En la reapertura de las causas por lavado de dinero de los hoteles de los Kirchner, La Aldea en El Chaltén, está abandonado y virtualmente destruido

El hotel La Aldea en El Chaltén parece una de esas casas de las películas de terror, entre el abandono, el moho, el silencio, las ventanas tapiada, cabreadas rotas, techos sin reparar, una ampliación sin terminar, los detalles de madera despintados y sin mantenimiento, alambre perimetral flojo, cortado y el pasto duro de la estepa que ha ganado el lugar que debería estar parquizado como figuraba en el proyecto inicial.

El edificio que pintaba para ser el hotel de lujo de la villa turística enclavada en la precordillera, es un despojo de aquella ostentación manifiesta de una familia que usufructuando el poder, se corrompió hasta niveles impensables, al punto que nunca pudo explicar ante la justicia, la enorme fortuna que amasó desde la función pública.

La visión decrépita de este hotel, que es parte de la cadena de corrupción de lavado de dinero en la década ganada, constituye tal vez el anatema más elocuente de la belle epoque que se autodiseñaron y vivieron un par de vivos al amparo del poder político y judicial. Pero siguiendo la ley de la física, todo lo que sube baja y La Aldea junto con Los Sauces son la visión ruinosa que quedó después que los dólares empapelaban la Patagonia y no había lugar físico para acopiarlo.

Hoy sabemos que se reabre la causa Hotesur-Los Sauces, de aquel círculo vicioso que formaba la familia Kirchner, Lázaro Báez y los empresarios satélites de la “orga” corrupta que lavó dinero a mansalva y hundió a la República.

Los jueces acaban de revocar el sobreseimiento que compraron los Kirchner en el año 2021. Estos hoteles eran la fachada que usaban los delincuentes capitaneados por la Presidente de entonces y actual vicepresidente, generando facturación falsa, en combinación con el testaferro (nunca empresario) Lázaro Báez, que fue condenado junto con Cristina Fernández y ambos, gozan de buena salud judicial, a pesar de todas las pruebas en su contra.

Ahora la Cámara de Casación Penal con los jueces Diego Barroetaveña y Daniel Petrone, reabrió la causa Hotesur-Los Sauces donde están imputados 27 personas entre ellas Cristina Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, Lázaro Báez, Romina Mercado, Osvaldo Sanfelice, Martín Báez, Carlos Sancho, Cristóbal López y su socio De Souza junto con Víctor Manzanares, en forma directa, pero con muchos nombres más en la grilla de partida para un juicio ejemplar. Solo se salva Florencia Kirchner porque en ese momento, tenía 12 años.

Una aldea abandonada

El hotel La Aldea, en El Chaltén - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
El hotel La Aldea, en El Chaltén – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

El hotel La Aldea, en El Chaltén, fue cerrado por ampliación el 20 de marzo de 2016 oportunidad en la que constaba en un cartel que abriría en el año 2017. Nunca más abrió sus puertas hasta hoy. Se encuentra construido sobre un terreno perteneciente a la sociedad Los Sauces SA y fue blanco de los allanamientos ordenado por la justicia en las investigaciones por lavado de dinero y asociación ilícita, por medio del alquiler de hoteles vacíos que hacía Báez con destino a la familia Kichner, a través de la obra pública que recibía.

En su momento la ampliación con material en seco estuvo a cargo del arquitecto Pablo Grippo, el mismo que construyó el Hotel boutique de CFK en El Calafate, también abandonado con el inicio de los juicios de la justicia federal.

El hotel La Aldea, en El Chaltén - Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz
El hotel La Aldea, en El Chaltén – Foto: OPI Santa Cruz/Francisco Muñoz

La Aldea SA pertenece a la cadena de hoteles usados por la familia Kirchner para simular facturación, orbitó bajo la empresa Idea SA, de Osvaldo Sanfelice, cuya creación fue informada por OPI en el año 2009, sobre un terreno de Los Sauces SA y administrada por Valle Mitre hasta 2013 junto con Las Dunas y Alto Calafate, de cuyos emprendimientos los hijos de Néstor y Cristina, declararon se accionistas mayoritarios. (Agencia OPI Santa Cruz)

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6 COMENTARIOS

  1. A Nestor no le gustaba invertir. Solo queria ver los billetes y bañarse en las monedas de oro como el Tio Rico del Pato Donald.
    A Cristina solo se le ocurrio hacer hoteles. Posiblemente por el Alto Calafate (que era del Estado Nacional y que ellos se apropiaron aunque nunca se menciona ese negociado).
    Pero el objetivo de Cristina no era promover el turismo sino blanquear los dineros malhabidos

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