Según publica La Nación Una anotación en una transferencia de una empresa uruguaya vincula a la firma de Gerardo Ferreyra, cercano al kirchnerismo, con el pago de coimas por Transener; la empresa lo niega.
Por: Hernán Cappiello
Un informe de la Justicia de Suiza complica a la empresa Electroingeniería en una causa en la que se investiga el pago de un soborno trasnacional a un ejecutivo brasileño para quedarse con la distribuidora eléctrica Transener, en un expediente en que aparece mencionado como destinatario de parte de esa comisión el exministro Julio De Vido. Suiza informó sobre siete transferencias de la empresa uruguaya Maxon, que, según acotan los suizos en una nota marginal, sería agente financiero de Electroingeniería, dijeron a LA NACION fuentes ligadas al caso.
Electroingeniería negó a este diario tener vinculación con la empresa uruguaya de donde había salido al dinero de los sobornos. Indicó que la AFIP en el gobierno anterior revisó la contabilidad de Electroingeniería y no halló rastros de Maxon.
La novedad permitió avanzar con un caso derivado del Lava Jato que ni siquiera la Justicia de Brasil investiga y que tiene muchos obstáculos para prosperar. Uno es el riesgo de la prescripción, porque el episodio, que se investiga desde hace cinco años a partir de una nota del periodista Hugo Alconada Mon en LA NACION, habría ocurrido en 2006; y el otro es que uno de los indicios que ligan a los que cobraron (los brasileños de Petrobras) con los que pagaron (un lobista brasileño y Maxon) es apenas la fotocopia de un contrato.
La causa se inició en 2016 cuando Elisa Carrió presentó una denuncia luego de que este diario publicara que cuatro “arrepentidos” brasileños declararon en Brasil que se habían pagado sobornos para que la empresa Petrobras le vendiera a Electroingeniería el 50 % de la transportista de electricidad Transener.
Electroingeniería es de Gerardo Ferreyra, un exmilitante del Partido Revolucionario de los Trabajadores cordobés que estuvo preso en la dictadura y hoy es un multimillonario hombre de negocios que apoya al kirchnerismo. Su último paso por la cárcel fue por la causa de los cuadernos de las coimas. Nunca quiso acogerse al régimen del arrepentido, siempre negó todo y ahora se encuentra libre a la espera del juicio. Una de sus últimas apariciones fue en el búnker de Chacarita donde Alberto Fernández y Cristina Kirchner festejaron su triunfo electoral hace un año y medio.
Los arrepentidos confesaron que Petrobras había sellado en 2006 un acuerdo con el fondo de inversión Eton Park para venderle su 50% de las acciones en Citelec, la firma que controlaba el 52,65% de Transener. Pero que esa operación se canceló para, coima mediante, venderle a Electroingeniería por US$54 millones.
Electroingeniería explica que la operación con Eton Park se canceló porque la Justicia entendió que un activo estratégico como el transporte de energía no podía quedar en manos de un fondo extranjero. Fue un fallo de la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal lo que permitió la operación. “La única relación de Electroingeniería con Petrobras fue derivada del cumplimiento del fallo inapelable y unánime de la Justicia”, dijeron sus voceros.
El exdirector del área internacional de la petrolera estatal brasileña Néstor Cerveró cobró una coima de US$300.000, que destinó a la compra de un departamento, y dijo: “Yo cobré en carácter de comisión o servicio prestado. Soares [un lobista vinculado con la operación] también cobró. Ciertamente el ministro De Vido recibió más que eso como propina [coima]”.
Fernando Antonio Falcao Soares –más conocido como Fernando Baiano– es otro de los arrepentidos que confesaron los pagos y el hilo conductor que permitió reconstruir la ruta de las coimas.
Una causa activa
En Brasil, la causa se cerró porque no encontraron evidencia de las transferencias. Sin embargo, en la Argentina el expediente sigue activo en manos del juez Sebastián Ramos y el fiscal Gerardo Pollicita.
Los investigadores argentinos mandaron exhortos a Uruguay y Suiza, los epicentros de la maniobra financiera, y pudieron reconstruir la ruta del pago de los sobornos merced a la colaboración internacional. Sin embargo, aún no alcanza como para seguir avanzando.
