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Descubren al presunto autor detrás de la filtración de los documentos secretos del Pentágono

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Según publica La Nación Una fuente que dialogó con The Washington Post brindó detalles inéditos sobre el individuo que habría logrado hacerse con reportes vinculados a la guerra en Ucrania.

Una investigación de The Washington Post reveló que el presunto autor de la filtración de documentos clasificados de la Inteligencia estadounidense es, según declaraciones de un miembro del grupo en el que se compartieron los documentos, un trabajador de una base militar.

De acuerdo con la fuente del diario -un menor de edad miembro de un grupo privado en el servicio de mensajería Discor-, la mente detrás de las filtraciones es un hombre de entre 20 y 25 años apodado “OG” quien durante meses envió documentos a sus compañeros.

El grupo en el que se compartieron estos mensajes se creó durante la pandemia en la red de mensajería más popular para los jóvenes y adolescentes amantes de los videojuegos. Tal y como detalló este miembro, en su chat había más de 20 personas, su gran mayoría hombres jóvenes y adolescentes.

El perfil del presunto autor de las filtraciones

Según detalla la investigación del medio estadounidense, “OG”, era el mayor del grupo y quien habría explicado a los otros miembros el significado de la jerga militar en los registros obtenidos. También, se habría jactado de estar revelando cosas que “el gobierno no quiere que se sepan”.

El miembro del grupo aseguró también que nada fue enviado por error, que esta persona sabía con certeza lo que estaba haciendo, y que él puede dar a conoce el nombre real, así como la ubicación del presunto autor de las filtraciones que sufrió Estados Unidos.

Aun así, anticipó que esperará a la investigación que llevan a cabo los Servicios de Inteligencia estadounidenses.

The Washington Post tuvo además acceso a vídeos enviados al grupo por el supuesto autor de las filtraciones -que algunos miembros describen como un tío o casi una figura paterna-, en el que se encuentra en un campo de tiro, profiriendo insultos racistas y antisemitas antes de disparar al objetivo.

En una ocasión, reveló la fuente, el sujeto no identificado llegó a enfadarse con los demás miembros del grupo. Según contó, el hombre reclamaba haber pasado horas escribiendo mensajes que los ciudadanos no entenderían y acusaba una aparente falta de interés de los más jóvenes.

La principal norma que el presunto autor de las filtraciones impuso sobre sus compañeros era no publicar los documentos en ningún sitio, según detalla la fuente consultada por el diario, quién contó además que en el grupo había personas fuera de los Estados Unidos, como jóvenes oriundos de Rusia y Ucrania.

La divulgación de los documentos, paso por paso

Según The Washington Post, el 28 de febrero salió del grupo la primera tanda de documentos, compartidos por alguno de los usuarios en otro chat de la red de mensajería que utilizaban, y de ahí a cada vez más grupos, aunque el FBI y la CIA no reportaran constancia de estas hasta un mes después.

Las trascripciones literales de los registros secretos, reporta The Washington Post, habrían sido sustraídas de una “base militar” a la que OG accedió. “Es una persona inteligente. Él sabía lo que estaba haciendo cuando publicó estos documentos, por supuesto”, admitió su compañero.

Dichos escritos atravesaban una variedad de temas delicados que solo las personas que se habían sometido a verificaciones de antecedentes de meses de duración estarían autorizadas a ver. Entre ellos, informes de alto secreto sobre el paradero y los movimientos de líderes políticos de alto rango, actualizaciones tácticas sobre las fuerzas militares e información sobre los esfuerzos de los gobiernos extranjeros para interferir en las elecciones.

“Si pudieras pensarlo, estaba en esos documentos”, acotó el individuo que habló con el diario.

A mediados de marzo, el presunto autor de las filtraciones dejó de publicar documentos. Un día antes de que el primer medio estadounidense informara la noticia, escribió en el grupo en un estado “frenético” que “algo había pasado, y pedía a Dios que no ocurriera”.

Después de que el caso saliera a la luz, los miembros del grupo se cambiaron a otro servidor para continuar sus conversaciones, en las que el presunto autor de las filtraciones confesó sentirse “confuso y perdido sobre qué hacer a continuación”.

Finalmente, pidió al resto de miembros del grupo que borrasen todos los documentos y todos los mensajes y desapareció, algo que según la fuente consultada por The Washington Post, “se sintió como perder a un miembro de la familia”. Y contó: “Todos lloramos”.

Además, afirmó que cree que, cuando los Servicios de Inteligencia den con el presunto autor de las filtraciones -algo que da por hecho que ocurrirá-, no tendrá un juicio justo y será enviado en su lugar a “Guantánamo o a algún lugar oscuro”, e incluso consideró que quizás será “asesinado”. (La Nación)

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