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La actividad económica cayó 20,6% interanual en mayo

Por: Francisco Jueguen

Tras dos años de una recesión que -indican todos pronósticos públicos y privados- se profundizará a un nivel nunca visto fin de un 2020 por el impacto del coronavirus en el país y en el mundo, la economía se despertó en mayo por la flexibilización del aislamiento obligatorio ensayada ese mes frente a la paralización total de abril, período con la peor caída de la actividad en la historia.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) del Indec informó una significativa caída interanual en mayo de 20,6%, menor a la registrada el mes pasado pero más elevado que la previsión que tenían algunas consultoras del sector privado, y un rebote de su indicador mensual desestacionalizado de 10%. En el año, este anticipo del producto bruto acumula un retroceso de 13,2%.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal) pronosticó para este año un retroceso de la economía de 10,5%, pese a que varios analistas creen que el derrumbe puede incluso superar el umbral de 15%. En 2002 se registró la baja de actividad (tras la crisis de 2001) más profunda en la historia del país: 10,9%. En abril pasado, el producto se había desplomado un -26,4% interanual, una variación nunca vista.

Todo los sectores de la economía, excepto la pesca, mostraron en mayo caídas interanuales, que llegaron hasta el pico de -74,3% de “Hoteles y restaurantes”. Pero también se hundieron la “Construcción” (-62,2%) y “Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales Impuestos netos de subsidios” (-72,1%), que suele ser un reflejo del conjunto global de la economía. La industria retrocedió 25,7% y el comercio, 20,9%.

Ningún economista ve detrás de estos números un indicio de recuperación. Más bien argumentan que la economía reaccionó a la leve flexibilización dispuesta por el Gobierno tras la fortísima crisis de oferta generada por la falta de circulación. Detrás de este escenario queda todavía el interrogante acerca de lo que la pandemia -y las medidas para contenerla- generarán en la demanda agregada debido al mayor desempleo y la caída de los ingresos de la población a mediano plazo. A eso, en la Argentina, se suman la inflación y un posible default de la deuda pública.

Como si fuera poco, la caja del Estado mostró nuevamente hoy sus limitaciones camino a la recuperación (el gasto primario subió en junio pasado 73% interanual por las medidas oficiales para sostener empleos y empresas, mientras los ingresos subieron 7,8%), mientras el sector privado no sólo se ve afectado fuertemente (entre febrero y mayo el 3,9% de las empresas dejaron de enviar sus declaraciones juradas a AFIP) sino que no encuentra señales claras de parte del Gobierno sobre cuál será su rol en la reconstrucción de la economía.

El Ministerio de Desarrollo Productivo ya venía anticipando un leve rebote en la actividad en sus informes del Centro de Estudios para la Producción (CEP). “Tras el desplome de fines de marzo y principios de abril, el consumo medido con el programa Ahora 12 se recuperó en todo el país, pero en mayor medida fuera del AMBA”, indicó el documento presentado la semana pasada.

Según los datos provistos por el CEP en base a números oficiales y privados, en la primera quincena de junio, las ventas con Ahora 12 volvieron a niveles similares a los de la primera de marzo. “Sin embargo, mientras que fuera del AMBA se llegó a niveles 20% superiores a los de ese período, en el AMBA la recuperación se ralentizó desde mediados de mayo”, se indicó. En esa región todavía rige el aislamiento obligatorio, por lo tanto, hay aún menor circulación que en el resto del país en el que el Gobierno decretó un distanciamiento obligatorio.

“Lo mismo ocurre, según el Gobierno, con relación al consumo de cemento, que en mayo cayó 79,9% interanual en la Ciudad y 47,9% en el conurbano bonaerense, una severidad mucho mayor a la del promedio nacional (-32,8%). En todas las provincias del NOA y el NEA (salvo Tucumán y Salta), las variaciones fueron incluso positivas en términos interanuales”, afirmó.

“A nivel industrial se observa una película similar a la del comercio”, señalaron en la cartera que dirige Matías Kulfas. Los datos de consumo de energía en el sector manufacturero provistos por Cammesa confirman que la caída récord registrada en abril (-33,5% interanual) tendió a recortarse semana a semana. En mayo, la producción industrial moderó su caída al 26,4%, también récord en términos históricos. “Los efectos de la puesta en marcha de muchas fábricas tras el 10 de mayo, fecha en que se rehabilitaron la mayoría de las plantas de rubros no esenciales, se hicieron sentir en junio, mes en el cual la actividad industrial se habría contraído alrededor del 15% interanual”, según surge de Cammesa. Al 7 de julio, esa baja se habría ubicado en el 12%, afirman los datos propios que maneja el oficialismo.

“Es un número un poco más alto al que esperábamos, de todas formas hay que tener en cuenta el confinamiento que se extendió en julio en el AMBA”, dijo Guido Lorenzo, director de LCG a LA NACION. “Por lo tanto, es esperable que no se mantenga esta tendencia. De todas formas, con este número, seguimos proyectando que la caída será por encima del 15%”, agregó.

“Se confirma que abril fue el piso, en línea con el momento más duro de la cuarentena. Mayo, con un poco de relajamiento, creció”, dijo a este medio Luciano Cohan, socio de la consultora privada Seido. “La caída interanual sigue siendo muy grande, pero dentro de lo que esperábamos. No tuvimos sorpresas. Junio muestra una nueva suba, porque hay algunos rubros que dan un poco mejor”, agregó el economista.

“Es probable que hoy la economía, a fines de junio y principios de julio, haya recuperado entre 50% o 60% de lo que cayó en la primera etapa de la cuarentena. Sin embargo, ya está muy jugado el crecimiento del año y es probable que cierre en una caída de dos dígitos. Queda todavía ver cómo seguimos en esta fase ascendente del virus y cuál es el impacto hacia adelante para saber si hay algo de recuperación o esto sigue para largo”, completó Cohan.

“El EMAE de mayo mostró un incremento menor al esperado”, indicó a este medio Sebastián Einstoss, analista de la consultora Eco Go. “Si bien en el margen muchos sectores muestran una mejora considerable dada la baja base de comparación, aún se nota una gran afectación en su mayoría concentrada en aquellos sectores que se ven imposibilitados a producir desde marzo”.

“Debido a los cambios metodológicos, la dinámica en los sectores medidos a través de los datos de empleo muestran una estrecha relación con los relajamientos en las restricciones a la movilidad y por ello será muy importante observar la movilidad de las personas relacionada a los lugares de trabajo. En junio la dinámica continuó en la misma tendencia, pero ya en julio se observa una desaceleración concentrada principalmente en el AMBA”, cerró. (La Nación)

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