El Gobierno ya tomó del BCRA $345.000 millones en lo que va del mes

Banco Central - Foto: Marcos Brindicci

Según publica La Nación La emisión vía monetaria para financiar al fisco no se detiene, lo que explica el aumento de las expectativas inflacionarias y devaluatorias.

Por: Javier Blanco

El Gobierno le pidió el último viernes otros $95.000 millones al Banco Central (BCRA), dinero que fue enviado nuevamente en concepto de adelantos transitorios (las utilidades ya las consumieron), para enfrentar los compromisos de gasto que fue asumiendo en las últimas semanas de cara al fin de año. Entre ellos, los bonos para recomponer al menos temporalmente los ingresos de los jubilados, empleados públicos y beneficiarios de distintos planes sociales corroídos por la elevada inflación y los ajustes que antes había dispuesto y los mantuvieron rezagados frente a ella.

Se trata de la tercera asistencia que requirió en lo que va del mes dado que se suma a los $120.000 millones que había gestionado y obtenido el lunes 6 y a los $130.000 millones demandados el viernes anterior. Esto eleva a $345.000 millones lo impreso en apenas 17 días, suma que representa unos $20.000 millones por jornada que, de haber sido repartidos a cada habitante, hubieran aportado $450 per cápita por día.

A su vez el 25° giro al Tesoro Nacional en lo que va del año en curso hace que la asistencia por vía de la emisión monetaria se acerque a $1,8 billones ($1,788 billones o 3,8 puntos en relación al PBI) por todo concepto sumando a estos préstamos las transferencias por utilidades meramente contables de ejercicios anteriores ya realizadas, lo que aumenta la masa de circulante en momentos en que el apetito genuino por los pesos sigue bajo y la situación patrimonial y de reservas del BCRA (hoy la brutas quedaron debajo de los US$ 40.000 millones tras un nuevo pago al FMI) es cada vez más frágil.

Se trata de la cifra más alta de los últimos años en relación al tamaño de la economía, si se excluye el caso extraordinario de 2020, en un contexto de pandemia y de restricciones a la actividad durante gran parte del año.

Esto explica, entre otras cosas, el camino ascendente que retomaron en los últimos días los precios libres del dólar y los deja a todos ya por encima de los $200 (200,50 el blue, $203 el MEP y $211 el CCL) y las elevadas expectativas inflacionarias y devaluatorias que condicionan la economía.

Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que mes a mes recaba el BCRA, las expectativas de inflación subieron otros 3,2 puntos sólo en el último mes, lo que elevó el pronóstico de inflación para todo 2022 al 52,1%. A su vez la demanda de futuros cambiarios para marzo avala tasas que ya rondan el 67% anual para marzo.

La sostenida emisión es, en parte, resultante del denominado “Plan Platita” al que la administración Fernández apeló para tratar de mejorar sus chances electorales. Pero no deja de aumentar porque en los últimos meses se amplió la brecha entre ingresos totales del Estado Nacional (+69,3% interanual en noviembre) y gasto primario (+76% interanual) que alcanzaría un máximo este mes ya que por efecto de la movilidad jubilatoria, medio aguinaldo y bonos a empleados públicos y jubilados, e incrementos en planes sociales, se estima que diciembre cierre con un déficit cercano al 1% del PBI.

El nuevo giro es resultante de la capacidad de financiamiento que el Gobierno se reinventó al poner en marcha una maniobra contable que le permitió dar tres usos a los DEG que aportó al país el FMI en agosto y recrear un margen para que el BCRA siga emitiendo sin necesidad de retocar los límites que le fija su Carta Orgánica (C.O.).

El problema es que llegó a un nivel tal que está desafiando los límites de la política de esterilización que aplica el BCRA.

Ocurre que el total de su deuda remunerada (la denominada “bola de nieve”) va camino a terminar el año arriba de los 4,5 billones, monto que le obliga a su vez a emitir a las tasa actuales unos $144.000 millones por mes. Esto equivale a decir que por cada $10 pesos absorbidos se ve obligado a emitir nuevamente casi $7.

“Emitir para financiar déficit fiscal y luego absorber la mayor parte de la emisión con Letras de liquidez (Leliqs) y pases es un mecanismo insostenible y perverso. Se ha llegado al extremo en que los intereses que el Central les paga a los bancos por esa deuda ya son equivalentes a todos los salarios públicos que paga el Estado nacional”, mostró días atrás un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

Los analistas no se ponen de acuerdo si con el nuevo giro las necesidades que enfrenta el Tesoro Nacional para cerrar el año quedarán cubiertas. La mayoría sospecha que, dada la aceleración que registra el gasto en los últimos días, la semana que viene se le pida al BCRA algún nuevo envío. (La Nación)

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