El mapa político de Santa Cruz cambió de color, pero ¿Habrá cambiado de orientación política y modificado los procedimientos?

(Por: Rubén Lasagno) – Después del paso de las elecciones en la provincia y los municipios, el mapa político en Santa Cruz quedó sensiblemente cambiado y a primera vista diríamos que ha variado políticamente por cuanto después de 32 años el signo político “natural” de Santa Cruz, ha sido derrotado en las urnas por un hijo dilecto del kirchnerismo, que migró hacia afuera del cardumen dado que nunca le permitieron desplegar su verdadera vocación de poder. Atento a lo que dijo Cristina “Vayan hagan un partido y ganen”; Claudio Vidal fundó el SER, se alió con parte de la oposición y ganó Santa Cruz.

En la elección para intendentes, la coalición electoral del SER, Pro, Encuentro Ciudadano y parte de la UCR, se quedó con diez de los quince municipios y este batacazo dejó al kirchnerismo con Pablo Grasso como mejor posicionado por cantidad de votos  en Río Gallegos y a Javier Belloni en El Calafate, como el otro partidario del oficialismo de destacado y reiterados triunfo en su localidad. Sin duda y de cara al futuro político del partido de Néstor y Cristina, son estos dos los únicos referentes de peso en el disminuído “peronismo” provincial.

Históricos como Fernando Cotillo, Eugenio Quiroga, Osvaldo Maimó, los Bodlovic, Néstor González, Gustavo González, entre otros, comenzaron a declinar considerablemente en sus posibilidades de recomponer poder y específicamente en el caso de Fernando Cotillo, fue el lastre más pesado que debió acarrear Javier Belloni, en su carrera a la gobernación en las elecciones últimas en las que fue candidato, llevándolo al caletense, como compañero de fórmula.

¿Y ahora?

Ahora la gente de Santa Cruz espera los cambios. Treinta años de política unidireccional, fue un lastre que la sociedad decidió largar en búsqueda de un nuevo horizonte, una nueva propuesta y una opción distinta. ¿Será Claudio Vidal esa opción que la sociedad está buscando o solo resultará un maquillaje al kirchnerismo explícito que por tantos años dominó la escena política provincial?.

Hasta después del 10 de diciembre todo se da en el marco de la teoría y la especulación. Los argentinos estamos cansados de escuchar promesas que luego jamás se cumplen y candidatos que dicen una cosa y cuando llegan, hacen otra diametralmente opuesta. 

Todo indicaría que la existencia de un “Acuerdo programático” entre el SER y los partidos que componen la alianza, dejará más o menos saneada la administración provincial, le dará transparencia y mejor dinámica, pero también es cierto que las alianzas tienen fecha de vencimiento y no siempre que llegan al poder, prosperan.

Claudio Vidal es nativo kirchnerista, nació, creció y se desarrolló en el vientre materno partidario controlado por Cristina, Máximo y La Cámpora. No es un out sider que entró por casualidad al ruedo político; fue invitado a participar, solo que Vidal no fue el buen alumno que todos esperaban y cuando comenzó a tener ideas propias e iniciativa de autonomía, el propio kirchnerismo le cortó las alas antes de volar. Lo dijimos cuando estaba ocurriendo y algunos creyeron que mentíamos por razones partidarias.

Después el petrolero colonizó la oposición frígida que nunca despegó en Santa Cruz merced a la Ley de Lemas y culpa de quienes se sintieron propietarios del partido (JxC-UCR) y allí, también, anunciado por nosotros con suficiente antelación tras la metáfora del “Caballo de Troya”, logró partirla, atomizarla, anularla y controlar su base, con la cual, finalmente, ganó la gobernación.

Todo aquello se terminó. Lo que queda por delante es tan arduo como incierto. A Claudio Vidal se le ha dado un escenario ideal, aunque en la Cámara de Diputados deberá negociar. Veremos de ahora en más cómo maneja el poder y las relaciones políticas e institucionales, si emula a sus padres políticos (Cristina, Alicia, Máximo) o despliega un perfil propio, haciendo las cosas de forma distinta y más eficaz.

Gran parte de ese cambio está dado en la posibilidad que tenga de modificar las estructuras, no solo los cargos políticos sino los equipos de conducción. Si su recambio se agota en los ministros, secretarios y directores, nada va a cambiar, porque la base del aparato estatal que viene funcionando hace 30 años, está afianzada y moldeada a una forma de manejar el Estado que plantea serias asimetrías sociales y ha sido la característica principal de este mal gobierno kirchnerista.

Entonces, la gran duda es si realmente cambiarán las cosas en Santa Cruz, o solo variarán para amoldarse a las nuevas autoridades, lo que generaría gatopardismo puro?. Impactar a la opinión pública haciendo alarde de que la primer medida de gobierno será suprimir la Ley de Lemas, es demasiado poco para delinear el verdadero cambio que se exige al nuevo gobierno electo.

Entre las elecciones a gobernador y a intendentes, la nueva coalición ganadora ha variado sustancialmente el color del mapa político. Prácticamente tiene en sus manos una hegemonía similar a la de los últimos tiempos del kirchnerismo. Ahora la pelota juega en cancha de todos ellos, quienes deberán demostrar qué y cómo van a manejar y distribuir ese poder, ante una sociedad ávida de efectividad, transparencia y honestidad por parte de quienes fueron elegidos para el próximo periodo de gobierno. (Agencia OPI Santa Cruz)

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1 COMENTARIO

  1. Pues no mi ciela. En diciembre cuando se den a conocer cargos municipales y provinciales habrá sorpresas para los que se creyeron lo del cambio

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