso de una mujer de 100 años de El Calafate, la provincia alcanzó, lamentablemente, los dos centenares de muertos desde el comienzo de esta situación sanitaria.

El primer muerto COVID positivo en el territorio santacruceño fue confirmado el pasado 24 de julio. Se trataba de un paciente de 79 años “que tenía enfermedades preexistentes crónicas muy severas”. A los cuatro días, se informó la segunda muerte, el 30 de ese mismo mes, la tercera; y así sucesivamente hasta la realidad que enfrentamos hoy: 200 víctimas del virus.

En la ciudad más poblada del territorio santacruceño, Río Gallegos, hasta este miércoles 11 de noviembre perecieron 149 personas y en esa luctuosa nómina le sigue Caleta Olivia con 32; El Calafate con 13; 3 Pico Truncado, 2 San Julián, 1 Puerto Deseado y, tal como destaca cada día el parte del Ministerio de Salud y Ambiente provincial, se reporta “un fallecimiento a causa externa a covid19 en Caleta Olivia”, en alusión al positivo de un hombre que se tiró del primer piso del Hospital de esa ciudad y murió.

Los datos ‘fríos’ que se detallan en los informes sobre las muertes indican que el promedio de edad es 70 años en base a registros SISA, 35% mujeres y 65 % hombres. 

En relación a la edad en fallecidos, la tasa aumenta en el grupo de 80 a 89 años  con un 23%, seguida por los grupos de 70 a 79 años con un 16%; 90 años en adelante, 12%; y en el grupo de 60 a 69 años un 5,2%.

Cada fallecido es una historia de vida, una familia quebrada, un grupo de amigos mermado o un adulto mayor olvidado por los suyos en un asilo que poco importó a las autoridades y que sí extrañan sus pares y quienes lo cuidaron hasta el final.

No hay muertes más dolorosas que otras y menos aún en este contexto, donde es ineludible pensar que sin la presencia del COVID-19 muchos de estos vecinos, podrían seguir entre nosotros. No hay certezas de ello, pero ante tanto dolor, ante tantas pérdidas de personas que parecían sanas o que llevaban bien una enfermedad de base, la impiadosa realidad, lleva a pensar, a suponer, a especular…

En estos 200 hombres y mujeres que ya no están, se han dado todo tipo de particularidades y, por qué no decirlo, rarezas que hacen todo más inentendible e inexplicable.   

Hubo familias enteras arrasadas por el Coronavirus, como lo sucedido en la norteña Caleta Olivia, donde falleció un matrimonio y sus dos hijos mayores de edad. O, en caso de ‘los Gallardo’ en esta capital, una pareja de más de 50 años de casados en la que fallecieron ambos el mismo día con unas 12 horas de diferencia.

También, la abrupta partida de una joven riogalleguense, de tan sólo 28 años que, ante una diabetes de base, el virus fue criminal. 

Todas las muertes duelen, pero algunas fueron por demás simbólicas, como la del doctor Marcelo Casaro, primer médico fallecido en la provincia víctima del COVID. Murió el 29 de septiembre, tras luchar durante más de un mes con la enfermedad. 

Tal como lo indicó OPI en la crónica que relató su partida, “era un vecino reconocido y muy querido… fue fuente de consulta de diversos medios que, por su especialidad, la infectología, lo tenían como referente al momento de buscar explicaciones…

 Paradójicamente, el doctor Casaro que sí fue un referente para periodistas de esta capital, no lo fue para el Comité Operativo de Emergencia (COE) de Río Gallegos. Posiblemente hoy, con la cruel realidad de su muerte, sus testimonios cobran otro sentido y sus advertencias y proyecciones sobre el desarrollo del virus en la ciudad, resuenan con mayor peso”, decía esta Agencia en la nota.

Lo cierto que es en materia de salud pública, nada ha mejorado sustancialmente. Llegan esporádicamente profesionales de otros puntos del país y la provincia a colaborar con sus pares, los exhaustos trabajadores del Hospital Regional de Río Gallegos. Es una ayuda, pero no es suficiente, tal como lo indican hasta el cansancio los locales. 

En materia de infraestructura, en estos ocho meses, el Gobierno provincial no logró responder ni estar a la altura de las circunstancias con esta pandemia. La salud pública hace años dejó de ser prioridad y, en estos meses, sólo se han mal tapado baches en esta materia.

Como si ello fuera poco y con un capricho político del Frente de Todos que defiende con tozudez incomprensible la negativa al uso de ibuprofeno inhalado, también lleva a pensar si alguna vida se podría haber salvado con ese tratamiento alternativo,

Ni hablar de todos aquellos pacientes que ingresaron tarde a la Unidad de Terapia Intensiva del HRRG que en varias oportunidades estuvo al 100% y con incapacidad de recibir a vecinos que necesitaban un respirador. Varios de ellos quedaron en el camino y, a sus familias, más allá del enorme vacío, les queda el interrogante de pensar qué hubiera pasado si llegaban a terapia en el momento que lo necesitaban, sin necesidad de esperar hasta más no poder.

Que la vida o, en el peor de los casos, la muerte, no sea una bisagra, desintegra la esperanza, resquebraja el horizonte. Será por eso que pensar o imaginar el confín de la pandemia en Santa Cruz es algo que pocos, se animan a hacer. (Agencia OPI Santa Cruz)

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1 COMENTARIO

  1. Porque no figura los 80 contagios y los positivos y fallecidos de Cañadon seco el corrupto abusador del comisionado quiere tapar y hacen figurar todo en caleta.

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