Entre cholula y estúpida. La prensa crítica es la mejor plataforma de CFK para exponer sus disparates

(Por: Rubén Lasagno) – El concepto de gobierno psiquiátrico que apliqué al actual gobierno nacional, es extensivo a la sociedad cuando a pesar de las experiencias nefastas, votan a los mismos que le hicieron mal y lo hago extensivo a los principales medios nacionales que parecen sufrir el sindrome de Estocolmo con la multiprocesada vicepresidente.

Cristina Fernández, sin duda, ha logrado manipular los tiempos y el interés de los medios más importante del país, que ella llama hegemónicos, aún cuando con los propios domina casi el doble de la cantidad de radios, canales y páginas web dedicadas a multiplicar sus operaciones baratas y evidentes.

Los medios más calificados y reconocidos son obligados por la jefa de la banda a hacer tapa con ella, cuando a la señora se le antoja y en esto hay que reconocerle a la jefa de la asociación ilícita, que ha desarrollado un fino sentido de la oportunidad para aprovechar la fuerza del enemigo en su propio beneficio.

La vicepresidente no es ignorada y su estrategia, precisamente, es no serlo. Por este motivo usa las redes sociales para sus mensajes cargados de mentiras y relato, pero obvia enfrentarse a un micrófono o a un periodista que trabaje sin red; eso nunca sucederá porque le tiene terror a la prensa libre, al micrófono sin corrector, a un canal que no edite su programa. 

Es enemiga de la libertad y el libre pensamiento. Es una verdadera autócrata, una déspota, una extracción del extremo populista. No es de derecha ni de izquierda, su ideología es el signo pesos y el objetivo de su accionar político es la desaparición total de sus causas judiciales. Y sabe que si presiona en el lugar justo, lo va a conseguir.

Y si algo debo reconocer que hace inteligentemente, es manejar a los medios críticos, sus “enemigos”, esos mismos que ella pone enfrente para fundamentar una operación en contra suya y en caso de ser condenada, usar como bandera justificando una persecución política y ser víctima de una conspiración entre medios, periodistas, jueces y oposición; es decir, ella cree que le van a hacer lo mismo que ella le ha hecho a la sociedad y al país, durante tantos años de corrupción e impunidad.

Y los medios, en vez de tomar el tema para transformarlos en críticas, levantan las palabras de CFK como si fuera un oráculo que les va a devolver clarividencia. Y la estratega que el día lunes último estuvo en la tapa de diarios y portales con el video pedorro de 15 minutos, reproducido por todos los canales de la “opo”, hoy, cuando comenzó a languidecer su protagonismo, escribió un parte de tres renglones en Twitter y los medios con el síndrome de Estocolmo, retomaron las tapas con ella y volvió a ser noticia.

Si alguno me dice que CFK es noticia, yo lo refuto totalmente. Cristina Fernández dejó de ser noticia hace rato, especialmente cuando destrozó el gobierno que ella misma inventó y se llevó puesto al país. Dejó de ser noticia cuando jamás explicó con argumentos reales y pruebas concretas, que no es corrupta.

En vez de estar analizando sus twist psiquiátricos y sus videos llenos de falacias y operaciones de cuarta categoría, esos mismos medios deberían ignorar tales pavadas y dedicarse a mostrarle a la gente la disparada del dólar, la hiperinflación, la inseguridad y la caída al precipicio de una Argentina sin vuelta.

Cristina responde frontalmente a la máxima de Oscar Wilde quien dijo “Sólo hay una cosa en la vida peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”.

Y los medios nacionales debieran entender que la mejor forma de no potenciar a una persona sin escrúpulos, sin nada que decir (al menos importante) y que tiene como fin mantenerlos atados a su corset para usarlos como plataforma de su maquiavélico disfrute debieran aprender de las palabras del Hindú Anurag Prakash Ray quien aseguró “Peor que ser odiado es ser ignorado, porque es como si no existieras y tu presencia fuera… nada”. (Agencia OPI Santa Cruz)