El expresidente brasileño Jair Bolsonaro convocó el domingo a una multitud de simpatizantes en la icónica Avenida Paulista de Sao Paulo, en un intento por demostrar su fortaleza política en medio de investigaciones que podrían llevarlo a la cárcel.
Bolsonaro, líder de extrema derecha, habló durante aproximadamente 20 minutos para defenderse de las acusaciones en su contra, que incluyen un presunto intento de golpe de Estado. En su discurso, evitó atacar a viejos enemigos y al Supremo Tribunal Federal, temiendo complicar aún más su situación legal.
Las acusaciones contra Bolsonaro incluyen la edición de un proyecto de decreto para anular resultados electorales, presionar a militares para unirse a un golpe de Estado y conspirar para encarcelar a un juez del Supremo Tribunal Federal. Sin embargo, el expresidente niega todas las acusaciones y afirma estar siendo “perseguido”.
La manifestación, en la que Bolsonaro habló desde un camión rodeado de seguidores vestidos de verde y amarillo, muchos de los cuales portaban banderas israelíes, se produce en medio de tensiones diplomáticas con Israel. El expresidente desplegó una bandera israelí en un gesto de apoyo al país, mientras crítica a su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, por sus comentarios sobre el conflicto en Gaza.
A pesar de las restricciones que enfrenta Bolsonaro, como la prohibición de presentarse a elecciones hasta 2030 por difundir falsedades electorales, sus aliados esperan que la manifestación demuestre su continua influencia política en un Brasil polarizado.
La presencia de legisladores y gobernadores estatales en el evento, incluido el gobernador de Sao Paulo, Tarcisio de Freitas, sugiere un respaldo dentro del espectro político de derecha. Sin embargo, los observadores señalan que Bolsonaro enfrenta una lucha legal compleja que podría impactar su futuro político. (Agencia OPI Santa Cruz) Con información de NA
