MSCI: la Argentina cayó más de lo esperado en una calificación y empeora el acceso al financiamiento privado

MCSI

Según publica La Nación El país descendió dos escalones, directo a la categoría Standalone, según el índice que toma en cuenta miles de fondos de inversión; así pasó a ser parte de un grupo inferior, donde también están Trinidad y Tobago, Jamaica y Panamá.

Por: Sofía Diamante

Fue una decisión sorpresiva. En una calificación peor a la esperada por el mercado financiero, Morgan Stanley Capital International (MSCI), entidad que elabora índices generales para categorizar a los distintos mercados en el mundo, afirmó que la Argentina “descenderá” al grupo de mercado de “standalone” (ser único o independiente).

Tal degradación de la calificación del país, debido a los controles de cambios y su mala relación con los fondos privados, tendrá consecuencias directas en el sector privado, ya que se considerará que las empresas que operan en la Argentina son más riesgosas y menos aptas para todos los inversores.

El índice MSCI es seguido de cerca por millones de inversores financieros a la hora de diseñar su portafolio de acciones de empresas. Está compuesto por cuatro categorías que describen qué nivel de riesgo tiene cada país: los desarrollados, emergentes, de frontera o independientes. A medida que la categoría representa a economías más riesgosas, hay menos dinero en el mundo que se destina.

Los fondos de inversión internacional son los que votan de manera confidencial en qué categoría debería estar cada país, basándose en el trato que reciben de aquellos mercados. En general no se trata de fondos buitres, sino de fondos de pensión.

La Argentina se encontraba en el grupo de emergentes desde 2018. Si bien se esperaba que MSCI la hiciera “descender” a la categoría de frontera, donde estuvo entre 2009 y 2018, los estrictos controles de capitales hicieron que se situara en el peor de los grupos.

Dentro de esta categoría, solo hay tres países del continente americano: Trinidad y Tobago, Jamaica y Panamá. Otras economías son Bosnia Herzegovina, Bulgaria, Malta, Ucrania, Botswana y Zimbabwe. “Esto es como un baldazo de agua fría”, opinó el economista Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IEB), quién conoce muy bien el funcionamiento de MSCI.

“Desde septiembre de 2019, los inversores institucionales internacionales han estado sujetos a la imposición de controles de capital en el mercado de valores de la Argentina”, dijo Craig Feldman, director global de investigación de gestión de índices y miembro del comité de políticas de índices MSCI.

“A pesar de que el índice MSCI Argentina sigue siendo replicable dado que solo las empresas que cotizan en el extranjero son elegibles para su inclusión en el índice, la severidad prolongada de los controles de capital sin resolución no está en línea con los criterios de accesibilidad al mercado del índice MSCI Emerging Markets (mercados emergentes). Esto ha llevado a la reclasificación del índice MSCI Argentina de mercados emergentes a mercados independientes“, agregó Feldman, en un comunicado que se conoció hoy.

En términos concretos, dentro del índice de MSCI, se eligen a empresas que representan al país. En el caso de la Argentina, solo tres compañías eran parte del índice de emergentes: Globant, YPF y Adecoagro. Además del país que tiene que cumplir con ciertas condiciones, las compañías también debían seguir ciertas métricas para ser consideradas dentro del índice, por eso no todas ingresan al listado de manera automática.

Ingresar en la categoría de “stand-alone” significa que Globant, YPF y Adecoagro seguramente se perjudicarán, ya que habrá fondos emergentes que tendrán que vender la participación que tienen en estas empresas. Por otro lado, son muy pocos los inversores que decidirán arriesgar su dinero en un país que se encuentra en la última categoría del índice.

Asimismo, podría haber alguna caída en la demanda de acciones de otras empresas, ya que en los días previos, algunos fondos se anticiparon a comprar activos argentinos, con la creencia de que, si el país caía a la categoría de frontera, las compañías argentinas tendrían mayor participación (pasarían de ser cola de león a cabeza de ratón). Sin embargo, al estar en la categoría de independientes, no se sumaría ninguna empresa argentina más al índice de las tres que ya están.

“La gente de MSCI se ofrece generalmente a que el país haga un road show, para que el país explique a aquellos fondos que tienen más peso en el índice la situación en la que está la economía y para que tengan contemplación a la hora de votar. En el caso de la Argentina, las autoridades nacionales ni contestaban el teléfono”, contó Sosa.

Para el economista, dentro de la decisión de los fondos también pesó la larga reestructuración que llevó adelante la Argentina el año pasado. “Los que votan en MSCI se autodefinen como los lobistas de los grandes fondos de pensión de Estados Unidos. Los que menos pesan son los fondos buitres o hedge funds. Por ejemplo, están los fondos de pensión de las maestras de Texas o de los policías de Florida. Algunos de ellos tuvieron sus bonos reestructurados y el humor del inversor extranjero con respecto a la Argentina no fue el mejor. El país les decía que el exit yield iba a ser del 8% y finalmente fue del 18%, por lo cual tuvieron una quita enorme”, agregó.

Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, cree que las consecuencias de la decisión son “acotadas” por el contexto general. “La Argentina hoy no es un país atractivo para las inversiones financieras (para las productivas tampoco, pero en este caso se toma en cuenta las financieras). El país está fuera de los mercados financieros y en lugar de hacer las cosas para volver, está cada vez más lejos, en un contexto donde los países de la región, que suelen ser una mejor referencia, se están endeudando a tasas muy bajas. El resultado de MSCI en ese contexto es casi anecdótico, porque no saldrán capitales porque no pueden hacerlo, y no van a entrar porque no quieren. El resultado no cambia mucho la ecuación”, indicó.

En este sentido coincide Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, quien señala que en la práctica, la Argentina ya no era un país emergente. “Desde el punto de vista de las tasas que pagamos, de los valores de los activos que tenemos y de los volúmenes que se operan, ya éramos un mercado menor todavía”, dijo.

“Son malas noticias en cuanto a las aspiraciones de la Argentina de retornar a los mercados de crédito internacional una vez cerrado un acuerdo con el Fondo a principios de 2022. No estar dentro del índice de emergentes ya implicaba un cierre de puertas a inversiones de ciertos fondos offshore que tienen como principio no invertir en títulos que no sean de economías que formen parte del índice. Pero no estar siquiera en el índice de países frontera es directamente quedar fuera de juego por un tiempo, algo que ya ocurría en la práctica, pero había aspiraciones de mejorar en el mediano plazo. La Argentina pasó de ser titular a ni siquiera conformar el banco de suplentes”, indicó Lorena Giorgio, economista de Equilibria. (La Nación)

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