Líderes religiosos llaman al diálogo en medio de la crisis e impulsan una “tregua por el bien común”

Alberto Fernández reunido con los representantes de la iglesia

Según publica La Nación La Iglesia pidió, además, dejar de lado “descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división”.

Por: Mariano De Vedia

En el momento de mayor tensión política desde el comienzo de la pandemia, la Iglesia hizo un fuerte llamado al diálogo y a la búsqueda de consenssos que permitan poner en marcha una “tregua por el bien común”.

Esa es la fórmula propuesta por el Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI), que con la bendición del papa Francisco encabezan el sacerdote Guillermo Marcó, el rabino Daniel Goldman y el dirigente islámico Omar Abboud, en una convocatoria destinada “al conjunto de la dirigencia política, social y religiosa, así como a los comunicadores y a toda la sociedad”.

En medio de los crecientes enfrentamientos entre el oficialismo y la oposición, los líderes religiosos invitan a toda la dirigencia a “no abandonar las prácticas del diálogo, que adquieren mayor relevancia en los momentos de crisis y que evitan que nos disgreguemos como sociedad”.

“Es una invitación a bajar un cambio, a encontrar consensos. La gravedad de la hora exige más moderación. No es un Ríver-Boca. Hay 60.000 muertos, muchas personas necesitan trabajar y hay cosas que todos tenemos que comprender”, explicó el padre Marcó, al transmitir a LA NACION la inquietud en favor de una tregua y de una convivencia social más sostenida.

La convocatoria coincidió con una reunión virtual de la asamblea plenaria del Episcopado, que preside el obispo Oscar Ojea, en la que también se insistió en la necesidad de que el país retome la senda del diálogo y la dirigencia deje de lado “descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división”.

“En la dura realidad de estos días, en la dramática extensión de la pandemia con su secuela de enfermedad y muerte, se han acentuado la pobreza, la exclusión, la falta de trabajo, así como las expresiones de un creciente enfrentamiento político”, advirtieron los prelados al concluir el encuentro virtual.

Los obispos recordaron que “en los tiempos del Diálogo Argentino, se buscó superar la crisis con la participación de todos los sectores, como una herramienta para construir un nuevo tiempo en nuestra patria”. Se refirieron al espacio de diálogo abierto en medio de la crisis de 2002, durante la presidencia de Eduardo Duhalde, cuando se intentaron acuerdos políticos sobre temas fundamentales.

“Renovamos nuestra convicción de que el diálogo es el camino para afrontar juntos, como comunidad nacional, esta etapa difícil y exigente”, afirmó el Episcopado en su mensaje.

Hoy la visión predominante en la Iglesia es que en la vigencia de la democracia el lugar del diálogo es el Congreso, por lo que se descarta una reedición de aquellas instancias de concertación política.

Constituida como una asociación civil, el Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI) surgió en la Argentina impulsado por Marcó, Goldman y Abboud cuando el cardenal Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires. Esa armónica convivencia de las tres religiones fundamentales contrastaba con otros rincones de un planeta convulsionado en conflictosy con los años, particularmente después de la elección del papa Francisco, fue presentado como “un logro argentino”.

Vocación política y grandeza

En su mensaje, los obispos pidieron a los dirigentes de todos los sectores una “auténtica capacidad de liderazgo para ejercer con nobleza la vocación política, comunicando claramente la situación en cada momento, suscitando y alentando el compromiso y el empeño de todos, dejando de lado descalificaciones y posturas que promuevan el resentimiento y la división. Y citan expresamente un pasaje de la última encíclica Frattelli tutti, de Francisco, cuando señala: “La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el bien común a largo plazo”.

“También nosotros, como parte de esta sociedad, nos comprometemos a contribuir con espíritu de servicio según nuestras posibilidades. Todos queremos “salir juntos y mejores” de esta crisis de la pandemia y de sus múltiples consecuencias”, concluyen los obispos.

Frente a la emergencia por la pandemia, los obispos llamaron a procurar la máxima eficacia en la adopción de aquellas medidas sanitarias necesarias y razonables para evitar el incremento de la difusión del virus y conjugarlas con el máximo respeto a los derechos y garantías consagrados por la Constitución. “En esa perspectiva, queremos expresar como creyentes que la libertad religiosa, especialmente de culto, es un aspecto esencial del bienestar integral de la población y el fortalecimiento espiritual de las personas”, dijeron.

Los obispos expresaron su reconocimiento a los médicos y profesionales de la salud, así como a los “esenciales” de nuestras comunidades, esa inmensa multitud de catequistas y consagrados, voluntarios de Cáritas y otros agentes pastorales, inclusive de otras confesiones religiosas e Iglesias hermanas, que atraviesan esta pandemia, visitan pobres y enfermos, llevándoles el abrazo de la fe con una creatividad que merece todo nuestro reconocimiento”. (La Nación)

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