Tras los cambios al proyecto, Guzmán quedó más debilitado, pero el Presidente insiste en que “no le soltará la mano”

El Presidente Alberto Fernández junto al Ministro Martín Guzmán -

Según publica La Nación Desde Casa Rosada aseguran que el funcionario “está firme en su cargo”; desconfianza de los mercados y del propio oficialismo; las tensiones internas y las críticas generalizadas; Alberto Fernández quedó como único respaldo.

Por: Cecilia Devanna

La vorágine de las últimas horas, previa al tratamiento legislativo del acuerdo con el FMI, cambiaron gran parte de los planes del Gobierno en general y del Ministerio de Economía en particular. La redacción final, a la que se llegó tras arduas negociaciones con la oposición, implica que no habrá programa, ni plan económico, ni cambios en la política tarifaria. Tres puntos fundamentales a los que el ministro de Economía, Martín Guzmán, siempre se negó a ceder. El cambio deja, de momento, al titular de la Hacienda en una posición incómoda frente a lo negociado por Sergio Massa en el Parlamento y aceptado por el propio presidente, Alberto Fernández. “Martín Guzmán está de acuerdo con lo que salió”, aseguraron con vehemencia a La Nación cerca del funcionario, pese a que había dicho que solo servía si se aprobaba el proyecto original. “El cambio debilita su figura”, dicen en varios sectores del Gobierno en coincidencia con la perspectiva del mercado financiero.

Todo se da, además, cuando el ministro viajó a Houston para el CERA Week 2022, el evento anual de energía, en el que se reunió con representantes de empresas del área, afectada por la suba del petróleo tras la invasión de Rusia a Ucrania. El funcionario volverá este viernes y para cuando aterrice probablemente ya esté escrito el resultado en la Cámara Baja.

Los cambios introducidos en la noche del miércoles volvieron a movilizar versiones sobre una eventual posible salida de Guzmán del cargo, tras el acuerdo. El punto fue desmentido por distintas fuentes de Casa Rosada, que sostuvieron a La Nación que el funcionario “está firme en su cargo” y que el Presidente “no le va a soltar la mano”. Tras lo que parte de esas fuentes de Balcarce 50 dirigieron las miradas a la organización La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, como uno de los posibles orígenes de las versiones al sostener que en la especie de “tregua” que se dio en las escaladas de cruces internos, y al “no poder pegarle” directamente a Fernández, apuntan al funcionario que negoció más fuerte con el FMI.

Pero esas diferencias no son las únicas. También al interior de Casa Rosada las hay sobre las miradas al funcionario. “La postura del Gobierno no es tan dura como la de Economía”, afirmaban cerca de Fernández, el miércoles por la tarde, en referencia a los posibles cambios en el articulado del proyecto, que finalmente se concretaron. Y en ese mismo sentido admitían una de las principales críticas que se le hacen al ministro en las distintas terminales del Frente de Todos y es que, aseguran, es un cuadro “puramente técnico”, “ortodoxo” y “sin el pragmatismo que demanda la política”. Todo lo que desmienten cerca del funcionario: “El ministro entiende la política, lo importante es que salga el acuerdo”, insisten.

En medio de una alianza de gobierno con profundas fisuras desde sus cimientos, por estas horas Guzmán solo cuenta con el apoyo de Fernández, quien lo defiende frente a los cuestionamientos internos y la pérdida de respaldos. Para el mandatario, Guzmán es “valiosísimo” y, en privado, repite casi como un mantra que le dio “un escarbadientes y lo mandó a pelear”., en referencia al acuerdo. Es el contrapeso a lo que opinan sobre él la vicepresidenta Cristina Kirchner, su hijo Máximo, y Massa, junto a varios hombres del entorno del propio mandatario.

Cerca de Fernández insisten en que el mandatario no hará cambios de gabinete en general y “menos con Guzmán” en particular, pero no son pocos los que desde allí mismo lo ponen en duda. “Es el ministro de la deuda. Llegó para renegociarla, lo hizo al filo y ahora ya está, no hay un plan económico, no hay nada”, deslizaban unos. “Un recambio es necesario, quedan dos años de Gobierno y su figura quedó muy desgasta externa, pero sobretodo internamente”, completan otros. En esa línea surgen las preguntas sobre cómo enfrentará tras la salida de la renegociación con el Fondo, la lucha para el control de la inflación. En el Gobierno admiten que es el mayor problema que enfrentan tras el pacto y que hasta ahora todos los dispositivos instrumentados fallaron. En tanto miran con preocupación los números que se conocerán en los próximos días.

En tanto que los más moderados dentro de Balcarce 50 elegían ser precavidos y dejar abierta la posibilidad del futuro de Guzmán atado a lo que sucediera con las discusiones en el Parlamento y sobre el articulado. “De eso depende mucha de su autoridad o pérdida de ella”, contemplaban el miércoles previo a la decisión que licuó una parte del proyecto. “Alberto lo banca a Martín, pero en su momento tuvo que entregar a Marcela (Losardo, exministra de Justicia) y lo hizo. Se tomó varios días para hacerlo, pero lo terminó haciendo. Y esto es un minuto a minuto”, deslizó un hombre que conoce al presidente y el dinámico funcionamiento de fuerzas internas en la coalición. (La Nación)

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