En plena pandemia, con los tribunales cerrados, pero los canales internacionales abiertos, detectaron que el lobista Fernando Antonio Falcao Soares (Baiano) cobró vía Suiza y, desde las cuentas de su empresa Three Lions, le pagó a Cerveró la comisión que dijo haber recibido.
El dinero provino de la empresa Maxon, de Uruguay, con cuentas en Suiza, donde se recibió la orden de pagar. Sin embargo, las investigaciones fueron infructuosas en Uruguay para seguir el rastro de esta empresa. La Dirección General Impositiva de Uruguay dijo que no tiene información de la empresa y sus accionistas, y lo mismo la Unidad de Información Financiera, que mencionó que la firma no operaba cuentas allí.
Suiza informó sobre un contrato entre Three Lions y Maxon para justificar el envío de la plata. En una nota marginal de esas transferencias se menciona a Maxon como representante de Electroingeniería, como su compañía de inversiones en Uruguay. Sin embargo, se trata de una fotocopia y no del original de esa documentación.
La Justicia argentina buscó esos documentos en Suiza, pero no los obtuvo. Le preguntó a Electroingeniería sobre ese contrato, pero la empresa dijo no tener registros de Maxon ni del documento. Finalmente, preguntó a Brasil por ese contrato, pero tampoco tuvo éxito.
Brasil se negó a aportar el contrato original con Fernando Suárez de Three Lions, porque el término del acuerdo de colaboración establece que los imputados brasileños gozarán de inmunidad penal en la Argentina en virtud del principio de non bis in idem, el principio por el cual no se puede perseguir a alguien dos veces por el mismo delito.
Pero la dificultad radica en que en Brasil ya no hay imputación judicial sobre Suárez, por lo cual no tiene efecto el acuerdo ni hay colaboración posible.
El archivo del expediente en Brasil benefició a los senadores Renan Calheiros y Jader Barbalho y al exsenador Silas Rondeau y al exdiputado Aníbal Gomes, delatados por los cuatro arrepentidos: Fernando Antonio Falcao Soares , los operadores Jorge y Bruno Luz –padre e hijo–, y el exdirector del área internacional de la petrolera estatal brasileña Petrobras Néstor Cerveró.
Transferencias
Lo que informó Suiza al juzgado de Ramos en septiembre último es que se detectaron siete transferencias por un total de 900.000 dólares desde Maxon Uruguay a Three Lions y que parte de ese dinero terminó en las cuentas de Cerveró, el exejecutivo de Petrobras.
No hay ninguna evidencia de transferencias internacionales que apoyen los dichos de los arrepentidos acerca de la parte que cobró De Vido. Aunque ambos, Electroingeniería y el exfuncionario, estaban en la Argentina.
La Justicia sospecha que Maxon ya está disuelta, y pudo individualizar a dos personas que estuvieron relacionadas con esa empresa: Carlos Teixeira Bonasso y Oscar Julio Pampillon. El juez Ramos pidió a Uruguay que les tome declaración, pero no pudieron ser ubicados.
El exdirector de Petrobras Cerveró declaró ante la fiscalía en Brasil que tanto él como Fernando Soares (Baiano) recibieron 300.000 dólares en coimas en 2006 por esta operación y que “en la Argentina quedó la mayor parte de las coimas en este negocio”.
Cerveró confirmó reuniones con De Vido, lo que puede ser parte de las negociaciones pues la otra mitad de Transener la compró Enarsa, que dependía del entonces ministro. Dijo que De Vido lo convocó “personalmente a su oficina” y determinó que la venta fuese hecha a Electroingeniería. Cerveró y Baiano hablaron de un almuerzo en el Hotel Four Seasons, de Buenos Aires, con Electroingeniería, en el que se habría terminado de acordar la venta.
La Justicia argentina investigó a los pasajeros de los vuelos de cabotaje e internacionales que llegaron esos días a Buenos Aires, alojamientos en hoteles y pagos con tarjetas de crédito y pudo reconstruir en la primera parte de la causa que todos los involucrados estuvieron presentes en Buenos Aires en las fechas señaladas, aunque no pudo establecer que estuvieran todos juntos en el mismo lugar, como señaló el arrepentido brasileño.
Finalmente, en 2016 Electroingeniería vendió su parte de Transener al Estado. (La Nación)