Acuerdo con el FMI: contra la opinión de Martín Guzmán, Sergio Massa negocia con la oposición cambios en el proyecto del Gobierno

Sergio Massa junto a los gobernadores de varias provincias del país - Foto: NA

Según publica La Nación Recibió a los principales referentes de Juntos por el Cambio y de los interbloques Federal y Provincias Unidas para acercar posiciones; la intención es evitar un escenario de conflicto en el recinto.

Por: Laura Serra

La de hoy fue una larga jornada de negociaciones reservadas con epicentro en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Contra la opinión del ministro de Economía, Martín Guzmán, Massa comenzó a tantear con referentes de la oposición la posibilidad de introducir modificaciones en la redacción del proyecto sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Su objetivo es evitar que la iniciativa sea torpedeada en el recinto con un aluvión de abstenciones y rechazos y que, por el contrario, cuente con la mayor legitimidad política posible.

“No hay margen para jugar a la extorsión. Debemos resolver esto en el marco de un acuerdo político serio. Si modificamos el proyecto, la oposición debe comprometerse a apoyar en la votación en general”, fue la frase que deslizó Massa tras escuchar a sus interlocutores opositores.

Las gestiones de Massa excedieron la política doméstica. Durante la tarde se contactó de manera remota con miembros del equipo técnico del FMI, consciente de que cualquier cambio en la redacción del texto debe, ante todo, salvaguardar el espíritu técnico y jurídico del acuerdo que cerró con el Gobierno la semana pasada. Sus interlocutores del Fondo dejaron en claro que no les corresponde interferir en la política interna de un país, aunque enfatizaron la importancia de que el Congreso argentino apruebe el acuerdo “con un apoyo sustantivo”, relataron fuentes oficialistas.

Sobre este punto, los voceros de Guzmán son enfáticos: lo que reclama el FMI es un respaldo del Congreso al acuerdo en todos sus aspectos, esto es, a la autorización para refinanciar la deuda por 44.500 millones de dólares que contrajo el gobierno de Mauricio Macri en 2018 como así también el programa económico para cumplir con las metas pactadas, contenidos en el memorandum de entendimiento y la carta de intención. Sin embargo, Juntos por el Cambio, al igual que otros bloques opositores, no están dispuestos a aceptar las pretensiones de Guzmán e insisten que sólo podrían avalar el refinanciamiento de la deuda -para evitar que el país caiga en default- pero no el plan económico de Guzmán, que no comparten.

Massa escuchó el planteo en boca del jefe del bloque de la UCR, Mario Negri; del vicepresidente de la Comisión de Presupuesto, Luciano Laspina, (Pro), y de Juan López, de la Coalición Cívica. En su círculo de confianza, Massa deslizó que el planteo opositor le parecía razonable aunque advirtió que, para salvaguardar el espíritu del acuerdo, se debía encontrar en la redacción una fórmula integral que permita que la oposición lo avale con su voto positivo, al menos en la votación en general.

Por la tarde recibió al interbloque Federal, que conduce el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez; del encuentro participaron el cordobés Carlos Gutiérrez -quien responde al gobernador de Córdoba Juan Schiaretti- y el socialista Enrique Estevez. En ambas reuniones Massa se mostró abierto a estudiar modificaciones al texto, un reclamo unívoco de casi todos los bloques opositores.

Los opositores de Juntos por el Cambio fueron enfáticos: así planteado el proyecto no se puede apoyar. Si bien en el texto aparecen desdoblados, en sendos artículos, la refinanciación de la deuda y el programa económico, lo cierto es que no están del todo escindidos, pues uno remite al otro. Juntos por el Cambio y otros bloques opositores reclaman una redacción nueva del articulado para que la división sea taxativa. Esto les permitiría acompañar el artículo primero para evitar el default pero marcar distancia (sea mediante la abstención o el rechazo) del segundo artículo porque, aducen, no comparten el plan económico que elaboró Guzmán.

“Guzmán pretende meternos en una trampa. El artículo primero (referido al refinanciamiento de la deuda) es imposible de votar porque contiene una referencia directa al programa económico y Juntos por el Cambio solo está dispuesto a aprobar el financiamiento”, repitió Negri. Al referirse al artículo segundo, los referentes de Juntos por el Cambio fueron lapidarios. “Es invotable”, le dijeron a Massa.

Guzmán, durante la exposición de ayer en las comisiones de Presupuesto y de Finanzas, desestimó el planteo opositor. El ministro pretende que el proyecto se apruebe tal cual como el Poder Ejecutivo lo envió al Congreso.

“No hay ningún motivo jurídico, económico y político para que el Congreso tenga que aprobar la política económica del Gobierno”, advirtieron. Massa escuchó: quedaron en seguir conversando mañana, día en que las comisiones de Presupuesto y de Finanzas tienen previsto emitir dictamen.

Cuando recibió a los diputados del interbloque Federal, Massa escuchó las mismas objeciones respecto del artículo segundo del proyecto. Rodríguez, Estévez y Gutiérrez se mostraron dispuestos a facilitar el debate, pero advirtieron que el proyecto, así planteado por Guzmán, “no contribuye a los acuerdos”.

“Somos el Congreso de la Nación, por lo tanto como legisladores tenemos plena potestad para trabajar en el articulado (del proyecto) desde cero”, indicaron.

Guzmán, sin embargo, no está de acuerdo en desdoblar los artículos. Frente a los legisladores, el ministro expuso sus argumentos.

“No existe en el menú (de los acuerdos con el FMI) solo los desembolsos y nos vemos dentro de algunos años. No funciona así –enfatizó–. El programa incluye un conjunto de compromisos cuya implementación es la base para que ocurran los desembolsos; la responsabilidad de la aplicación y ejecución de las políticas económicas efectivamente es responsabilidad del PEN. Pero lo que se busca es que la Argentina actúe como un Estado-Nación: que no ocurra más que viene un gobierno que llega a una negociación, que tiene consecuencias para generaciones futuras, y que los representantes no tengan la posibilidad de considerar lo que el gobierno acuerda con el FMI. Esto es parte de un proceso de fortalecimiento de la república”, enfatizó.

Los argumentos del ministro no convencen ni siquiera a los diputados opositores más cercanos al Gobierno. “El país debe honrar sus deudas, avalaremos el refinanciamiento que propone el acuerdo, pero de ninguna manera queremos quedar pegados al plan económico del Gobierno”, anticipó un miembro del interbloque Provincias Unidas pocos minutos antes de reunirse con el presidente de la Cámara baja. (La Nación)

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